Nunca hubiera pensado que, al hablar de la derecha española, hubiera tenido que recurrir a JÜRGEN HABERMAS. Y es que en el XIV Congreso del PP, en el que no parece vislumbrarse nada nuevo, aparece como ponencia estrella lo que llaman PATRIOTISMO CONSTITUCIONAL DEL S. XXI, presentada (para vascos y catalanes) por Josep Piqué y María San Gil.
Y es ahí donde hay que citar a Habermas. No porque inventara el término, pero sí porque le dio un rango intelectual y lo conceptualizó.
Aquí todo el mundo, excepto la gente joven, sabe quién es José Antonio Primo de Rivera, la Falange Española y el Cara al Sol. Muchos saben también que Aznar, Suárez, Martín Villa y tantos otros del actual stablishment político eran, hasta ayer mismo, falangistas y vestían camisa azul con yugo y flechas. Pero pocos saben quién era Habermas y la Escuela de Frankfurt, fundada por Horkheimer en 1923, en la que se aglutinaron una serie de intelectuales-profesores de Universidad, econo¬mistas, sociólogos, psicólogos... que, creando un Instituto, adscrito a la Universidad de Frankfurt, huyendo más tarde de Hitler a los EE.UU. (varios de ellos eran judíos), adquirieron una gran celebridad por su pensamiento, crítico, sobre el marxismo o el sicoanálisis.
Hacia los años 50 volvieron algunos de ellos (Horkheimer, Adorno y su discípulo Habermas) a Frankfurt donde tuvieron una influencia decisiva en aquella juventud soliviantada de los años 60 hasta que se extinguió la famosa Escuela en los primeros 70.
Yo les conocí y asistí a alguna de sus lecciones, aunque era difícil entenderles y, más aún, traducirles.
Los más conocidos aquí y entre los universitarios españoles fueron Marcuse, que, desde la Universidad de Berkeley inspiró la rebelión de la juventud universitaria americana, y Erich Fromm cuyo "El Miedo a la Libertad" era parte obligada de la biblioteca personal de todo universitario que se preciara.
Éstos fueron los hombres que fraguaron el pensamiento de la nueva izquierda europea, fuera violenta o dorada, que desde la rebelión de la juventud alemana desembocó en el Mayo del 68 de París. Y fue Jürgen Habermas quien, si no inventó, sí acuñó y dio vitola intelectual y práctica al concepto de "Patriotismo Constitucional" que hoy plagia y estropea el PP en su Congreso. Fueron "el coco" de la mayoría de los enseñantes españoles, derechosos, carcas o cercanos al Opus Dei, y por supuesto, filtrados por los filtros franquistas.
De ahí que la primera reacción que, al menos a mí, me ha causado el título de la referida ponencia es la de asombro total.
El Patriotismo de la Revolución Francesa
Si, más allá de la conceptualización de Habermas, se puede hablar con propiedad de Patriotismo Constitucional lo es en referencia a la Revolución Francesa. Es en ella donde los conceptos de "Patria" (Allons enfants de la Patrie), "Pueblo" (el pueblo en armas) y "Nación" adquirieron una dimensión política. Y también la Constitución, aunque la primera no fuera la francesa sino la de Virginia.
Hasta entonces la referencia política y hasta identitaria era "el Rey", "la Corona", el "Reino". Pero la Revolución levanta a todo lo que no es la nobleza contra la "opresión", contra la "tiranía"; crea el concepto de "ciudadano", el de "libertad de la persona, del individuo" y el de la igualdad desde el nacimiento, en aquella sociedad estamental en la que el nacimiento marcaba la calidad de las personas en la sociedad. Esto es lo que se intenta conquistar. Y la Nación, el Pueblo, la Patria lo constituyen quienes han protagonizado la rebelión, sin ninguna otra connotación identitaria, de origen o étnica.
Y la Constitución es el ámbito en el que se ordena en un marco jurídico al "Poder", al que se considera necesario para garantizar la libertad de cada uno, pero al que hay que controlar para que no se convierta en opresor. La manera de controlarlo es la división del Poder en tres poderes que se vigilen mutuamente, para que ninguno de ellos se salga de las atribuciones que le marca la propia Constitución. Como dice la Declaración de Derechos de 1789: «Donde no se garantizan los derechos de las personas y no esté establecida la división de poderes, no hay Constitución». Todo el entramado jurídico-político del nuevo Estado tenía sentido en tanto en cuanto garantizaba la libertad del ciudadano. Y en pro de esa «identidad única de libertad y de derechos de cada persona», los jacobinos se empeñaron en borrar cualquier Institución identitaria, como los Biltzar de los territorios de Iparralde, o emprendieron la uniformización lingüística (como los afiches del Museo de Alsacia: «Alsacianos, hablad francés, porque vuestro corazón es francés»)...
Y ése fue el concepto de Nación y de Patria que se trasladó a España y se impuso por la brava, como en Francia.
