UN INOCENTE ENTRE REJAS
Paco Larrañaga, hijo de madre filipina y padre vasco, tenía 21 años cuando le acusaron de cometer el brutal asesinato de dos hermanas chinas en Cebú (Filipinas). Los cadáveres de ambas aparecieron un día en un barranco, el 16 de julio de 1997. Estaban semidesnudas y con evidentes signos de haber sido violadas y apaleadas con una brutalidad inhumana. El suceso conmocionó a toda Filipinas.
La policía se puso a buscar culpables debajo de las piedras para salvar la cara ante una opinión pública que pedía a gritos justicia. Los agentes, finalmente, detuvieron a un grupo de chavales. Entre ellos, a Paco. El joven no dio crédito. El día del asesinato él estaba en Manila (a 560 kilómetros de Cebú). Paco no era un niño modelo. Se había metido en alguna pelea, pero de ahí a que le acusaran de matar y violar a dos jóvenes iba un trecho.
Después de un juicio-circo en el que, entre otras cosas, el magistrado no interrogó a los testigos que estuvieron en Manila con Paco la noche del asesinato (hay fotos que lo corroboran), el joven fue condenado a muerte. Después, la pena se conmutó por la de cadena perpetua. Cada día que pasaba en la cárcel filipina en la que le encerraron de por vida, Paco se repetía: “Si me voy a rendir, lo haré mañana. Mañana me rendiré, hoy no”. Así, día tras día.
Paco no se rindió. Ni él ni su familia, que llevan 13 años pidiendo justicia. Su madre, Margot González; su padre, Manuel Larrañaga, y su hermana, Mimi, se han dejado la vida en defenderle y en demostrar su inocencia. Al final, tras una titánica lucha, han conseguido que Filipinas le traslade a España. Paco sigue preso. Está encerrado en San Sebastián y, gracias a permisos carcelarios, puede salir muy de vez en cuando a respirar, a bañarse en La Concha, a comer con su familia... A vivir.
La tremenda e injusta historia de Paco está narrada en el documental Give up tomorrow (Ríndete mañana), que ha sido presentado entre lágrimas y aplausos en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) después de pasar por otros festivales internacionales, como Tribeca y Melbourne.
Los familiares de Paco estuvieron en Valladolid, donde el filme se presentó por primera vez en España. La madre, el padre y la hermana de Paco conversaron con los espectadores, que durante toda la charla tuvieron el corazón en un puño. El mazazo de ver la película y escuchar el calvario en primera persona fue tan demoledor que el público se agolpó para firmar cartas dirigidas al Gobierno español para pedir el indulto (algo que también se puede hacer a través de internet en las páginas giveuptomorrow.com y freepaconow.com).
El documental -dirigido por Michael Collins, que ha contado con imágenes de archivo y testimonios directos tanto de Paco y sus familiares, como de periodistas filipinos y españoles y expertos internacionales- desvela aspectos muy importantes del caso Larrañaga. Entre otras cosas, se sugiere la posibilidad de que los cadáveres encontrados no sean los de las hermanas chinas Marijoy y Jacqueline Chong. Otro aspecto oscuro del caso es que el padre de ambas trabajaba para un narcotraficante. La desaparición de las hermanas, de 21 y 23 años, se produjo un día antes de que el hombre tuviera que testificar en un asunto relacionado con el narco. “La familia tuvo el apoyo económico de otros ciudadanos chinos, que hicieron piña. Ellos, incluso, llegaron a pagar a comentaristas de radio para que se cebaran con Paco. Con el paso del tiempo, sin embargo, la comunidad china filipina nos ha pedido perdón”, contó el padre de Paco, pelotari vasco que emigró a Filipinas, donde se casó con Margot y tuvo a su familia.
Amarillismo mediático
A lo largo del juicio, Paco fue tratado en los medios de comunicación (la información de la prensa fue tan amarilla que pone los pelos de punta) como un niño rico sentado en el banquillo de los acusados. La de Paco es una familia acomodada. Tienen una plantación en Filipinas y la madre es hija de un expresidente del país asiático, pero ni mucho menos nadan en la abundancia.
Si toda la familia ha sufrido lo indecible, el peso que arrastra la madre roza lo insoportable. “El día que acusaron a Paco, muchos le dijeron que huyera del país. Pero yo soy filipina, amo a mi país y confiaba en su justicia. Así que le dije que no, que se quedara y que defendiera su inocencia. Él ni siquiera conocía a las chicas asesinadas y estaba a muchos kilómetros el día de los hechos. Tenía testigos, ¿por qué mi hijo tenía que huir y vivir el resto de su vida como si fuera un fugitivo?”, explicó Margot con la voz entrecortada. Después, admitió que el grado de corrupción de su país es enorme. “A la policía siempre hay que pagarla”, añadió con tristeza su marido.
A lo largo de todos estos años, los padres de Paco no solo no se han hundido como pareja, sino que se han hecho más fuertes. Ambos han contado con el apoyo incondicional de su otra hija, quien, junto a su marido, siguen luchando para que Paco, por fin, quede libre. Give up tomorrow termina con un maravilloso baño en La Concha donostiarra, donde la cara de Paco al meterse en el mar lo dice todo. Después del permiso, vuelve a la cárcel. Y su familia vuelve a la lucha, a pedir al Gobierno que firme, por fin, el indulto. Hasta que llegue ese día, ni Paco ni su familia se rendirán. “He aprendido mucho de Paco. Me inspira, es tan fuerte...”, admite la madre.
Paco, ríndete mañana. Hoy no.
Por: Olga Pereda
Pues no lo entiendo! Si tan absurdo fue el juicio y tantas pruebas hay, .... qué cohones hace el resto del mundo para que estas cosas dejen de suceder.... aunque bueno cada uno llevamos lo nuestro... no nos vamos a engañar.
Publicado por: ocasional | 11/08/2011 en 10:34 a.m.
No me atrevería a decir que se trata de "un inocente entre rejas".
Sencillamente como ocurre a menudo en ese archipiélago de más de 7.000 islas, las cosas demasiado a menudo son claroscuras.
Quedan muchos casos sin resolver, desgraciadamente.
Un país donde, sobre todo en las grandes urbes, la corrupción, asesinatos, arreglos de cuentas, etc. están a la orden del día tanto por razones políticas como por razones económicas, bandas, drogas, etc.
A la vez maravilloso país donde el pueblo llano es maravilloso.
En fin hay que vivirlo a fondo, conocerlo.
La familia Osmeña así como otras tantas familias mestizas y no mestizas de Filipinas están y / o han estado metidas en muchos líos.
Paco no tiene precisamente cara de "angelito".
Dejémoslo entre él y Dios. Creo que es lo más prudente.
Publicado por: Lapulapu | 11/08/2011 en 10:03 p.m.