En 1962, se produce uno de los acontecimientos políticos más importantes de la postguerra y que, de alguna forma, marca el inicio de la descomposición del régimen. Los más relevantes líderes de la oposición se reúnen en Munich con motivo del Congreso, -la prensa franquista le llamaría “contubernio”- del Movimiento europeo. Koldo San Sebastián nos cuenta cómo fue la participación vasca en aquel hecho.
1962 es un año lleno de acontecimientos. El 1 de enero, muere en París Diego Martínez Barrio, presidente de la República española. Y, un mes más tarde, el 12 de febrero, uno de los políticos más destacados de la historia de España contemporánea y, por supuesto, de la de Euzkadi: Indalecio Prieto. También fallece ese año José Giral. 1962 es por tanto, una fecha bisagra, fin de una etapa que, desde el punto de vista vasco había comenzado en 1951.
Por lo que se refiere a Euzkadi, 1962 también es muy intenso. En febrero se inicia un movimiento huelguístico en Guipúzcoa que se extiende al resto del país y que tiene su punto álgido en el mes de mayo, declarándose el estado de excepción en Vizcaya y Guipúzcoa. En el movimiento huelguístico participan las nacientes Comisiones Obreras. Estas huelgas, como señala el corresponsal de “Le Monde” en Madrid, José Antonio Nováis, no reflejan solamente la tensión reinante entre los obreros que trabajan en las fábricas españolas, sino la toma de conciencia de su propia fuerza para tratar de imponer, de manera directa, sus reivindicaciones, cuando estiman que las gestiones hechas por los sindicatos “verticales” son demasiado lentas o insuficientes.
En el plano político, el comienzo de la década de los 60 no es menos intenso. En este sentido, un sector del clero vasco va a jugar un papel protagonista. En mayo de 1960, 339 sacerdotes vascos hacen público un documento en el que, desde un análisis religioso, denuncian al régimen franquista. En 1962, son juzgados los sacerdotes José Ulacia y Nemesio Etxaniz por haber denunciado torturas a jóvenes vascos por la Policía política franquista.
El desarrollo de los acontecimientos de 1961 (secuestro del barco “Santa María” por el DRIL, aparición multiplicación de huelgas y reivindicaciones) hacen aconsejable una nueva política de alianzas. La CNT, UGT y ELA-STV se unen en la Alianza Sindical en tanto que Izquierda Demócrata Cristiana Agrupación Republicana Democrática Española, PSOE, PNV, ANV, UGT y ELA-STV se agrupan en la Unión de Fuerzas Democráticas.
Por otro lado, en 1962, ETA va a celebrar su 1ª Asamblea que, como señala Gurutz Jauregi, profundiza el abismo existente entre esta organización y el Partido Nacionalista Vasco. Poco antes, ya habían pasado por prisión algunos de sus militantes más caracterizados como Julen de Madariaga, Paco Iturrioz o Jon Nicolás “Nikita”.
El nacionalismo tradicional se encuentra, igualmente, en plena efervescencia. Los jóvenes de EGI plantean la posibilidad de utilizar la violencia y, de hecho, un grupo será enviado a Irlanda para recibir entrenamiento militar. En agosto de 1962, estallan dos bombas en el palacio de Ayete de San Sebastián, residencia de verano del General Franco. Sin embargo, a pesar de las acciones de la resistencia interior, no se puede decir que el movimiento nacionalista, cuando comienza la década, se encuentra en su mejor momento.
El pacto de Munich
El régimen franquista vive días de crispación. De ahí que, al conocerse la asistencia de una numerosa representación política de la oposición a la reunión del Movimiento Europeo en Munich, la prensa española, a su servicio, no dude en calificar de “contubernio” y, como veremos más adelante, tratará de impedir su intervención.
El Congreso se celebra los días 5 a 8 de junio. Como señala Manuel Tuñón de Lara, los asistentes, “representaban a las diferentes tendencias de la oposición, menos los anarquistas y los comunistas”. “Todos, menos los totalitarios...” dijo Salvador de Madariaga, uno de los más eminentes patrocinadores de la reunión.
