- 2-E1 incumplimiento de los acuerdos en varias facetas. No se celebró la conferencia programada a primeros de octubre en Bilbao. El PNV no compareció en el Congreso de Nacionalidades de Ginebra el 22 de septiembre, lo que provocaría una recia protesta de Irujo ante el EBB. Tampoco parece que se ratificó definitivamente el pacto a cargo de algunas formaciones. Con seguridad lo hicieron UDC, PNV, ANV, PG e Ultreia y existen dudas respecto a ERC, ACR y la LLIGA.
-3- El cambio de coyuntura política en el otoño de 1933. En septiembre se producía la caída del gobierno Azaña y la convocatoria de elecciones para el 19 de noviembre, provocando una obligada remodelación de las tácticas y la perentoria necesidad de dedicarse a los menesteres preparatorios de los comicios. El PNV y ANV, además, se hallaban absorbidos por una doble cita en el mes de noviembre: el 5 para el plebiscito del Estatuto y el 19 para las elecciones generales. Todos los partidos, por tanto, se olvidaron momentáneamente del frentismo galeuzcano y se sumergieron en la intensa labor preelectoral. Celebrados los comicios el 19, proporcionaron un sonoro triunfo a las derechas, cambiando, por tanto, el panorama político y la posterior evolución de la República, con el consiguiente e ineludible giro estratégico. El PNV intentaría, incluso, una alianza no consumada con la LLIGA y el PG quedaba desplazado de la vida parlamentaria al no obtener ninguna acta de diputado.
EL BIENIO DERECHISTA (1933-1935).-
La creciente tensión acumulada entre el Gobierno central y la periferia estalló durante el verano-otoño de 1934 en unos hitos suficientemente conocidos: La cuestión de la ley de contratos de cultivo, la rebelión de los Ayuntamientos vascos y la revolución de octubre. En los dos primeros, sobre todo, asomarían resquicios de la adormecida solidaridad galeuzcana.
La ley de contratos de cultivo, aprobada por el Parlamento catalán, fue declarada inconstitucional por el Tribunal de Garantías Constitucionales, si bien con el voto negativo de Francisco Basterrechea, padre del escultor Néstor y amigo de Castelao, y del gallego y sacerdote, Basilio Álvarez. Como consecuencia de semejante entuerto los diputados de ERC en el Congreso abandonaron el bloque el hemiciclo el 12 de junio de 1934 y en solidaridad con ellos y con Cataluña adoptaron análoga actitud los parlamentarios nacionalistas vascos. El PG enviaba un sentido telegrama de solidaridad al PNV por su actuación, lamentando su ausencia de la Cortes, y el EBB respondería con señorial agradecimiento. Incluía, además, la noble promesa de defender los derechos de Galicia, en caso de que fuese necesario.
El 15 de julio se organizaría en Tolosa un acto, denominado en el diario nacionalista El Día "mitin de Galeuzca", de homenaje a los diputados vascos por su solidaridad hacia los catalanes el 12 de junio. El PG, que en principio había pensado enviar a Castelao como orador, comisionó finalmente a Xerardo Álvarez Gallego, quién acudió en compañía de Núñez Búa y Enrique Peinador, ambos entrevistados en el citado periódico El Día.
La sublevación de los Ayuntamientos Vascos en el verano de 1934 a causa de la falta de representatividad en las Diputaciones y Ayuntamientos, del Estatuto del Vino, que incumplía el Concierto Económico, y en general de la situación tensional creada por el gobierno derechista, terminó el 12 de septiembre en una magna asamblea protestarla, celebrada en Zumárraga, con participación de diputados vascos y catalanes esquerristas (Santaló, Tomás i Piera, Aiguader, Marial, Ferrer, Aragay, Calvet, Traball, Mestre, Tarradellas etc.). El PG también remitiría a las autoridades jelkides un telegrama de solidaridad, acompañado de otros en el mismo sentido a cargo de agrupaciones locales galleguistas (Ferrol, Pontevedra, Vilagarcía de Arousa, Barco de Valdeorras etc.) y personalidades del partido como Suárez Picaño, Otero Pedrayo o el todavía vivo Paco Fernández del Riego.
La coyuntura posterior a la revolución de Octubre, con los destierros de Castelao y Bóveda, el apresamiento del Gobierno catalán y la fuerte represión en Cataluña, el País Vasco y Asturias, sumados al torpedeamiento del Estatuto Vasco y el férreo centripentismo, que prefería una "España roja a una rota", no era ciertamente la más adecuada para "veleidades" galeuzcanas. Sin embargo, no es vano señalar que durante la celebración del juicio en 1935 al gobierno catalán por los sucesos de octubre serían llamados a declarar Monzón, Irujo y Aguirre, preguntándoles por su posible ayuda a los catalanes en virtud del pacto Galeuzca.
