Diego López Garrido es el Secretario de Estado para la Unión Europea y, cada cierto tiempo, comparece en la Comisión Mixta, Congreso-Senado, para dar cuenta de cumbres, acuerdos y reuniones relacionadas con Europa. Por esta razón compareció el pasado 2 de febrero y cuando me tocó el turno le cosí a preguntas que él, minuciosamente contestó una a una. Este es el interrogatorio y las respuestas al mismo.
aunque, evidentemente, a medida que aumenten los miembros de la Unión Europea se distancian esos momentos de presidencia.
Con respecto a la alta comisionada, creo que va a tener en su acción dos fases muy claras: una primera fase, año 2010, donde la alta comisionada empieza de forma embrionaria a contar con un equipo, y año 2011, donde se puede decir ya que la alta comisionada cuenta con el Servicio Europeo de Acción Exterior, cuenta con presupuesto para dicho servicio y cuenta por tanto con instrumentos que no tenía. Hay que recordar que el Servicio Europeo de Acción Exterior no se acuerda políticamente hasta finales de la Presidencia española y no tenemos presupuesto para el Servicio Europeo de Acción Exterior -hubo una crisis importante además que puso en peligro ese presupuesto- hasta que acaba el año pasado. La señora Ashton lo ha dicho muchas veces. Ha dicho: Yo necesito un equipo en Bruselas, necesito una reforma del Servicio Europeo de Acción Exterior, necesito medios europeos, lo necesito. Creo que vamos a ver este año una acción mucho más profunda, con más iniciativa en la acción de la alta comisionada, espero que eso sea así, cuando ya tiene a su disposición los instrumentos que el Tratado de Lisboa le da para poder ser realmente una alta representante para la política exterior y de seguridad de la Unión Europea.
La Comisión está jugando su papel como quien monopoliza la iniciativa legislativa y, sin pretender duplicar la iniciativa política que pueda tener el Consejo Europeo, la Comisión tiene una serie de competencias en las cuales representa a la Unión Europea hacia el exterior. Por ejemplo, en los temas comerciales es prácticamente el agente político que los desarrolla, que es de una trascendencia enorme, todo lo que son las relaciones comerciales internacionales. También tengo que reconocer que la Unión Europea, que ha ganado determinados actores políticos e instituciones, tiene que adaptarse a una situación en donde engranen mejor y en alguna ocasión -también tengo que decirlo- me ha parecido que ha habido excesiva cacafonía en la Unión Europea, demasiadas voces no siempre en la misma sintonía. Esa es la asignatura pendiente de la Unión.
El año 2010 ha sido un año experimental y el año 2011 tiene que ser un año, vamos a llamarlo así, de mayor convergencia de las instituciones y de mayor sintonía y armonización en las voces. Tiene que ser una orquesta mucho más engranada, más coral. Sin duda, este es un desafío que tenemos por delante. Era lógico que pasásemos por una etapa todavía de cierta vacilación a la hora de que cada uno encontrase su papel después de un importante tratado como el Tratado de Lisboa.
En cuanto lo que me preguntaba el señor Anasagasti sobre Kosovo, debo decir que la posición española ha sido una posición continuadora de lo que hemos dicho siempre sobre Kosovo. Nosotros no reconocemos la independencia de Kosovo. Nos parece que no tiene suficiente justificación política, que no tiene apoyo legal suficiente y nos parece que no tiene coherencia en cuanto a lo que es el desarrollo de la política regional de Europa con respecto a los Balcanes. Por tanto, nuestra posición es clara.
