Remembranzas de nuestra Juventud Siendo adolescente me enviaron a la Bella Easo para que me preparase para las oposiciones de ingreso en la Marina de Guerra, motivado a que un joven donostiarra había obtenido el número uno en la primera convocatoria que con arreglo al Nuevo plan de estudios se había efectuado; por ser mi cuñado Aramburu amigo del gerente de la compañía "Mamelena”, Yarza, cuyo hijo fuera el señalado, esto motivó el que quisieran mis familiares me preparara en la Academia "Luzuriaga”, así como con el profesor de Física y Química, Capitán de artillería Petrirena, con quienes estudiara el tal Yarza.
En aquel entonces se hallaba empleado en una importante casa comercial mi primo José María Hernani Larrañaga con quien, de anterior me unía una buena amistad desde Bilbao, cuando yo cursaba estudios de la carrera de Economía, debido a que por estar casada una prima de mi madre Isabel Zabaleta Larrañaga con el Director del Banco de Bilbao, Luis Villabaso, prometiera éste colocarme y ayudarme en lo posible si mis aptitudes respondían; durante aquel tiempo mis visitas al caserío de mi tía Dolores, “Trauko-zar" fueron asiduas y de ahí que nuestra amistad, aparte de la familiar, fuera más estrecha.
Desde joven José Mari se aficionó al football llegando a pertenecer a la reserva del "Athletic-Club", quien de diversas ocasiones sustituyó a los jugadores efectivos del "team"; pero sintiéndose afectado por una afección pulmonar, tuvo que abandonar definitivamente sus actuaciones deportivas; entonces se trasladó a San Sebastián y se empleó pero al tiempo, por gustarle más el "botxo”, regresó a Bilbao, en donde trabajó en el periódico vespertino "La Tarde" como redactor deportivo con el seudónimo de “Trauko-zar", siendo muy elogiada su labor.
Pues bien, además de mi primo fueron mis amigos inseparables los donostiarras Juan Olasagasti, Antonio Marcoartu y Javier Andueza, aparte de otros de ocasión; los inseparables acostumbrábamos asistir todos los domingos a los partidos de fútbol, sobre todo como “hinchas" en los encuentros de la "Real Sociedad”, el “Racing de Irún” y el "Jolastokieta”, con el "Athletic" de Bilbao y el "Arenas" de Getxo, en que el grupo olvidaba, de momento, la secular amistad, recrudeciendo la vieja pugna deportiva entre gipuzkoanos y bizkainos.
Al finalizar los encuentros nos dirigíamos, indefectiblemente, y en ambiente del mejor compañerismo a las Sidrerías de Astigarraga, en donde en diversos caseríos preparaban sabrosos “afari-meriendas”, cazuelas de bacalo a la bizkaína y al pil pil, marmitako, chipirones, carnes en salsa y otros exquisitos platos, que eran servidos en grandes cacerolas de barro acompañado de cucharas y tenedores, por no considerar de utilidad los obligados platos de Hoteles y Restaurant, obligando así a que comiésemos todos juntos, por la cazuela.
Con idea de si algún comensal tuviera necesidad de ausentarse por cualquier apremio no fuera que al regresar se encontrara solo con el continente "vacío y limpio” acordamos por “unanimidad", que al ausentarse uno cualquiera, echara en el condumio un pedazo de pan y que mientras que el apremiado no retirara "el mojón", nadie podía probar bocado; quien sugirió la voz que debía de pronunciar quien abandonara el ágape, fué mi primo José Mari, y era, "Voy a un lugar que por lo común se llama Escusado, es decir"; aunque en un principio tuvo unánime respaldo, al poco, viendo que unos tardaban un tiempo prudencial y otros lo prolongaban en demasía para los tragaldabas, que eran todos, se celebró "un concurso" para poder diferenciar los viajes de corto y largo plazo con idea de tranquilizar a los comilones.
El abogado Olasagasti, tratando de demostrarnos su erudición, nos endilgó la historia política del pueblo de Israel, o sea "La Biblia", diciendo: “Como sabéis, Abraham fue hijo de Teraj y nativo de Jr, quien se trasladó con toda su familia a Jarán, porque en Ur adoraban a un Lar o dios familiar y no rendían culto a la Luna, mientras que seguían haciéndolo en Jarán”.
“Como la esposa de Abraham permanecía estéril, se amancebó con la criada de su mujer Sara, llamada Agar, con quien tuvo un hijo que se llamó Ismael, quien fue el Jefe o antecesor de los árabes, por pertenecer su madre a dicha raza”.
“Cuando siendo ya vieja Sara tuvo un hijo, llamado Isaac, Abraham despidió a Agar y a Ismael de su casa siendo su hijo legítimo el predilecto; Isaac, casó con Rebeca, de su estirpe, siendo por ello su Jefe o antecesor de la llamada raza Israelí. Este matrimonio tuvo dos hijos Esau y Jacob, aunque fueron gemelos. Por haber nacido primero Esau fué el primogénito, siendo por ello el padre de los Edomitas que se alojaron al sur de Judea; Jacob sentía celos de su hermano pues ambicionaba su jerarquía, y al encontrarle desfallecido, cuando caminaba hacia Canaán, porque las tierra o comarca en donde se asentó su hermano eran inhóspitas, y hambriento le propuso comprarle su primogenitura por un plato de lentejas y así transaron: arrepentido Esaú y ofendido por la habilidad de su hermano, salió en su persecución tratando de matarlo, pero advertido Jacob por su madre Rebeca eludió el encuentro y se fue a vivir con el hermano de su madre Saban.
“Durante la convivencia con su tío Jacob se enamora de Raquel, la hija menor, pero su padre lo engañó casándolo con Lia, su hija mayor, por lo que tuvo que servirle durante 7 años; después se casó con Raquel fugándose de la casa de Saban con ambas esposas; en el camino el ángel del Señor le habla llamando la Tierra prometida o Israel, por el que, en adelante se denominarían así él y su pueblo; después, al hacer las paces Esaú y Jacob, llegaron a la Unidad de la raza, la que se enfrentó para siempre con la de Ismael o raza árabe”.
En resumen: Abraham solía llamarle a su concubina, unas veces, "Agar, ven acá” y otras, empleando la misma frase, por pasiva; esta ingeniosidad fue muy celebrada, aunque por 3 votos contra 2 fue rechazada porque decía ven y debería decir voy.
El Profesor Marcoartu sugirió una fórmula nemotécnica más enrevesada que el logogrifo que empleaba Cristóbal Colón como firma, tratando de Integrar la Diferencial del tiempo, que fue rechazada por longanizanimidad.
EI Veterinario Andueza dijo que no se le ocurría nada al respecto, de lo que todos nos alegramos, pues solía soltar "cada una”, que para qué.
Finalmente, el suscrito propuso la frase siguiente: “Voy a ver Chicago”, que quedó consagrada al igual que la de mi primo José Mari.
Caracas, agosto de 1.966
Pedro de Loyola
Bermeano
Nota: En realidad la frase que propuso Jose Mari fue: “Voy a mear que hora es” y que era la que usábamos, pero por ser inadmisible para que puedan publicarla si la incluye en esta crónica, la he sustituido por la otra “más asequible”.
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