Bilbao, 7 de Febrero 2011
Excmo. Sr. D. Javier Rojo
Presidente del Senado
Madrid
Estimado Presidente:
Comparto plenamente la preocupación que expresas en tu carta de 25 de enero a propósito de la inquietud constatable en la sociedad y las declaraciones públicas llevadas a cabo recientemente por algunos diputados y senadores en relación con el vigente Reglamento de Pensiones Parlamentarias. Siento, al igual que tú, que los representantes públicos debemos hacer un esfuerzo para sustraer este debate de las garras de la demagogia y hacerlo descansar, exclusivamente, sobre el rigor, la transparencia y la ejemplaridad de la función parlamentaria. Y tampoco se me oculta el dato de que, un Reglamento todavía reciente -el vigente fue aprobado por las Mesas del Congreso y del Senado el 11 de julio de 2006, es decir, no hace todavía ni cinco años- podría haber quedar obsoleto como consecuencia de las reformas que las urgencias financieras provocadas por la crisis, nos están obligando a emprender en el modelo de bienestar que disfrutamos y, más concretamente, en el sistema de pensiones. Las cosas han cambiado mucho en pocos años y no parece coherente que los dirigentes políticos emitamos mensajes de austeridad si, al mismo tiempo, no procuramos apretarnos el cinturón en la parte que nos pudiera corresponder, compartiendo sacrificios con el resto de los ciudadanos. Si el reto de la sostenibilidad nos obliga a endurecer el régimen de pensiones para todos los trabajadores, no hay razón para que no revisemos, también, desde idénticas claves de austeridad y responsabilidad, el específicamente vigente para los diputados y los senadores.
En consideración a todo ello, paso, de inmediato, a responder a tu requerimiento, expresándote el parecer de los senadores Zubia, Leanizbarrutia y de quien esto firma, en relación con las tres cuestiones que señalas en tu escrito.
1.- Reglamento de Pensiones Parlamentarias.
El Grupo Parlamentario vasco (EAJ-PNV) es, también, partidario de revisar el régimen aprobado el 11 de julio de 2006. No postulamos su eliminación llana y simple, porque creemos que la norma atiende unas necesidades objetivas que sería injusto dejar sin cobertura alguna. Empero, somos partidarios de acotar rigurosamente su alcance y contenido a fin de que las prestaciones económicas se circunscriban estrictamente a los supuestos en los que la necesidad es más grave y patente. Siguiendo este criterio, a nuestro juicio, sólo deberían concederse complementos de pensión -con los mismos requisitos y condiciones hasta ahora vigentes- a los siguientes colectivos:
a) Diputados y senadores cuya vida política se hubiese iniciado en la clandestinidad antifranquista, o en los albores de la transición, en condiciones que no hicieron posible la cotización ordinaria y regular a la Seguridad Social. Recuérdese a este respecto que, la precariedad y la desorganización de los partidos políticos, que al comienzo del presente periodo democrático salían trabajosamente de la ilegalidad o improvisaban sus primeros pasos en un marco de libertad, provocaron múltiples situaciones de este tipo.
b) Diputados y senadores que puedan acreditar ante las Mesas correspondientes, que su dedicación a las labores parlamentarias, les obligó a sacrificar una trayectoria profesional que, de haberse visto inalterada, hubiese permitido una cotización ordinaria y regular a la Seguridad Social, suficiente como para percibir una pensión digna.
c) Diputados y senadores que, tras la aprobación del Reglamento de 11 de julio, arriba citado, decidieron alterar su trayectoria cotizante y, en virtud del principio de confianza legítima, acordaron modular la cuantía de sus aportaciones a la Seguridad Social, desde la convicción de que las Cortes Generales les ofrecía una cobertura social que les permitía hacerlo sin merma alguna de su acceso a la pensión máxima. Las expectativas de quienes, legítima y razonablemente, procedieron en estos términos, podrían verse injustamente lesionadas si se suprimiese radicalmente el Reglamento arriba citado, desbaratando súbitamente las condiciones legales sobre las que planificaron su jubilación.
Por lo que se refiere, concretamente, a la indemnización por cese, el Grupo Parlamentario vasco (EAJ-PNV) entiende que deberían mantenerse, en tanto en cuanto no se aborden las reformas legislativas que permitan a los diputados y senadores contribuir al desempleo. Eso si, debería garantizarse plenamente que su percepción quedase circunscrita, con carácter exclusivo, a los electos cesantes que, al abandonar el escaño, se encontrasen, realmente, entre el cielo y la tierra. Las Cámaras deberían cortar de raíz toda pretensión de compatibilizar el cobro de esta indemnización con el desempeño de una actividad profesional de cualquier tipo o con el trabajo retribuido en una empresa privada. Del escrupuloso cumplimiento de estas condiciones, depende, en buena parte, la honorabilidad y el buen nombre de los diputados y senadores. Sería un escándalo que una prestación concebida para salvar de la indigencia al diputado o senador que encuentra dificultades para retomar su decurso profesional tras la conclusión de su mandato representativo, fuese fraudulentamente aprovechado por pícaros que han sido fichados por despachos opulentos o grandes firmas multinacionales.