Pero al mismo tiempo que nosotros tenemos esa posición muy clara, junto con otros países de la Unión Europea, también somos muy constructivos en la política de la Unión Europea con respecto a esa zona y a Kosovo. España ha apoyado muchísimas iniciativas siempre, por ejemplo, protectoras de los ciudadanos de Kosovo. Ha apoyado el diálogo Belgrado-Pristina siempre. Ha tenido iniciativas durante la Presidencia española como, por ejemplo, la importante reunión que hubo en Sarajevo sobre toda la problemática regional de los Balcanes. Es decir, Europa tiene en su interior determinados Estados que son los que al final reconoce, porque la Unión Europea no reconoce jurídicamente a los Estados, reconoce cada uno de los Estados y tienen posiciones diversas, pero coincidentes en cuanto a un sentido muy constructivo, asegurando, por ejemplo, las misiones de Naciones Unidas que ha habido en esa zona y apoyando absolutamente la misión Eulex. Y nuestra posición de no reconocimiento de la independencia de Kosovo no ha impedido que coincidamos prácticamente en todo lo demás en cuanto a la política de la Unión Europea con respecto a esa zona. No era hoy algo que debiera destacarse en una intervención, puesto que no ha habido, en cuanto a la Presidencia belga, cambios esenciales con respecto a Kosovo.
Por otra parte, la propia Serbia está teniendo una actitud muy europeísta, sabedora de que hay muchos Estados en la Unión Europea que han reconocido la independencia de Kosovo y, sin embargo, Serbia, el Gobierno serbio, claramente tiene una posición proeuropea e incluso presentó su candidatura para entrar en la Unión Europea. Esa situación tampoco ha impedido que en Serbia se tenga una actitud muy positiva, muy preeuropea y muy proactiva en ese sentido respecto a la Unión.
Ha hablado de la situación en el Magreb y de una supuesta diferencia con los Estados Unidos. No sé si a lo mejor en la música puede haber habido algún tipo de diferencia de tono; en la letra no ha habido muchas diferencias entre la posición de la Unión Europea y Estados Unidos respecto al tema de Egipto o Túnez. En lo que hay coincidencia es en que tanto Estados Unidos como la Unión Europea apoyan la democracia en esa zona y en todas las zonas del mundo. Es el sistema en el que creemos: en la democracia y en los derechos humanos. Nosotros no le dictamos a los países cómo tienen que gobernarse, ni interferimos, ni hacemos que pueda interpretarse como interferencia y utilizarse torticeramente como tal determinadas acciones que hay que tratar con cautela, precisamente por esa razón, pero es evidente el compromiso de la Unión Europea con los derechos humanos y las libertades y la denuncia de las violaciones que se han producido o que se puedan producir. Eso es así. Y lo que está claro es que en este proceso -vamos a llamarle proceso democratizador- que está viviendo no todo el norte de África, pero en el que claramente sí hay un movimiento que se ve en varios países -por tanto, podemos hablar de algo que sucede más allá de un país o que sea estrictamente doméstico-, la Unión Europea claramente apoya los deseos democráticos del pueblo egipcio o del pueblo tunecino. En el caso de Egipto, la posición del lunes del Consejo de Asuntos Exteriores fue elecciones libres y democráticas en Egipto, con todo lo que significa elecciones libres y democráticas y lo que significa democracia, que no es solo elecciones. La democracia no es solo elecciones, que es muy importante; la democracia es, por ejemplo, Estado de derecho, es respeto a las libertades y los derechos, es distinción, separación de poderes. Hay muchas dimensiones de la democracia; todas ellas las apoya la Unión Europea. Por tanto, lo que ha hecho la Unión Europea es estar cerca de los deseos expresados por los ciudadanos pidiendo que se respeten sus derechos, pidiendo que no se reprima su derecho a la manifestación y a la expresión y pidiendo que se escuche lo que dicen los ciudadanos. Eso es lo que ha hecho la Unión Europea y siempre evitando que pueda interpretarse su acción como una interferencia indebida lo mejor es la democracia y entendemos además que los derechos humanos son un elemento universal en donde sí que no caben fronteras. Los derechos humanos son universales e indivisibles y la Unión Europea está comprometida con los derechos humanos. En esto afortunadamente están coincidiendo Estados Unidos y la Unión Europea. En otros momentos de la historia, hay que decirlo, no fue tanta la coincidencia. En determinadas situaciones no ha habido una coincidencia entre Estados Unidos y la Unión Europea, pero el Gobierno actual de los Estados Unidos, el presidente Obama, está teniendo una actitud impecable respecto a estos movimientos democráticos y democratizadores que se están produciendo en el norte de África, de los que deberían tomar nota todos los gobiernos de la zona y de otras zonas para avanzar en procesos democráticos, que van a tener sin duda el apoyo de la Unión Europea; por supuesto, como no, si ese es el sistema que tenemos nosotros.
