El pasado lunes día 20, la embajada chilena en Madrid, celebró el bicentenario de la independencia de su país. Mucha gente en el jardín de la residencia del embajador, Sergio Romero, que siempre que me ve me recuerda que su mejor educación se la dio el escolapio vasco P. Azanza, era quien recibía en la entrada con todo su personal. Sergio Romero, en su calidad de presidente del senado chileno fue quien logró en su día que el lehendakari Ibarretxe tuviera un sitio preferente en el acto de la toma de posesión de la presidenta Bachelet. La embajada española en Santiago no había hecho nada.