2.- Régimen de incompatibilidades de los Diputados y Senadores.
El Grupo Parlamentario vasco (EAP-PNV) cree que en este punto es necesario llevar a cabo un esfuerzo particularmente intenso y comprometido de transparencia y honestidad. Las Cámaras deberían proceder con una rigurosidad particularmente estricta, a hacer efectivo el mandato legal recogido en el artículo 157.2 de la LOREG, que obliga a los diputados y senadores a desarrollar sus funciones “en régimen de dedicación absoluta”. Todo el mundo sabe que, hoy, este mandato legal, tan claro como contundente, es objeto de un cumplimiento tan laxo que algunos de los electos sujetos a sus prescripciones, no sienten rubor alguno en dar publicidad a los servicios profesionales que desarrollan o a los ingresos que perciben por trabajos que les impiden, objetivamente, desempeñar sus quehaceres como diputado o senador, en “régimen de dedicación absoluta”. En consecuencia, este Grupo considera que
a) Debería prohibirse a los diputados y senadores percibir sueldos públicos distintos a los que sirven para remunerar su actividad como tales. Esta incompatibilidad debería ser absoluta, de tal manera que, quien además del escaño ocupase algún otro cargo público representativo, como el de alcalde, concejal, diputado provincial o parlamentario autonómico, tan sólo pudiera percibir la retribución correspondiente a uno de ellos, vigilándose, lógicamente, que la incompatibilidad retributiva no se viese burlada con pagos de dietas u otras soluciones similares.
b) Debería prohibirse, igualmente, a los diputados y senadores compatibilizar su mandato representativo con el desempeño de cualquier otra actividad privada, de carácter profesional o empresarial, con la sola excepción de la gestión del patrimonio personal o familiar. En este punto, debería regir una máxima inexorable: o escaño o despacho.
3.- Publicación de los bienes patrimoniales y rentas de los diputados y senadores
Respaldamos plenamente la propuesta de publicar, en el Boletín Oficial o en la página Web de las Cámaras, los bienes patrimoniales de los electos que han de obrar en el Registro de Intereses, así como la totalidad de las rentas que perciben. Se trata de una plausible medida de higiene pública, que aportaría transparencia al sistema y permitiría detectar los enriquecimientos ilegítimos o fraudulentos.
Iñaki Anasagasti
Senador por Bizkaia
No tenía dudas acerca de la integridad de mis representantes en el Congreso. Esta carta refuerza mi confianza. Por cierto, Iñaki, esos "pícaros fraudulentos que aprovechan que han sido fichados por despachos opulentos o grandes firmas multinacionales" para compatibilizar sus pensiones con sueldos millonarios tienen nombres y apellidos. Podríamos proponerlos para el premio Sabino Arana a la política-ficción.
Publicado por: Enrique López | 02/08/2011 en 10:39 p.m.
4. Régimen de aislamiento entre Diputados y Senadores para votaciones. Los Senadores, o "viejos sabios", están para pararle los pies a los "alocados jóvenes" diputados que en un momento de locura intentan aprobar Leyes ridículas, innecesarias y estúpidamente erróneas. Tanto Rojos como Azules.
Porque si el Senado aprueba culoveo culoquiero lo que digan los diputados... para qué seguir pagando un Senado, si ya nos gobiernan los Diputados?. No querrán que perdamos el credo en el Senado como lo hemos perdido en la Monarquía...
Anécdota: mi vecino tiene una moqueta a la entrada que pone "bienvenido a la república independiente de mi casa".
CJota.
Publicado por: Christian Johansen | 02/08/2011 en 10:59 p.m.
Senador
Siendo loable su escrito, creo que su "esfuerzo para sustraer este debate de las garras de la demagogia y hacerlo descansar, exclusivamente, sobre el rigor, la transparencia y la ejemplaridad"... omite un punto fundamental aunque, bien es cierto, que políticamente incorrecto, y es el siguiente: la política en España está muy mal remunerada si quiere atraer talento.
No se lo que gana un Senador, me imagino que entre 50 y 70 k€. O el Prsidente del Gobierno (80 k€ ?), o un Ministro o Subsecretario (70 k€ ?).
Bien, pues esos sueldos son rídiculos comparados con los que una persona preparada y con experiencia gana en la empresa privada. Pienso en los socios de despachos de abogados, socios de las Big4, directores o subdirectores generales de compañías cotizadas o multinacionales en España. El link adjunto le puede dar una idea:
http://www.michaelpage.es/content.html?subsectionid=10166
Todas esas personas suelen ser buenos profesionales, con sólida experiencia en sus areas de gestión, carreras, masters, oposiciones, idiomas, etc... y, como ve, su remuneración es muy superior. Y no me refiero a los "super", "super" (e.g. Alfredo Saez, Pablo Isla, etc) sino a un montón de gente que puede estar ganando, digamos, entre 100 k y 300k (por poner un rango)
Evidentemente, no creo que una "equiparación" sea la respuesta, pero si el hacer más atractiva la "res publica" para que, el talento puedad interesarse por ella.
