Salía yo del acto organizado por la Universidad de Deusto en su 125 aniversario. En la puerta me topé con el Lehendakari Patxi López que había salido a fumar. Era el día en el que la noticia se centraba en los comentarios en relación con el patrimonio de los diputados y senadores publicados en la página web de las dos instituciones. "Este es un país de cotillas" me dijo. Y tenía razón. Pero no me parece mal que ésto se haga. Todo lo contrario. Es más. Me gustaría que se hiciera público el patrimonio de banqueros, periodistas, médicos, arquitectos, ingenieros y constructores. Y no por nada, sino para que cuando critiquen a los políticos, sepamos de que se está hablando. Seguramente más de uno en la Casa Real habrá criticado a los políticos para ahora verse envueltos en una sonada polémica gracias a un escándalo que no se hubiera producido si éstas cosas se hubieran aireado democráticamente.