Ciento dieciocho personas constituían la asistencia. Entre ellos, destacan Joaquín Satrústegui, de Unión Española, Gil Robles, de Democracia Social Cristiana, Prados Arrarte, Vicent Ventura y Dionisio Ridruejo, de Acción Social Española, Cembrero, de Izquierda Democrática Española, Fernando Álvarez de Miranda e Iñigo Cavero, también de Democracia Social Cristiana, o Ignacio Fernández de Castro, del Frente de Liberación Popular que, hasta 80 completan la representación del interior. Las personalidades más destacadas del exilio que asisten a Munich son Rodolfo Llopis, Mariano Rojo y Manuel Parera, del PSOE, los republicanos Valera, Flores y Suárez, Irujo y Landaburu del PNV, el nacionalista catalán Pi i Sunyer, y naturalmente, Salvador de Madariaga.
Irujo señalaba que, en Munich “se anunció la posibilidad de hacer una demostración amplia. Para entonces habían surgido en el interior algunos grupos federalistas que no formaban parte del Consejo Federal. Aprovechamos la ocasión para invitar a estos grupos que participaran en él.
El Congreso de Movimiento Europeo votó una resolución basada en los trabajos de dos comisiones formadas por representantes de Ios grupos mencionados, reunidas los días 5 y 6 de junio respectivamente. Se trataba de las condiciones que se estimaban necesarias para que el Estado español o cualquier otro pudiera adherirse o asociarse a la Comunidad Económica Europea. Se resumía en cinco puntos:
—Instituciones auténticamente representativas y democráticas.
—Garantía de los derechos de la persona humana con supresión de la censura gubernativa.
—Reconocimiento de la personalidad de las distintas comunidades.
—Libertades sindicales sobre las bases democráticas, con derecho a la huelga.
—Posibilidad de organización de corrientes de opinión y partidos políticos con el reconocimiento de los derechos de la oposición.
“El Congreso -decía la Resolución- tiene la fundada esperanza de que la evolución con arreglo a las anteriores bases permitirá la incorporación de España a Europa, de la que es un elemento esencial...”.
Los vascos antes del Congreso
Los vascos van a desarrollar, desde 1936, las relaciones internacionales como parte esencial de su política, lo que le va a permitir participar en los acontecimientos más importantes de la reconstrucción europea tras la II Guerra Mundial.
Antes de la guerra y durante la misma, los nacionalistas vascos y sectores socialistas y republicanos van a tratar de definir las relaciones políticas desde el respeto a los derechos históricos de las comunidades naturales. En el período 1936-1940 se publican en algunos diarios vascos trabajos sobre el federalismo que, más tarde, desarrollará, entre otros, Manuel de Irujo. Por otro lado, José Antonio Aguirre va a defender, en distintos lugares y ocasiones, el derecho vasco a la autodeterminación. Por último, se potencia al máximo la relación Euzkadi-Europa hasta el punto de que va a ser motivo de coincidencia entre el PNV y la naciente ETA.
Por lo que hemos señalado, el libro de Francisco Javier de Landáburu “La Causa del Pueblo Vasco” es una obra fundamental. Decía Landáburu: “¿Quieren los vascos actualmente vivientes romper los cables que les unen al Estado español?. Los vascos lo dirán, porque lo único que no se les puede negar es la oportunidad de manifestarlo. Y en ese caso, democracia obliga, y esa voluntad ha de ser respetada”. Y sigue diciendo: “Examinemos ahora el otro aspecto, la posibilidad de que los vascos deseen continuar siendo ciudadanos del Estado, y en ello no hay ninguna contradicción, ha de permitírseles tener una idea de cómo debe ser eso que se ha dado en llamar hogar común”. Por último, Landáburu se refiere a la relación nacionalismo-federalismo europeo: “El nacionalismo, tal como nosotros lo entendemos, se complementa con el federalismo europeo. Ya hemos dicho que entendemos la nación como una entidad viviente, libre y colaboradora con las demás naciones en programas de envergadura continental o universal. Estos programas son precisamente, la salvación de las naciones pequeñas, tanto en su vida interna como en su expresión interior”.
