“No sé si estoy rompiendo el protocolo. Ahora te respondo", replica, con la sonrisa en la boca, Carlos Aiestaran, autor del libro José Antonio Aguirre y Lecube. El fútbol: su faceta desconocida. Su frase corresponde a un apunte anteriormente realizado: "Yo lo que he echado en falta es alguna foto de la selección de Euzkadi", señaló Joseba Aguirre Zabala, hijo del primer lehendakari vasco. Entonces, como un resorte amanece la presencia del Diputado General de Bizkaia, José Luis Bilbao. "Comienza el debate". La sorna se apodera de la sala del Palacio Foral que corona la Gran Vía bilbaína. Fernando García Macua, presidente del conjunto bilbaíno, y Josune Ariztondo, diputada de Cultura, escuchan cómplices. Mientras, el escritor explica cómo concibió un libro en el que se muestra "material que no hubiera sido publicado anteriormente", como rezaba una de las reglas del certamen. El hijo del mito asiente y sonríe en silencio. Todo "sin romper el protocolo".
Sucede que en las entrañas de la edificación bilbaína tomaba parte la resurrección de un mito en un mundo inexplorado: el fútbol. No en vano, el lehendakari vistió la camiseta bilbaína desde la temporada 1921/22 hasta la 1925/26. "Tuve que hacer una labor de ratón de biblioteca", agrega el autor, quien se empapó de este personaje y de su pasado futbolístico para acometer un proyecto que pudo ver la luz en 2004, pero que tuvo que esperar a una iniciativa de la Diputación vizcaína para tomar salida dentro de una serie de monografías deportivas. "El protagonista de este libro no es el político, sino un joven futbolista", desgrana Aiestaran. La trayectoria con la escuadra bilbaína coincidió con un bloque que "no era sobresaliente", pero que en 1923, de la mano de Míster Pentland, triunfó en la Copa.
"Seguramente los valores que el lehendakari conoció mientras era futbolista le sirvieron más tarde cuando vivió una situación tan delicada", explica Carlos. García Macua refrenda dichas palabras: "Si alguien defendió los valores de la democracia, a costa de asumir riesgos personales, ése fue José Antonio Aguirre". "Debemos socializar una figura tan importante como la del lehendakari, ya que en esta sociedad necesitamos estas figuras y estos valores", agregó el mandatario del Athletic.
"Las páginas de este libro no viven exclusivamente de la trayectoria deportiva de Aguirre, sino la del club durante aquellos años. Asimismo, se relatan sucesos por los que el Athletic se vio convulsionado durante aquellas temporadas", comenta Aiestaran. Sus palabras desgranan la muerte del gran Pichichi, las bodas de plata del Athletic y los fallecimientos de Félix Sesumaga y Jesús Larraza -"parecía que iba a hacer historia"-.
Todo ello entre el duelo que enfrentó al Athletic ante el Deusto el 17 de noviembre de 1921, primer choque del lehendakari y que finalizó con un empate a uno, y el 18 de octubre de 1925, cuando marcó un gol en su último encuentro ante el Acero. Se despidió con un tanto. Después llegarían sus años de judicatura y política, en los que destacó por "valores como la falta de egoísmo, saber aceptar derrotas y victorias y, sobre todo, el sentido colectivo", remacha el autor. Forjado el carácter en terreno rojiblanco, José Antonio Aguirre posteriormente daría lecciones, pero "antes fue interior zurdo".
Igor G. Vico
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