OBITUARIO: IN MEMÓRIAM
No por esperada, la noticia del fallecimiento de Elena Ribera de la Souchère me ha causado menor tristeza. La conocí en mi segunda escapada a París en enero de 1955 a través de mi amigo el escritor catalán Palau Fabre, exiliado como ella en Francia. Elena de la Souchère recogía en la prensa francesa de izquierda las noticias que le llegaban de España después del gran éxito de la huelga de los tranvías de Barcelona en 1951. Falleció en la madrugada del martes 8 de junio a los 90 años en París, en cuyo barrio XVI había nacido el 2 de mayo de 1916.
Con un grupo de jóvenes universitarios reunidos en torno a José María Castellet comentábamos entonces estos artículos y decidimos ponernos en contacto con ella. Así, en nombre de este pequeño grupo de universitarios, la fui a visitar y le manifesté nuestro deseo de mantener una relación regular con ella e informarle de la creciente oposición universitaria de Barcelona contra el régimen de Franco. Elena de la Souchère acogió generosamente esta demanda y me presentó a los directores de France Observateur y de Les Lettres Nouvelles con objeto de que publicáramos nuestros informes y artículos en ellos. Durante varios años, Elena compartió con los militantes del interior y el exilio la lucha por las libertades políticas y sindicales de acuerdo con la nueva política de reconciliación nacional elaborada por Santiago Carrillo. Aunque alejada del Partido Comunista, participó en el homenaje a Antonio Machado en Colliure y consiguió la adhesión al mismo de firmas como las de Bataillon, Sartre, Simon de Beauvoir, Aragon y Picasso.
Su padre, Romualdo Ribera de la Souchère, fundador del Museo Picasso de Antibes, fue amigo personal del pintor y del ex ministro de la República Manuel Irujo. Tras el golpe militar del 18 de julio de 1936, la jovencísima Elena trabajaba en la Delegación del Gobierno vasco en París y se alistó voluntariamente en el Ejército republicano con una acreditación del periódico cristiano-demócrata L'Eveil des Peuples.
Fruto de esta experiencia sería la reciente publicación de su obra Lo que han visto mis ojos (Círculo de Lectores; Galaxia Gutenberg, 2006), en la que Elena de la Souchère recoge sus experiencias en el frente y su posterior traslado a Barcelona a petición del Gobierno de Irujo para defender a los sacerdotes vascos refugiados allí y amenazados en los primeros meses del conflicto por los grupos anárquicos, que imponían a su manera la justicia aprovechando la debilidad del Gobierno republicano.
Este testimonio singular, el de una muchacha que sueña con ir al frente y defender allí sus ideas, enviada más tarde para salvar la vida de los sacerdotes amenazados, es un reflejo de las contradicciones vividas en aquellos momentos. En un artículo de Opinión (Celebración de Elena de la Souchère) publicado en este mismo diario el 19 de julio de 2005, concluía que era hora de que todos aquellos por quienes desinteresadamente luchó reconociéramos el valor de su ejemplo en la empresa de poner fin a la dictadura y acceder a un Estado democrático. Elena de la Souchère, a quien describí hace 25 años en Coto Vedado como una mujer singular, de calidad única, presta siempre a ayudar a los demócratas de España, merece ser recordada por todos los que disfrutamos hoy de un régimen soportable como el existente desde la muerte de Franco y la Transición democrática.
Juan Goytisolo (escritor)
Vaya! Entonces Mme. Ribera de la Souchère del seizième era amiga y correligionaria de Jean-Paul en el soixième!
Y Goytisolo también lo era de ella y de él?
Pero entonces por qué firmó Goytisolo contra ETA hace uno o dos lustros un papelucho fascista codo con codo con los fascistas espanoles, aquellos contra los que luchara con su pluma y activismo Mm Ribera de la Souchère mucho antes de que Jean-Paul escribiera su libro de apoyo al independentismo vasco y la lucha política y armada de esa organización vasca?
Me lo expliquen.
Publicado por: Donatien Martinez-Labegerie | 06/11/2010 en 09:03 a.m.
Allez Romain Sicard !!!
Publicado por: Donatien Martinez-Labegerie | 06/11/2010 en 10:16 a.m.
Y este Juan Goitisolo es el del panfleto promarroqui y antisaharaui?
Publicado por: Algorri | 06/11/2010 en 07:57 p.m.
La intelectualidad espanola no da mucho de sí. Ni la que se dice progresista ni la de derechas. Esta sigue siendo la misma de siempre, de genética fascista, desconocedora del espíritu democrático, mientras que aquella anda en el limbo, haciendo seguidismo de la fascista, como vemos en Goytisolo con el caso vasco.
Salvo excepciones como Bergamín o Sastre -que, oh casualidad casualidad, optaron por la filiación nacional y progresista vasca- no hay nada decente en la intellgentsia hispana en las últimas décadas.
Publicado por: Donatien Martinez-Labegerie | 06/12/2010 en 09:52 a.m.
Yo trabajé contigo dos años en la Embajada de México en París en los 80. Mis respetos Elena y espero que hayas logrado tu objetivo.En México las cosas no son iguales, tu tenías una gran cultura y respeto por los demás. Aquí porque tienen un billete de $200.00 y no saben gran cosa, es una prepotencia muy clara. Recuerdo cuando te llamó la traductora de Francois Mittérrand, por cierto muy sencilla.
Siempre estarás en mi memoria con un gran cariño. Susana Leal
Publicado por: Susana Leal | 06/01/2011 en 08:53 p.m.