-Por favor, no se saque una fotografía con Hugo Chávez sonriendo.
Trinidad Jiménez, compareció este miércoles en la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado. Había comparecido en el Congreso para dar cuenta de sus primeros malos pasos con relación al conflicto del Sahara, pero no había dado cuenta de la política general que iba a llevar a cabo en su ministerio. Por eso, durante una hora, ha desgranado su plan de actuación.
En cuanto me ha tocado intervenir a mí, en mi turno, le he dicho lo siguiente:
Me imagino que por cortesía parlamentaria sería procedente darle a usted la bienvenida a esta Comisión, como se la dimos en pleno. Me ha tocado hacer lo mismo con los ministros Moran, Ordoñez, Solana, Westendorp, Mututes, Piqué, Palacios y Moratinos, con lo que tengo algún elemento de juicio para poder opinar sobre la llegada de un nuevo ministro al ejercicio de su función. Y tengo que decirle que nadie de manera tan insatisfactoria como usted, porque ha partido de una base que no se corresponde con la realidad, porque si bien la Constitución atribuye al gobierno la dirección de la política exterior, también dice que vivimos en un sistema parlamentario, y el parlamento tiene la obligación de Iegislar y de controlar la acción del ejecutivo y está en sus manos que ese control sea agrio o respetuoso, enfrentado o de colaboración. Y las trazas que usted ha mostrado en sus primeros pasos, como ministra de exteriores para nuestro Grupo no han podido ser más desastrosas, invitándonos a la abierta confrontación, siendo además, como somos, junto a Coalición Canaria, el partido que en este momento ha sostenido al gobierno, cosa que usted ha desconocido en todo momento.
Y es que usted nos ha dicho. Yo soy la ministra, yo soy la que marco la política de forma solitaria, yo no consulto con nadie, yo soy la que digo lo que es correcto y lo que es incorrecto. Yo no necesito a nadie, yo no saludo ni me despido de nadie. Y sabe porque lo digo.
Y ya se lo comenté por la noche del martes 16 de noviembre antes de someterse usted a las preguntas en un programa de televisión. Usted ha elegido ese campo de juego y en ese campo de juego nos va a encontrar.
Sra. Ministra. Usted en su toma de posesión marcó los tres ejes de su actuación. “España, dijo, inicia una nueva etapa marcada por la economía, el multilateralismo y los derechos humanos".
Pues bien. Vayamos a analizarlos.
En relación con la economía, su primer viaje como ministra no fue ni a Portugal, ni a Francia, ni a Marruecos, países vecinos, sino a países tan prósperos como Bolivia y a Ecuador en lo que usted definió "la diplomacia económica". Si de eso se trataba podía haber elegido usted como países para esa diplomacia económica a Brasil y a Chile, pero para eso debería haber leído usted el informe de la ponencia que trabajamos durante un año, en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos que sus asesores deberían haber puesto en valor ante usted y que usted conocía, porque además fue un trabajo realizado a petición del ministro Moratinos. Ya sabemos que usted es autosuficiente y no necesita nada de nadie y mucho menos del Parlamento.
Pero le digo más.
No trate de competir con el ministro de Industria que tiene a su cargo el comercio y el turismo o con la vicepresidenta que se ocupa de la economía. No empiece usted su mandato dispersando su acción en viajes larguísimos un trabajo que puedan hacer otros. Establezca usted mejor las prioridades y deje éste ámbito a quien se ocupa de él. Deje la Cooperación a la eficiente Secretaría de Estado de Cooperación y la economía, a quien se ocupa de ella. Centre bien su trabajo, que es la política exterior, no la dispersión exterior.
El segundo aspecto que usted enunció fue el del multilateralismo que suena muy bien aunque sea palabra difícil de pronunciar.
La experiencia de estos años y la crisis económica nos dice que España no tiene dimensión para jugar con todos los balones de la política internacional. De ser país receptor a ser país cooperador, de ser un país aislado a querer bailar con todas y con todos, de tener cuatro embajadas en África a querer tenerlas en todos los países africanos. De ocuparse solo de Guinea y del Sahara a no ocuparse de Guinea y del Sahara sino de Corea y de Oriente Medio. De querer entrar en Europa y beneficiarse de sus fondos de cohesión a querer romper la posición común en relación con Cuba basada en los derechos humanos.
Y todo esto no puede ser.
La política exterior española debería centrarse en sus compromisos europeos, en la Unión Mediterránea, fracasada, en presionar a Estados Unidos y a Francia para solucionar el contencioso del Sahara y, en Iberoamericana. Pero en nada más. Y que los ministros económicos se preocupen de Asia-Pacífico, pero no de una política exterior que no puede abarcarlo todo. No puede. Y quien mucho abarca poco aprieta.
Y con una preocupación.
España no está haciendo casi nada por tener una presencia activa en la creación de un Servicio Europeo de Acción Exterior. Se lo preguntamos al secretario de estado y nos dijo que España no está haciendo nada. Repito, nada.
Una de las innovaciones más importantes del Tratado de Lisboa es este Servicio Europeo de Acción Exterior y ahí debería centrarse en la actualidad la diplomacia española si quiere jugar algún papel en el futuro inmediato pero no se está haciendo nada. Repito, nada. Y nos lo ha dicho el secretario de estado de Europa.
EI tercer punto objeto de sus prioridades, pero solo a la hora de la enunciación, es la defensa de los derechos humanos.
Mi experiencia de éstos últimos siete años es que se trata de una bandera que se enarbola una vez al año, para tranquilizar una mala conciencia porque entre derechos humanos o intereses económicos ustedes siempre, y digo siempre, han optado por los intereses económicos, que nadie dice que no han de defenderlos, pero no tan groseramente.
Y no sabemos de qué derechos humanos hablan pues Ios que así conocemos son los derechos humanos universales consagrados en la Declaración Universal y que no admiten fronteras excepto para ustedes.
No hay defensa de los derechos humanos en China, en el Tibet, en Bolivia o en Venezuela donde para usted no hay presos políticos. Se lo dicen sus asesores y usted es incapaz de cuestionarse esa inmensa mentira.
Los derechos humanos no son un corralito de los estados autoritarios. Cuando ustedes dan por buena la información del ministro del interior marroquí, el mismo que no dejaba entrar al Aiún a periodistas y políticos, cuando el ministro de la presidencia Ramón Jáuregui dijo en el Congreso que la soberanía del Sahara la tiene Marruecos, que no lo dice nadie. Cuando usted ante las descalificaciones del ministro de exteriores marroquí contra la prensa española no le pone a este ministro en su sitio, sino dice que aquí se funciona de otra manera y que usted respeta lo que no es respetable, cuando el presidente Zapatero dice que lo que se vive, en el Sahara para el gobierno solo se aborda con criterios de estado y estos están por encima de los derechos humanos, que quiere que le diga que no sea algo desagradable.
Como cuando ustedes negocian competencias pesqueras que no son de Marruecos sino del Sahara y no chistan, cuando usted me dice que la jueza Afiuni en Venezuela puede que lo esté pasando mal, pero no mueve un dedo, lo que le permite al presidente Chávez actuar con total impunidad, no me venga, usted con el disco rayado de los derechos humanos porque le tengo que decir que está mintiendo y que entre un derecho humano y un interés económico o un chantaje encubierto como el de Ceuta y Melilla usted siempre estará en favor de ceder al chantaje como acaban de hacerlo en el Sanara pidiendo solo prudencia y no condenando, como lo hace HB, una violencia salvaje que se carga un campo habitado por seres humanos para que el aniversario de la Marcha Verde no se celebre con semejante protesta en El Aiún.
Y si usted, ante una situación límite como la que se ha vivido, hubiera actuado de forma mucho más sensata, menos sobrada y prepotente, menos poseedora absoluta de la verdad, nosotros hubiéramos entendido y consensuado con usted una acción inteligente pero como usted va dándonos lecciones de todo tipo, que yo no he visto en ningún ministro de Exteriores salvo en la Sra. de Palacio, a la que usted se le parece tanto, pues le vamos a decir que se equivoca y le vamos a seguir diciendo que su defensa de los derechos humanos es falsa y es solo una mala careta que traiciona todos los discursos socialistas habidos y por haber.
Termino.
Le voy a leer lo que me comentan sobre la insoportable situación de la jueza Afiuni y que en su ministerio saben aunque no han hecho nada:
Ante esto, y si no van a hacer nada, permítame pedirle que en la próxima Cumbre del Mar del Plata no se saque usted esas obsequiosas fotografías con el presidente Chávez. Eso legitima la práctica de las torturas de este indeseable.
PSOE = partido democrata made in USA. Son unos neocons, derecha moderada. Nos entretienen con 4 tonterias supuestamente progresistas. Si me sintiera español prefiero al PP; son coherentes, dicen lo que piensan y roban y esconden sus fechorias mejor que estos "desnaturalizados" (antes descamisados) socialistos/as.
Publicado por: Enrique III de Nabarra | 11/26/2010 en 05:30 p.m.