Parece ridículo poner en el Senado español un traductor entre personas que hablan con fluidez el mismo idioma, el idioma de su país.
Luego no hay dinero para subir las Pensiones, ni para mantener el nivel adquisitivo de los funcionarios, ni para las ayudas a dependientes, etc.
Traducir, ralentizará la actuación del Senado, o sea, más sesiones igual a mas dietas. Eso sí, cuando acaben las sesiones políglotas, se bajan todos los senadores al bar del Senado y hablan todos en castellano entre sí, que es en la lengua en que se entienden todos: vascos, gallegos, catalanes, valencianos, murcianos...