Todas las aguas estancadas se pudren. Todos los sistemas sin control político manejando dinero público se corrompen. Está en el ADN de todas las sociedades y es bueno recordarlo ahora ante un hecho singular e insólito que va a ocurrir el sábado 25 de febrero en Mallorca. El yerno del rey, imputado en un proceso, se sienta en el banquillo de los acusados por su conducta "poco ejemplar" como así la definió públicamente su suegro.
Se ha hablado y se hablará mucho de este proceso, del caso en sí, de si en verdad "la ley es igual para todos" como dijo el rey en su mensaje de Navidad, pero solo deseo con éstas líneas apuntar en la causa inicial del por qué todo esto se ha producido y que es lo que hizo falta para que un joven deportista de familia de clase media alta, habiendo formado una lucida familia y teniendo su futuro asegurado haya caído en semejante agujero negro.