En relación con el tema de Cuba, la señora Ashton recibió un encargo de los Veintisiete de entrar en contacto con las autoridades cubanas para ver cómo evolucionaba esa posición común. Esperamos que después de esos contactos y conversaciones que desarrolle la señora Ashton nos diga cómo han ido esas conversaciones con las autoridades cubanas. Todavía no nos lo ha dicho. Esperamos que esas conversaciones se desarrollen lo antes posible. Estoy de acuerdo con el señor Anasagasti en el ritmo: nos gustaría que sea lo más rápido posible. Esa es la situación respecto del tema de Cuba.
Respecto al tema del Observatorio sobre la violencia de género también nos gustaría ir lo más rápido posible. Lo que ha pasado es que en la Presidencia belga no ha habido avances en cuanto al establecimiento de ese Observatorio sobre la violencia de género. Esperamos que los haya. En este sentido la Comisión tiene la responsabilidad de tomar iniciativas, y la comisaria Reding se ha comprometido a establecer ese observatorio en el segundo semestre de este año. Esperemos que sea así. Pero le aseguro, señor Anasagasti, que cuando hablo con la Presidencia de Hungría o con las comisarias que llevan algún tema relacionado con violencia de género o con la comisaria Reding lo primero que hago es preguntarles por el asunto de la orden de protección contra la violencia de género y por el observatorio. Saben que esa es una prioridad española y siempre vamos a insistir en ello. De hecho hay que decir que respecto de la orden de protección tuvimos la alegría de que el Parlamento Europeo aprobase en diciembre, por seiscientos votos contra quince aproximadamente, la iniciativa de la Presidencia española sobre la protección contra la violencia de género. No tenemos aún los suficientes votos en el Consejo como para que haga lo mismo que hizo el Parlamento Europeo. Siempre estamos hablando con los países que aún no han acepado esa iniciativa, y lo que nos ha dicho la Presidencia húngara al respecto es que están esperando a que la comisaria Reding, a que la Comisión haga un planteamiento a ese respecto que resuelva los problemas que, en opinión de la Presidencia húngara y de otros países, no tienen nada que ver con la oportunidad -todo el mundo está de acuerdo- sino con los problemas jurídicos que hay, por el hecho de que unos países en la Unión Europea adoptan las órdenes de protección vía penal y otros vía civil. Eso hace que la Comisión se haya planteado tomar también la iniciativa y que la Presidencia húngara esté esperando una inminente o próxima iniciativa de la Comisión en este sentido.
Respecto a la directiva de no discriminación pasa exactamente lo mismo. Pero la directiva de no discriminación se tiene que aprobar por unanimidad, y hay Estados de la Unión Europea que no quieren esa directiva de no discriminación y que bloquean en este momento esa directiva de no discriminación. Esa es la situación. Cuando hablamos con László Andor, comisario que lleva ese asunto, o con la comisaria Reding nos dicen que intentan avanzar pero que hay gobiernos europeos que no quieren avanzar en ese terreno. Esa es la situación. En algunos casos en la Unión Europea hay cosas que están bloqueadas, y este es un caso evidente. La mayoría de los gobiernos están a favor de que se avance y de que haya una directiva de no discriminación de carácter general, pero hay algunos Estados que no, en algunos casos por lo que puede suponer de carga económica, de llevar a las últimas consecuencias, por ejemplo las empresas, todo lo que significa la no discriminación en muchos aspectos. Nosotros no coincidimos con esas posiciones, pero esa es la situación de la directiva de no discriminación, se lo digo con toda claridad. Intentaremos que se desbloquee, pero esa es la situación.
