Martes, 28 de Febrero 2012
De tres juicios a Garzón el saldo ha sido pavoroso para él. Uno, el de Gurtel, lo inhabilita por once años. Otro, el de Botin, prescribe pero le dice que no lo hizo bien y el del franquismo, lo libera pero le echa un rapapolvos de miedo.
El caso es que Garzón ya es historia y lo importante será saber si en esta Sodoma hay algún juez justo que haga caso a las víctimas del franquismo. A las de ETA se les hace caso, como no podía ser menos. A las del franquismo, en setenta años, nadie les ha mirado ni a la cara.
Contaba Gerardo Iglesias, antiguo secretario general del PC, lo que fue para él la transición en el libro que acaba de publicar: