"Tengo un problema de autoestima exacta", declaraba un abatido borracho en una viñeta de New Yorker. Puede que forme parte de una minoría. Porque, si debemos creer lo que dicen algunos estudios psicológicos recientes, pocas personas están preparadas para juzgarse a sí mismas objetivamente.
¿Cree usted que es guapo?. Vuelva a pensárselo. Un estudio publicado en Personality and Social Psychology Bulletin revela que la mayoría de las personas, cuando comparan fotografías retocadas y sin retocar de ellas mismas, consideran que tienen un aspecto un 20% mejor que el que realmente tienen.
"Aunque obviamente nos vemos a nosotros mismos en el espejo cada día, no siempre tenemos exactamente el mismo aspecto", decía a The Times Nicholas Epley, uno de los autores del estudio. "¿Cuál de las imágenes es usted?. Nuestra investigación muestra que la gente, habitualmente, resuelve esa ambigüedad a su favor, y se forma una representación de su imagen que es más atractiva de lo que realmente es".
Así que, después de todo, ese extraño con el pelo enmarañado, la cara pálida y los ojos inyectados de sangre que aparece en el espejo algunas mañanas puede que sea usted mismo. Por supuesto, la apariencia no lo es todo. Los principios morales son mucho más importantes. Pero hay estudios que ponen de manifiesto el modo en que nos engañamos a nosotros mismos también sobre eso.
Como escribía Benedict Carey en The Times, "los psicólogos han desvelado las formas en que la gente subconscientemente mantiene y manipula su propia imagen moral. Se consideran a sí mismos moralmente superiores que el de aliado; sobreestiman la probabilidad de actuar de forma ejemplar en el futuro; opinan que sus intenciones son encomiables, mientras que menosprecian las de otros por ser intrascendentes. Y suavizan sus principios morales cuando hacen un trabajo sucio, como cumplir órdenes de aprovecharse de clientes mal informados".
La memoria, escribe Carey, desempeña una función especial. La investigación demuestra que tendemos a quitar importancia a nuestros fallos morales a medida que pasa el tiempo, mientras que damos más importancia a nuestra propensión a hacer buenas obras. Casi todo el mundo ha compartido un lugar de trabajo o una reunión familiar con alguien tan presuntuoso y que se da tanta importancia que llega a ser absolutamente insufrible. ¿Pero cuándo constituye ese comportamiento molesto un verdadero trastorno de la personalidad?.
La Asociación Psiquiátrica Estadounidense no está segura. Como informaba The Times, la organización está debatiendo la posibilidad de eliminar el diagnóstico de trastorno narcisista de la personalidad. El problema, desgraciadamente, no es la falta de narcisismo.
"Hay mucho egocentrismo en el mundo, y el narcisista se ha convertido en un individuo reconocible al instante", declaraba a The Times Andrew E. Skodol II, un catedrático de investigación de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona.
En el extremo opuesto al narcisismo se encuentra la enfermedad conocida como trastorno dismórfico corporal. Quienes la padecen están tan obsesionados con un supuesto defecto físico que a menudo se niegan a salir de casa con la cara descubierta. Otros recurren a las drogas, el alcohol o la cirugía estética compulsiva. Pero cuando corrigen un defecto imaginario, suele surgir otro que ocupa su lugar. El mejor tratamiento, según The Times, es una combinación de terapia cognitivo-conductual y medicamentos que aumenten los niveles de serotonina. Puede que también deban hacer caso al consejo de un viejo dicho: cuando nos miramos al espejo, estamos viendo el problema, pero también la solución.
Kevin Delaney
¿podría ser un caso de narcisismo...Felipe Gonzalez?
Publicado por: Itziar | 12/29/2010 en 08:07 p.m.
Iñaki, de verdad que manifiesto profundo interés por las reflexiones que cuelgas en tu blog y si critico algo trato de hacerlo con la boca pequeña y desde el respeto. Pero leyendo este episodio se me ha debido de quedar la misma cara que cuando una abnegada guía del Guggenheim se esforzaba en que entendiera la pieza que se había marcado un artista judío de apellido impronunciable.
Publicado por: Enrique López | 12/29/2010 en 09:31 p.m.
Veo Senador que, últimamente, los sigiuientes temas "ni los menta"...
- la eliminacion de los 426 € de los parados...
-la elevación de la edad de jubilación...
-la congelación de las pensiones...
-la subida del 10% de la luz...
-la subida del casi 4% del gas...
Entiendo que a Ud no le afecte pero...¿no sería más interesante que el narcisismo?
Publicado por: Antxon Gaztelu | 12/30/2010 en 05:33 p.m.
"Narcisista: dícese de la persona que es más guapa que usted".
Esa frase la decía mi profesor de latín.
Cjota. "mi profe de latín"
Publicado por: Christian Johansen | 12/31/2010 en 12:27 a.m.