En 1946, se crea una estructura de reagrupamiento de los demócrata-cristianos europeos. Serán llamados, los Nuevos Equipos Internacionales (NEl) que celebrarán su I Congreso de Chaudfontaine, en Bélgica, en junio de 1947. Los NEl se transforman en Unión Europea de Demócratas-Cristianos (UEDC) en 1965. En la fundación de los NEl, en 1947, participa activamente el Partido Nacionalista Vasco. Este es un dato muy importante porque, a principios de los 60, los únicos partidos demócrata-cristianos reconocidos internacionalmente son el PNV y la Unión Democrática de Catalunya. Sin embargo, en Munich van a ser los nuevos partidos demócrata-cristianos los que lleven la voz cantante.
Por lo que se refiere al PSOE, se mantienen las tesis de Indalecio Prieto, comenzadas a elaborar a finales de 1944. El pilar de estas tesis era sencillo: Primero, derribar a Franco, luego, lodo lo demás. De ahí sus pactos con los monárquicos -pacto de San Juan de Luz- su ruptura -la del PSOE- con la conjunción republicano-socialista que se mantenía desde 1931. Al final, y aquí radica la gran visión del líder socialista, sería el propio pueblo quien se diese, democráticamente, el tipo de Gobierno y el modelo de Estado que él mismo quisiese. Por todo ello, no es aventurado asegurar que, a pesar de haber muerto poco antes, Prieto fue el gran vencedor de Munich.
En el Congreso
El Movimiento Europeo está estructurado en Consejos Federales, El Consejo Federal del Estado español contaba con cinco brazos: democristianos, socialistas, liberales, nacionalistas vascos y nacionalistas catalanes. En Munich, estos brazos están representados por Gil Robles que había sustituido a Giménez Fernández, Varela, Rodolfo Llopis, Manuel de Irujo y Pi i Sunyer. Por parte vasca, también Francisco Javier de Landáburu pertenecía al Consejo Federal.
La representación vasca en Munich estaba formada entre otros por Manuel de Irujo, Landáburu, Solaun, Busca Isusi, Usobiaga, por ELA-STV, Ruiz de Ercilla, de la dirección de Biarritz, Kepa Anabitarte o Iñaki Aguinaga, del interior...
El Consejo Federal, siguiendo una indicación del Secretariado General del Movimiento Europeo, había elaborado un proyecto para ser presentado al Congreso. Lo envió un grupo de cooperación europea con sede en Madrid y que presidía Gil Robles. Pero ese proyecto fue sustituido por otro en la capital del Estado.
A las ocho de la tarde del día 4 estaba convocada la reunión del Consejo Federal con los delegados llegados del interior de la península para ponerse de acuerdo respecto al programa a desarrollar. La delegación vasca se encontró con que había dos textos y la sorpresa de que Gil Robles no quería reunirse con los exiliados, principalmente por razones de seguridad y para evitar que se diera al acto un carácter de pacto. Esta primera reunión fue suspendida.
Los primeros contactos, pues, no fueron fáciles. Veinticinco años de dictadura no han podido dejar de producir fronteras que hacen casi imposible el diálogo -todo ello a pesar del espectacular abrazo entre Gil Robles y Rodolfo Llopis, otrora enemigos irreconciliables-. No solamente entre los del interior y el exterior sino entre los mismos que actúan en la clandestinidad. Hay que decir que, entre los vascos, aún no había surgido disputa alguna.
Gil Robles aceptó, sin embargo, que al día siguiente, a las once de la mañana, se reunieran, por separado, los delegados del interior y los del exterior. Los primeros estaban presididos por Salvador de Madariaga y los segundos por el propio Gil Robles. Es entonces cuando se decide que las deliberaciones se debían hacer conjuntamente. La filosofía de los fines era clara: Provocar la desaparición del régimen y su sustitución pacífica por otro que garantizase no sólo el desarrollo de la persona humana, sino también de los diversos países o comunidades naturales de la Península Ibérica.