LA BREVE LUMINARIA DEL 36.-
La elecciones de febrero de 1936 y la victoria del Frente Popular en el Estado y del PNV en el País Vasco renovó las esperanzas galeuzcanas, sobre todo en lo referente a la aprobación de los Estatutos vasco y gallego.
En Marzo se constituían los grupos parlamentarios. El PNV necesitaba un diputado para completar el suyo y solicitó al PG la concurrencia de Castelao para tal fin, el cual personalmente aceptó. Pero la sujeción a la disciplina de Izquierda Republicana, formación con la que el PG había suscrito un pacto preelectoral, lo impidió. Su lugar fue ocupado por Eduard Palet, diputado de ERC. Sin embargo, Castelao entraría a formar parte de la Comisión Parlamentaria de Estatutos, encargada de debatir el Vasco, comisión presidida por el esquerrista catalán, Tomás i Piera, y de la que también formaba parte como José Antonio Aguirre. Allí se fraguaría una entrañable amistad entre éste y Castelao y se consumaría la inquina entre el de Rianxo e Indalecio Prieto. En abril el dirigente de las Mocedades Galeguistas, Fernández del Riego, realizaba una ferviente llamada para resucitar la entente vasco-galaico-catalana, que seguramente se hubiera consolidado con motivo de la presentación y aprobación de los Estatutos autonómicos de Galicia y el País Vasco en las Cortes. Pero los hados predestinaban otros derroteros y los buitres militares ya sobrevolaban el cielo en macabra búsqueda de la carroña.
LA GUERRA "INCIVIL".-
Cataluña acogió a los vascos desterrados y a los gallegos leales, demostrando que la solidaridad galeuzcana era efectiva y no una pura entelequia. (Me atrevería a un irrintzi fraternal: es hora de que vascos y gallegos realicemos un magno homenaje al mártir Lluis Companys por esta filantrópica disponibilidad). La Generalitat promulgó decretos específicos y beneficiosos para los refugiados vascos, concediendo al Gobierno un estatuto jurídico de casi-extraterritorialidad, al nivel de inmunidad diplomática, y toda clase de facilidades y medios materiales para acondicionar a los desterrados éuscaros. Cualquier observador imparcial puede comprobarlo con la lectura del Boletín oficial de la Generalitat, de los periódicos Euzkadi o Euzkadi en Catalunya, de los libros de Ricard Altaba i Planuc, "Vuit messos a delegació D Euzkadi a Catalunya" y el de José Estornés Lasa y la visión del film depositado en la filmoteca vasca:"Aguirre hoste d'honor a Catalunya", que presagiaba la celebración de la semana "D'ajuta Euzkadi" en la primavera de 1937.
Una actitud semejante, digna del más fervoroso elogio, llevaría a cabo la Generalitat con los gallegos leales, entre ellos Castelao. Este alabaría en su "Sempre en Caliza", la Biblia del galleguismo, la actuación de apoyo de los diputados vascos y catalanes al Estatuto gallego, presentado en las Cortes republicanas celebradas en Monserrat durante la sesión del 1 de febrero de 1938. También participaría el 17 de marzo de 1937 en el Aberri Eguna, conmemorado en la Delegación General de Euzkadi en Cataluña, dirigida por el aneuvista Areitioaurtena.
La caída de Cataluña en poder del ejército rebelde a comienzos de 1939 provocó la hollada salida hacia las hieles del exilio de los prohombres de los Gobiernos republicano, vasco y catalán. Los presidentes de estos dos últimos, Aguirre y Companys, atravesarían juntos la frontera gala en compañía de otras personalidades como Irujo y Pi i Sunyer. Éste cuenta en sus memorias, publicadas en Méjico, que la noche anterior al cruce da la muga los presentes se habían comprometido a resucitar Galeuzca en el exilio.
-Gracias a la discreción y habilidad de Castelao para tener localizado la documentación del plebiscito y resultado del Estatuto Gallego en Madrid se pudo ir a buscar y presentar a Cortes en Monteserrat en 1938 y mas tarde en la sesiónes de Cortes Españolas celebradas en Méjico, se pudieron finalizar los trámites legales del Estatuto Gallego.-
Publicado por: Juan Rua | 05/04/2010 en 03:02 p.m.