COADJUTOR DE ZUZURKIL: DE CÓMO PIKABEA HIZO OBISPO A GANDASEGUI
La Fundación José Miguel de Barandiarán acaba de editar una colección de libros magníficos. Se trata de la reproducción de las agendas con el Diario personal de D. José Miguel de Barandiarán, primero de forma facsímil, y después transcritas.
En el Tomo 8 se habla de los años que van de 1936 a 1953, años en los que estuvo refugiado en Iparralde (Sara). El antropólogo iba anotando lo que hacía y lo que le comentaban en estilo directo. Voy a tratar de ir reproduciendo algunas de las cuestiones terribles que iba oyendo sobre la represión bajo el franquismo. Hoy le toca al 4 de Diciembre de 1936. Dice así:
Día 4.- En el Splendid Hotel veo al P. Larrakoetxea que ha llegado uno de estos días. Me cuenta algunas cosas que le ha referido D. Joaquín Bermejo: que éste ha estado encarcelado a consecuencia de una denuncia de un sacerdote; que los coadjutores del Antiguo de San Sebastián han sido encarcelados por denuncias de su párroco; que un sacerdote de Pasajes ha sido también encarcelado por una denuncia de otro sacerdote; que un religioso del Corazón de María, con residencia en Tolosa, fue fusilado a consecuencia de una denuncia de otro religioso de su orden.
El Sr. Urkola nos refiere cómo D. Rafael Picabea logró el episcopado para Gandasegui. Era la primera vez que Picabea ostentaba el cargo de diputado a Cortes. Tendría unos 29 años. Un señor apellidado Irala, a la sazón alcalde de Ondárroa, se le presentó un día a Picabea y le dijo que desearía vivamente que a un sacerdote, amigo suyo, canónigo de Zaragoza, se le ascendiera al episcopado, y que para tal fin le rogaba hiciese las oportunas gestiones en Madrid. Picabea le prometió trabajar el asunto. Y al efecto estuvo con la Reina María Cristina y con el Rey. Éste le prometió que el Gandasegui sería promovido al episcopado. En esto vacó el obispado de Vitoria. Pero no se le dio esa sede a Gandasegui, por ser éste vasco. Después vacó el Obispado de Ciudad-Real que llevaba anejo el cargo o dignidad de priorato de las órdenes militares. Mas para esta dignidad se precisaba que fuese el candidato de prosapia noble, condición que no reunía el Sr. Gandasegui. Por fin hubo heraldista que zanjó la dificultad diciendo que uno desde el momento en que se es obispo es ya noble. Así, pues, vencidas las dificultades, pudo ser propuesto D. Remigio Gandasegui para el cargo de obispo de Ciudad-Real. Cuando éste y Picabea salían del despacho del ministro de Gracia y Justicia (Sánchez Toca), después de darle las gracias por la gracia dijo Gandasegui: "a éste le temía yo mucho". Era que habiendo recurrido a él en otra ocasión, mediante una señora de alta sociedad, para obtener una canongía, una vez obtenida la gracia, mostró Gandasegui su agradecimiento a la señora, mas no lo hizo con el ministro, por lo que éste guardaba algún resentimiento.
También Picabea intervino para que Irastorza fuese nombrado obispo. Antes le apoyó para que en Ciudad-Real ganase las oposiciones a canónigo, y salió triunfante, "eso que fue el que peor estuvo en las oposiciones" porque decidió la causa el obispo, que era Gandasegui.
Hablando de tonsurados, tenemos nuevo obispo en Bilbao: Iceta.
Lo han hecho en agosto.
Mejor dicho, lo han puesto en Agosto, sí, pero durante Aste Nagusia, semana en que quien en Bilbao no está en alguna de sus Corridas Generales de toros o por las txosnas, está de vacaciones en Bermuda o en Ibiza o en Benalmádena-Costa.
Lo han puesto "de arriba a abajo", en una operación política de la iglesia nacional espanola en El Vaticano que completa la operación Munilla y la operación arzobispado de Iruna, en el que se colocó al hasta entonces obispo castrense del ejército hispano.
Antes o después volverá a haber una iglesia nacional vasca, con Primatura en Pamplona. Para la iglesia el tiempo no es problema, todo llega.
Publicado por: Donatien Martinez-Labegerie | 08/25/2010 en 10:27 a.m.