Por fin se reunieron conjuntamente tres del interior y tres del exterior. Los seis, tras difícil negociación, acordaron que aquel mismo día se convocara a todos los delegados ibéricos para escuchar al presidente del Consejo Federal, al secretario general del Movimiento Europeo, Van Schaendel, y a Gil Robles. Al final se formaron dos comisiones: Una del interior y otra del exterior. Ambas deliberaron sobre las dos propuestas que hemos citado anteriormente. Cinco miembros de cada una de ellas se volvieron a reunir para redactar un texto definitivo único.
Respecto a los derechos de Euzkadi, así como los de Cataluña y Galicia, la resolución adoptada ganó en precisión ya que en ella se hablaba textualmente del “reconocimiento de la personalidad de las comunidades naturales” en un apartado especial lo que no se hacía en el proyecto del Consejo Federal que presidía Madariaga.
Franco intenta intervenir
A través de los diplomáticos franquistas y del corresponsal de la agencia Efe comienzan a llegar a Madrid noticias de la “conspiración”. Franco pide a Konrad Adenauer que intervenga. El día 7, cuando terminaba la sesión inaugural del IV Congreso, el representante alemán había hablado ante los congresistas en nombre del propio Adenauer, pide a Madariaga que retire la resolución ibérica. Madariaga le responde que no puede retirar tal resolución.
Franco insiste. El cónsul franquista en Baviera se entrevista con el presidente de Estado de Baviera reiterando sus exigencias. Asimismo, hizo viajar a dos agentes de la embajada española en Bélgica que trataron de presionar sobre el secretario general del Movimiento Europeo. Van Schaendel se niega en redondo a acceder a sus pretensiones. Franco había fracasado.
Se aprueba la resolución
Los vascos comenzaron la jornada del día 8 con una misa en la catedral de Munich en sufragio del alma de José Antonio Aguirre, a la que asistieron, aparte de los vascos, un buen número de congresistas. Después, con el salón repleto, delegados de Italia, Bélgica, Gran Bretaña, Alemania y Francia, puestos en pie, aprueban, por unanimidad, la resolución ibérica. El presidente del Congreso, Maurice Faure subrayó la necesidad de que todos los pueblos estén regidos por regímenes democráticos si quieren entrar en el concierto europeo.
Nada sin Euzkadi, nada contra Euzkadi
Este fue el lema que los vascos llevaron a Munich y, sin embargo, pasado el tiempo, lo que ocurrió en la ciudad alemana va a dar lugar a resquemores e incluso a escisiones, como veremos más adelante.
Pocos días después de celebrarse el Congreso, la prensa nacionalista comienza a hacer las primeras valoraciones. Para “Gudari”, órgano de Euzko Gaztedi del Interior, editado en Venezuela “el acuerdo de la oposición antifranquista de Munich tiene como base una afirmación humanista contra el régimen español, opresor de la persona humana y genocida por atentar contra las comunidades naturales. Cierto -y es preciso señalarlo- que algunos: de los que hoy subscribieron la resolución ibérica no se distinguieron ni por su amor a todos sin distinción de ideas ni por su respecto a los derechos de los pueblos. Al decir esto miramos a la derecha y miramos a la izquierda. Pero su postura de hoy da a la actitud vasca de todos los tiempos un refrendo que priva a la propaganda franquista de uno de sus slogans favoritos”.
Son múltiples, las interpretaciones que se pueden hacer de este texto pero, desde luego, el apartado de la Resolución Ibérica que se refiere a las comunidades naturales, tenía que saber a poco a los vascos. Solaun señalaba que de ninguna manera la resolución aprobada en Munich podía considerarse un pacto que vinculase a los nacionalistas en particular. Allí no se reseñaba ni la autonomía ni, mucho menos, el ejercicio del derecho de autodeterminación. Únicamente se valoraba positivamente que la derecha e izquierda” se hiciese una declaración de principios sobre el reconocimiento de los derechos de los pueblos, pero, nada más. Daba la impresión de que se intentaba contentar a catalanes y vascos presentes en el Congreso.