Se me puede decir que los sueldos que perciben los políticos son dignos. Cierto. Pero no competitivos si hablamos de talento.
Que un Ministro gane 70 k€ puede ser mucho o poco, según se mire... Si "no sabe hacer la O con un canuto", evidentemente está super bien remunerado ya que jamás conseguiría ese sueldo si no es en la pólítica (y algún caso hay); pero si es una persona con experiencia, formación y otras cualidades, pues... creo que no se le remunera ni su valía ni -lo que es más importante- su responsabilidad (y, también, algún caso hay).
En fin, lo dicho... políticamente incorrecto y por eso nadie lo plantea y, también por eso, siguen Uds en su endogamia y manteniendo el "status quo" para que nadie con ganas y valía entre. y si entran... llegan las corruptelas...
Mire, junto a esas iniciativas sobre pensiones, incompatibilidades, etc. que están muy bien; yo le propondría dos cosas:
-Que ataquen seriamente el tema de los sueldos y los adecúen a la realidad
-Que se prohiba estar más de 12 años consecutivos o 20 alternos (por poner un ejemplo) en puestos políticos cobrando del Estado (o Comunidad o Ayuntamiento). En otras palabras, que quien se dedica a la política sepa también ganarse la vida de otra forma.
Publicado por: Antxon Gaztelu | 02/09/2011 en 08:03 p.m.
Es un buen debate el planteado.
1º La vida legislativa y administrativa debe exigir dos ERRES rigor y responsabilidad,y otra ERRE reconocimiento y para esto último se requiere profesionalidad, integridad y austeridad.
2º De acuerdo con Antxon en que debe llegar el talento, no ya al Parlamento sino a la Administración. Francia cuenta con una Escuela de Estudios Administrativos, que ha sido cuna de grandes politicos y profesionales de la Administración. ¿Y aquí?
3º No me vale yo me afilio de niño a algo y me convierto en ministro de sanidad por decir algo. Hay que demostrar algo más para legislar y gestionar en lo público.
4º Riguroso Régimen de Incompatibilidades o soy senador o soy concejal o alcalde, pero ambas cosas ....
5º Pensiones como cualquier profesional ni más ni menos ( salvo casos de justicia y excepcionales)
6º Resulta lamentable saber de casos que cuando dejan la función pública y han sido profesionales el talento, el capital social/relacional o el conocimiento son desaprovechados en muchas organizaciones y ciertas personas son puestas a pasear por las mismas como zoombies.
4º De los representantes más cercanos a mi, no tengo como dice Enrique ninguna duda ni de su trabajo, dedicación, y austeridad.
HARITZ
Publicado por: haritz | 02/09/2011 en 10:33 p.m.
Una última matización. En la Administración hay un idioma universal o dos. El derecho administrativo y la técnica prespuestaria. Un cargo público no tiene porque ser experto para eso debe estar el personal técnico, pero si tener unas más que nociones de lo que es el procedimiento y la técnica prespuestaria tanto en su elaboración como en su gestiín ( modificaciones, autorizaciones , disposiciones y ordenaciones de gasto y todo eso)
HARITZ
Publicado por: haritz | 02/09/2011 en 10:44 p.m.
Haritz
Aquí tienes diversas oposiciones del grupo A que -en general- generan excelentes profesionales (e.g. Abogados del Estado, Inspectores de Hacienda, Tcnicos Comerciales del Estado, Letrados de las Cortes o del Consejo de Estado, etc). El problema es que se van...por la escasa remuneración
Publicado por: Antxon Gaztelu | 02/10/2011 en 09:53 a.m.
La verdad Antxon que en la Administración existen buenos profesionales y que aman su trabajo. Puedo certificarlo. También te diré que en Francia , por citar un ejemplo, existe un gran respeto por la función pública y la rex publica , que al otro lado de los Pirineos no se da.
Desde la discrepancia ideologica. un abrazo
HARITZ
Publicado por: haritz | 02/10/2011 en 10:45 p.m.
Haritz
Agradecido por lo del abrazo. Viendo la cantidad de insultos que aquí se vierten por no pensar como algunos...se agraedece. Otro para ti.
Es más, sin negar la discrepancia ideologica, que en nuestro caso es evidente, en el punto en cuestión de esta carta del Senador, me parece que tu y yo no andamos tan discrepantes.
De cualquier forma, echo de menos el comentario y opinión del Senador. Da la impresión de que "suelta la piedar y esconde la mano" y no entra al debate planteado.
Publicado por: Antxon Gaztelu | 02/11/2011 en 10:35 p.m.