Población gitana. España es un ejemplo de integración de la población gitana. Se calcula que hay 750.000 personas de raza gitana que viven y están integradas en España. España tuvo también un anticipo de esta iniciativa húngara en su Presidencia, en una reunión informal que se produjo sobre este tema en Málaga, y de ahí surgieron algunas líneas directrices de protección, de integración social de los gitanos que le va a servir a la Presidencia húngara, que tiene un gran interés en que haya una fuerte iniciativa europea de integración de los gitanos. Se han producido en el intermedio estos acontecimientos en Francia. La Comisión hizo que Francia cambiara alguno de los decretos aprobados por considerarse discriminatorios contra la población gitana. La Comisión hizo que lo cambiara Francia, y lo cambió. Por tanto España no va a tener ningún problema sobre todo lo que va a hacer la Unión Europea en este sentido, puesto España es un buen ejemplo de integración social.
No hay novedades que le pueda comentar sobre el tema de las entregas al que se ha referido, y que fue tratado esencialmente en el Parlamento Europeo. No hay novedades que le pueda comentar sobre que haya hechos o datos nuevos, evidencias sobre esas situaciones. No ha sido uno de los asuntos en los que haya entrado la Presidencia belga, por lo menos yo no conozco que haya entrado de una forma muy clara la Presidencia belga.
En relación con el tema de la diplomacia europea hubo una pregunta, que es similar a la que me ha hecho el senador Muñoz-Alonso, sobre la supuesta falta de peso de España en la diplomacia europea. Vamos a ver, en el Servicio Europeo de Acción Exterior se suelen distinguir aquel equipo en Bruselas y aquellos equipos que están en las distintas llamadas ya embajadas de la Unión Europea. Los dos son importantes, es importante el equipo de Bruselas y son importantes aquellos que están sobre el terreno encabezando embajadas de la Unión. Todavía no se ha terminado de cubrir el conjunto del equipo de Bruselas, y existen candidatos y candidatas españoles para cubrirlos. De hecho esta fue una de las conversaciones que recientemente tuvo la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación española con la comisaria Ashton. Sin embargo, en puridad de principios -eso es lo que además siempre señala la comisaria, la vicepresidenta de la Comisión, señora Ashton-, los puestos tanto en Bruselas como fuera de Bruselas no se cubren con cuotas de nacionalidad, sino que se cubren en función de los méritos que se evidencian. En este caso la primera oleada -vamos a llamarlo así- de cargos supuso un 25 por ciento de españoles y españolas. El número dos en China es una funcionaria, una diplomática española. Luego están los que ha citado usted y el señor Muñoz-Alonso de otros lugares, que yo creo que son lugares importantes. También se ha citado por cierto el caso de Argentina, donde tenemos al jefe de la delegación de la embajada de la Unión Europea. No está mal. En todos los países existe este debate sobre que no hay suficientes o debería de haber más en tal sitio. En todos los sitios hay este debate. Lo que nos dice la comisaria Ashton es que se ha tratado de hacerlo objetivamente. No existe la cuota de los españoles, que tenga que ser tal porque representa el 10 por ciento del PIB europeo; no existe eso. No existen cuotas; existen currículos que se examinan, incluso con entrevistas directas con la señora Ashton, y en función de eso se cubren los puestos. Pero repito que no está terminado de cubrir el equipo de Bruselas. Y en cuanto a los cargos fuera de Bruselas, los que se han cubierto en esta última oleada y los que hay ya anteriormente ocupados por españoles, representan un porcentaje satisfactorio desde nuestro punto de vista. Me parece que esos son los temas que ha planteado el señor Anasagasti.
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