Y la autonomía inmediata se va a convertir en piedra de discordia. Para Leizaola, “insistir en lo de la autonomía inmediata era eternizarnos”. Había un cierto temor entre algunos sectores nacionalistas de que los vascos perdieran el carro de la historia como ocurriría, en 1930, con el Pacto de San Sebastián”. Así lo cree Ayestarán: “El Pacto de Munich tiene connotaciones parecidas al Pacto de San Sebastián y a las circunstancias anteriores al 14 de abril de 1931; y nosotros teníamos muy presente que los catalanes, proclamada la República, se tomaron la autonomía inmediata y proclamaron el Estado catalán. Nosotros (se refiere a los jóvenes de Euzko Gaztedi que actúan en el interior) queríamos que esta declaración estuviera presente en una declaración que pretendía ser la alternativa al franquismo, y más aún si se tiene en cuenta que el régimen de Madrid tenía aún cuerda para rato. Por otra parte, y viendo que la única oposición seria y organizada era la vasca, algunos consideramos que hubiera sido necesario exigir algo más de lo que allí se firmó.
Como hemos dicho, Kepa Anabitarte, junto a Iñaki Aginaga, a quien llamaban “El Bonzo”, fue uno de los jóvenes de ELA Interior que asistió a Munich. Para él, “el Pacto de Munich no fue otra cosa que la alianza entre el PSOE y los monárquicos”. A estos últimos, los califica “excedentes del fascismo”.
Por su parte, Iñaki Aginaga, todavía en Munich, en el hotel en que se hospedan los vascos y, entre ellos, los dirigentes del PNV, hizo una larga exposición sobre la naturaleza del franquismo y las posibilidades futuras, criticó duramente la falta de concreción en la declaración anteriormente señalada, lo que no fue muy bien recibido por los allí reunidos.
Como apuntábamos antes, la postura oficial del Partido Nacionalista Vasco fue la de que en Munich no se dio un pacto “stricto sensu”. Para Solaun, el problema era de “profundo desconocimiento de la realidad política”: “...ocurrió en el Congreso de Munich, en el que un pequeño grupo de ELA nos acusó de haber cedido aspectos fundamentales de las exigencias de nuestro país, cuando en realidad a Munich no fueron partidos, sino personas, y jamás se firmó en él pacto propiamente dicho alguno”.
¿Fue Munich la verdadera razón de la ruptura da ELA-STV?
Hay una cuestión que, a base de repetirse, se ha llegado a considerar definitiva. Gentes como Anabitarte o Ayestarán consideran que fueron los acontecimientos de Munich, o sus consecuencias la razón esencial por la que se produjo la escisión en ELA-STV. Lógicamente, y por lo que se refiere a Anabitarte, se trata de la opinión de una parte interesada. Sin embargo, existe otra versión que, nada tiene que ver con la de “Eladio”. Y es que el grupo del interior quería tener una mayor presencia en el Consejo Consultivo y en los diferentes organismos y alianzas en los que tiene participación ELA-STV, que estaban controlados por la dirección. Manu Robles-Arangiz, por ejemplo, estaba, en 1962, controlando a Alianza Sindical en el interior.
Madariaga, Gil Robles y Llopis, los grandes protagonistas
En todas las reseñas y textos que hemos consultado sobre el Congreso de Munich, vascos y catalanes apenas aparecen. Son el líder de los liberales, Madariaga, de los democristianos monárquicos, Gil Robles, y de los socialistas, Llopis los que aparecen como grandes protagonistas. Se podría tratar de una renovación del Pacto de San Juan de Luz de 1946 entre monárquicos y socialistas, pacto que, según Valentina Fernández Vargas se había mantenido en espíritu a pesar del acuerdo entre Franco y don Juan. En 1951, se conservaba el Comité de Enlace con los monárquicos al cual se le habían sumado Rodolfo Llopis y Trifón Gómez, de PSOE, en abril. Sin embargo, dos meses más tarde don Juan envía una carta a Franco recordando su apoyo al movimiento.
Para la misma autora “las consecuencias de Munich fueron importantes, aunque no espectaculares, para la oposición, porque le permitió establecer contactos a los más altos niveles y en pie de igualdad, porque demostró cómo muchas de las secuelas de la posguerra eran superables: De hecho, Gil Robles, Madariaga y Rodolfo Llopis se sentaron en la misma mesa y llegaron a un acuerdo; en tanto que otras como el anticomunismo, permanecían”.
