El martes en el Arraiz, estuvimos Erkoreka y yo con Susana Villaran la recién electa alcaldesa de Lima. Acaba de ganar unas competidas elecciones haciendo campaña casa por casa con la intención de hacer “Una Lima verde y para todos”. Había más gentes que no nombro por discreción.
Había visitado al alcalde de Bilbao ya que al parecer el agua del “río hablador”, el Rimac, está ahora tan sucio y contaminado como lo estaba nuestra Ría como “alcantarilla navegable” cuando el PNV, con Castañares al frente de la candidatura, ganó las elecciones en 1979. Nuestro candidato acompañado por Maren Leizaola, Begoña Ezpeleta e Iñaki Zubizarreta, visitaron Londres y se enteraron lo que hicieron los ingleses con su río y trajeron aquí la idea en 1979, de que se podía hacer lo mismo. Hoy, tras treinta años de un planificado trabajo, la Ría comienza a vivir. Pero han sido treinta años y se ha hecho el trabajo por parte de las corporaciones presididas por Castañares, Robles, Gorordo, Duñabeitia, Ortuondo y Azkuna. En este tipo de apuestas importa no solo detectar el problema y hacer un buen diagnóstico sino seguirlo en el tiempo.
Ese día había salido en DEIA una entrevista con la alcaldesa electa y en ella decían que mientras su contrincante pasaba por las calles de Lima saludando a la gente desde el coche, Susana se dedicaba a hablar con los votantes en persona y a través de las redes sociales para conocer sus necesidades. “Jamás me levanté ni dos centímetros del suelo durante la campaña y quiero gobernar sintiéndome una más de mi pueblo”.
Esa aseveración me gustó y le comenté cómo en un debate parlamentario en el Congreso yo había hecho uso de una reflexión del poeta catalán Joan Brossa que decía que la única tarima que él admitía era la de los tacones de sus zapatos y de como su viuda me había llamado para agradecerme la mención. Le gustó la frase y la apuntó.
No lo tiene fácil Susana pues Lima es una inmensa ciudad de ocho millones de habitantes con un centro precioso pero muchos barrios depauperados. Susana nos decía:
“Lima es muy frágil ante el cambio climático y hay una crisis ambiental. Además de acabar con la drogadicción y de mejorar la situación de los barrios pobres, queremos construir una ciudad más limpia y con más zonas verdes. Para ello es clave recuperar nuestros ríos e invertir en plantas de gestión de residuos, dos aspectos en los que Bilbao tiene una gran sabiduría”.
De Bilbao iba a Madrid y allí le pusimos en contacto con la Secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez que en su día había sido candidata a la alcaldía de Valladolid y que inmediatamente hizo un hueco en su agenda para desayunar con ella.
Está bien que en Bilbao nos visite la alcaldesa de Lima, una mujer activa de centro izquierda, que hará una buena gestión. Y es amiga. Como lo es el actual alcalde de Caracas.
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