En cierto modo, las elecciones municipales de 1899, que se celebraron el 14 de mayo, constituyeron el final de una época y el comienzo de otra. Subsistieron las prácticas corruptas, en las que el caciquismo imponía concejales con la compra de votos. Pero se atisbó que socialismo y nacionalismo podían frenar este monopolio electoral. Al menos, eso sucedía en Bilbao, donde, tras las elecciones, habría 5 ediles socialistas y otros tantos nacionalistas. Poco podían frente a los 21 liberales, 2 tradicionalistas, 2 “del comercio” y 1 independiente, pero eran síntoma de que las cosas cambiaban. Nunca habían tenido tanta fuerza partidos que rechazaban al caciquismo liberal.
Además, las municipales del 99 cerraron una etapa en los planteamientos electorales de los partidos dinásticos. Fueron las últimas que se celebraron bajo la dirección de Víctor Chávarri, que murió al año siguiente. Había impuesto su liderazgo entre los liberales, y su fuerza alcanzaba a carlistas y republicanos; con razón, se decía que era en Vizcaya “el muñidor de elecciones”. A los candidatos liberales se les llamaba chavarristas, sin más apelativos. Era la época de dominio de La Piña, la asociación electoral gestada por Chávarri dos años antes, para recuperar el dominio de Bilbao, donde la división entre los dinásticos había dado alas a republicanos, carlistas, integristas y socialistas.
Estreno del PNV
Hubo dos grandes novedades en las municipales de 1899: la presión chavarrista consiguió que no concurrieran republicanos, carlistas e integristas; y, por contra, se presentaron los nacionalistas. Por vez primera en su historia el PNV acudía a unas elecciones municipales, tras el éxito obtenido por Sabino Arana el año anterior, cuando en septiembre salió diputado provincial.
Los liberales, chavarristas se presentaron en todos los distritos de Bilbao. Los socialistas lo hicieron en los de San Francisco, las Cortes y Bilbao la Vieja, en la zona obrera. Los nacionalistas, en todos menos en San Francisco y Cortes. Los del comercio -opuestos al impuesto de los huecos-, contra el que protestaban los comerciantes concurrieron en varios distritos. “Seguramente hará muchos años que no ha habido tanta ni tan grande animación electoral”: la expectación era general. Se había reducido el número de partidos y las elecciones se convertían básicamente en una confrontación entre tres fuerzas: liberalismo chavarrista de La Piña, socialismo y nacionalismo. Nunca se habían delimitado tan claramente las nuevas tensiones que emergían.
La jornada electoral no defraudó las expectativas. “En todos los distritos la batalla fue empeñadísima, con especialidad en Bilbao la Vieja y San Francisco”. Cuando decían batalla no era figura literaria. Desde primera hora de la mañana se desplegaron los forales y la Guardia Civil a caballo.
Inundaban las calles grupos de electores, prestos a vender su voto al mejor postor; deambulaban también quienes querían combatir a quienes defraudaran el sufragio. Circulaban los “agentes electorales”, que se encargaban de comprar los votos, con dinero y vino. Abundaba el alcohol. Hubo frecuentes enfrentamientos entre quienes se oponían al mercadeo de votos y los que pagaban.
Al senador Landecho le tuvieron que proteger los forales, pues le agredieron cuando en la calle de la Torre ofrecía a voz en grito 25 pesetas a quien votase al chavarrista Pedro Montero. Corrió el dinero, muchos electores votaron por otros, “hubo quien, decía, lo hizo por 10”; y más de una vez tuvieron que intervenir las fuerzas de orden en alborotos promovidos en plenas subastas de votos, por electores ansiosos de subir la cotización del suyo. Hace un siglo, los días de elecciones tenían una impronta singular, llena de griterío, algarabía política y bullicio callejero.
A 500 pesetas el voto
El resultado fue valorado positivamente por todos. Se renovaba la mitad del Ayuntamiento, eligiéndose 18 concejales. Los liberales chavarristas ganaron; conseguían 8 y completaban su mayoría municipal. Pero los socialistas obtenían 3, lo que estimaron como triunfo, por las dificultades caciquiles con que tuvieron que luchar y los pocos distritos en que se presentaban. Pero el mayor éxito correspondió al PNV, que saldaba su primera concurrencia a las municipales con 5 concejales en otros tantos distritos: el recién nacido nacionalismo comenzaba a tomar fuerza. Los otros 2 concejales los obtuvieron los “del comercio”.
Fuera de Bilbao, las elecciones tuvieron una dinámica parecida, con desembolsos de dinero. Las más disputadas fueron las de Erandio, donde al mediodía se pagaba el voto a 125 pesetas. En el último momento dos electores fueron llevados a caballo al colegio, a toda prisa, pues la elección iba igualada: cobraron, por su contribución a la democracia, 500 pesetas (unas 120.000 actuales). La principal convulsión se produjo en Bermeo, pues ganó el PNV, con 5 concejales, frente a los 3 liberales. Pocos meses antes se había inaugurado el batzoki, la primera organización nacionalista fuera de Bilbao. Por vez primera un Ayuntamiento se escapaba al control de liberales o tradicionalistas.
Manuel Montero
1899-2011. El ayuntamiento de Bermeo se ha vuelto a escapar a los liberales o tradicionalistas este anno.
De aquí a otros 122 annos, vendrá de nuevo Paco con la rebaja (lo de Paco nunca mejor dicho) o finalmente se aceptará lo que la gente, de Bermeo y del resto del Euskadi, decidiere? Porque si se da esta última opción, no creo que en 2122 Euskadi y Espana sean entonces una misma cosa, ni en Bermeo ni en ningún lado.
Publicado por: Donatien Martinez-Labegerie | 10/30/2011 en 09:58 p.m.
En el 2122 Euskadi, no existirá y quizás tampoco España como la conocemos actualmente. España será un estado más de la nación europea. No existirá el estatuto, conciertos y demás gobiernos. Habrá una constitución europea y España se regirá por ella. Si España no será soberana, imaginaros Euskadi, que ni siquiera existirá. Ese es el futuro, unos Estados Unidos de Europa que puedan hablar de tú a tú, con China, USA y los que les siguen detrás. En una nación Europea de más de 500 millones de personas, un sitio tan minúsculo como Euskadi no tiene cabida (el que os diga lo contrario os está engañando). Es la única manera de que Europa pueda sobrevivir al gigante asiático y a los demás países que ya están empezando a enseñar los dientes. Euskadi no sobrevivirá. Y sí sobrevive, mal asunto, eso quiere decir que la Unión Europea no funciona y que vamos a ser el próximo tercer mundo.
Publicado por: glassssssss | 10/30/2011 en 11:31 p.m.
Pero tranquilos, Euskadi no pasará del siglo XXI. España igual cae en el siguiente,pero esto ya es ciencia ficción...
Publicado por: glassssssss | 10/30/2011 en 11:33 p.m.
El Pais PIG va camino del matadero, la deuda lo hunde, y nosotros junto con los catalanes, vamos a ser los primeros en abandonar la pocilga iberica.
Publicado por: takolo3 | 11/01/2011 en 05:39 p.m.
takolo3,
¿Y a que estás esperando? ¡Vete fuera de los Pirineos de una vez!.
Gente como tu estorba y molesta... como la ETA.
¡Agur!
Publicado por: alfred | 11/01/2011 en 07:44 p.m.
El imbecil de Tokolo3, creerá que dieciendo
las memadas que dice, defenderá al Pais Vasco
Publicado por: Juan Rua. | 11/02/2011 en 08:36 a.m.