A pesar de todo, 15 años después de Munich, solamente van a salir adelante, de las tres opciones que representan los tres líderes reseñados, la del PSOE. Liberales, monárquicos y democristianos se van a unir a los neofranquistas en Unión de Centro Democrático, (caso de Satrústegui, Cavero o Álvarez de Miranda), fracasando definitivamente la opción democristiana de Gil Robles. No ocurre lo mismo con vascos y catalanes. El nacionalismo, en sus respectivos países, es hoy fuerza hegemónica.
A modo de conclusión
Por lo que hemos visto, los europeístas del interior van a tratar, desde antes de que se celebre el Congreso, de plantear su propia opción, de ahí que se hubiesen alterado textos y existiesen problemas sobre la composición de las comisiones.
Triunfó, de todas maneras, la vieja teoría de Prieto: Una vez desaparecido Franco había que construir un Estado nuevo sin rémoras del pasado. Sería la voluntad popular quien decidiese el modelo.
A pesar de todo, los vascos van a contar con una importante presencia en el Movimiento Europeo. Manuel de Irujo sustituye a Salvador de Madariaga del Comité Federal Español.
La cuestión que da lugar a los enfrentamientos queda por resolver. Sin embargo, el Estatuto de Autonomía que aprueban los vascos en fechas recientes no tiene nada que ver con el del 36. No se produce la autonomía inmediata, lo que según Juan Pablo Fusi fue un tremendo error, al no concederla cuando se inicia la transición política.
Contra Franco era posible algún tipo de estrategia común con algunos españoles.
El padre del heredero de Franco creo que también hizo un amago de salir en esa foto, pero las amenzas del caudillo patas cortas de manadr a tomar viento a Juanito le hicieron retroceder.
Y aquí me viene a la cabeza la frase de Groucho Marx: "Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros"
Publicado por: GOOFY | 04/30/2012 en 07:26 a.m.
El fracaso de las movilizaciones contra los recortes de este fin de semana demuestran claramente que la sociedad no está concienciada de que ya somos más pobres y lo vamos a ser aún más.
Los sindicatos están absolutamente desprestigiados y no movilizan más que a liberados y familiares.
El superpuente de Madrid es otro ejemplo más de la inconsciencia de la gente al respecto, o quizás una muestra más de desesperación y carpe diem.
Ayer un economista declaraba que los vascos al final de esta depresión vamos a ser un 20% más pobres que al principio de la misma.
La líder ultraderechista y ultra nacionalista española Esperanza Aguirre se queja de que el gobierno recorta poco.Su receta es "sálvese quien pueda" es decir los que están forrados como ella.
Standard and Poor`s vuelve a bajar la calificación a la banca española e incluye a Kutxabank.
Los bancos tiene pendiente de aflorar unas pérdidads inmensas por depreciuación de activos.
Quien aún crea que esto se va a resolver y vamos a volver donde estábamos peca de iluso.
El PP no tiene ni la más remota idea de a dónde va.Sigue la estela que le mandan en la UE, quienes tampoco lo saben.
Quizás los vascos necesitemos que alguien nos hable claro.Y que si ese alguien tiene ideas al respecto, que no se las guarde.
Esperar a que caiga el higo maduro del bipartito es perder un tiempo precioso.
¿O no hay alternativa posible?. Entonces apaga y vámonos y que sea lo que Dios quiera.
Publicado por: Vasco malo | 04/30/2012 en 11:30 a.m.
Para empezar, los españolitos de a pie estamos manteniendo económicamente a esta panda de políticos que solo saben vivir y apoltronarse en sus puestos, cargos y escaños.
Para remate, el propio el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, con sede en Madrid, ha cerrado dejando a proveedores colgados para el cobro de sus facturas.
Eso es dar ejemplo!!!!!! los propios grupos políticos son los que dejan tirados a pequeños empresarios desapareciendo por arte de magia del domicilio y sin atender teléfonos, los cuales han sido pcortados en su mayoría.
Viva España y Viva los Políticos, vividores
Publicado por: Pedro | 05/08/2012 en 12:29 p.m.