El Patriotismo Identitario
La Revolución difundió por toda Europa la libertad y la lucha contra la opresión. Pero no sólo la libertad contra el Monarca, sino el de la libertad política colectiva de pueblos que se sentían avasallados por un Imperio o por poderes extranjeros y no propios. La Nación tendrá como base la Identidad, a la que se llegará también desde la percepción y afirmación de la diferencia: un pueblo, una raza, una lengua, una historia, un origen, una idiosincrasia, todo lo que le hace homogéneo en sí y diferente a los otros es una Nación. Que tiene derecho a ser él mismo y constituir una estructura política (Estado) propia e independiente de cualquier otra. Impulsos profundos, centrípetos en unos (Alemania, Italia) y centrífugos en otros (Euzkadi, Catalunya, Escocia, Chequia...). De ahí el choque, conceptual y visceral entre lo español, lo inglés o lo ruso con lo vasco, lo escocés o lo ucraniano.
La Alemania de Habermas y su Patriotismo Constitucional
La juventud estudiantil alemana que se rebeló en Alemania en los primeros 60 vivía en una sociedad abundante, venía de familias acomodadas, o al menos, sin necesidades económicas, pero vivía bajo la losa de un pasado reciente marcado por un nacionalismo exacerbado, agresivo, expansivo, racista y fascista qué destruyó gran parte de Europa, y, de paso, a la propia Alemania, que aniquiló judíos, gitanos, comunistas, socialistas, minusválidos... Aquella juventud acusaba al Estado alemán y a la clase política gobernante de no haber saldado cuentas con el pasado inmediato, de seguir siendo fascista. No era una juventud que quisiera un cambio social o una reforma del Estado, sino que se alzó contra el Estado. Primero con la protesta callejera violenta, hasta que surgió el terrorismo puro y duro, cruel si los ha habido, la Rote Armee Fraktion (o Baader-Mein-hoff). Otros proclamaron la "Oposición Extraparlamentaria", que más tarde inició la "Larga Marcha por las Instituciones", que desemboca en el Partido de los Verdes (Die Gruñen), hoy en coalición con los Socialdemócratas y con dos Ministros en el Gobierno, i Joschka Fischer (noticia recientemente al haber sacado alguien a la luz una foto suya con la cara tapada y un proyectil en la mano, participando en las luchas callejeras de las que hemos hablado) y Trittin...
Y ahí entra Jürgen Habermas con su teorización sobre los pro¬blemas de legitimación en el capitalismo avanzado. Cómo legitimar al Estado alemán, creando una solidaridad, una pertenencia y una lealtad política desde el rechazo al fascismo y al chauvinismo racista del Deutschtum (alemanidad) o del Blut und Boden (Sangre y Tierra) o de la superioridad de la raza aria, conceptos a los que creen no ha renunciado gran parte de la sociedad política alemana.
Habermas plantea el recuerdo y el olvido del lastre del pasado reciente y por otro lado la proyección normativa de los Derechos Humanos y de las libertades civiles como soporte dé una solidaridad política que fundamenta la lealtad política a un Estado alemán de nueva planta.
Esto es, de modo breve e inteligible, lo que presenta Habermas con su Patriotismo Constitucional.
La cuestión ahora es, si el Patriotismo Constitucional que nos ofrece el PP, desde su Congreso, especialmente a vascos y catalanes, presenta algo parecido desde una situación parecida.
Pero de esto hablaremos otro día.
Chiste español
Querido Dios:
Este año te has llevado a mi cantante fevorita Withney Houston, a mi payaso favorito Fofito y a mi actor favorito Toni Leblanc.
Te advierto de que estamos ya a día 30 de diciembre y que mi político favorito es Rajoy
Publicado por: Vasco malo | 12/30/2012 en 08:35 a.m.
Aunque no coincido con PNV, siempre le he considerado a usted con discurso brillante y razonado, me gusta su Post sobre Patriotismo constitucional
En base a él, le preguntaría: ¿ piensa usted que los Gobiernos de PNV si han planteado:
"la proyección normativa de los Derechos Humanos y de las libertades civiles como soporte dé una solidaridad política que fundamenta la lealtad política "
a dichos gobiernos en Euskadi?
Publicado por: ElviejoWerther | 12/30/2012 en 02:25 p.m.
Hablando de derecha hispana, dice Liberata Aguirre que Carromero, el homicida beodo, no es un criminal en España.
Nadie lo duda, pero en Cuba sí. En el régimen español puedes matar a dos personas sin que te pase gran cosa o nada, depende quién seas y de qué partido (otra cosa es que quemes un cajero bancario automático, que son 6 años en La Mancha o Canarias), pero en Cuba matar a 2 ciudadanos por conducir beodo es un crimen, aunque seas de la oligarquía de Chamberí, Puerta del Hierro o La plaza del marqués de Salamanca. Eso a castro se la suda.
En el régimen cubano, según he leído en su CP, le corresponderían 7 años de cárcel por lo aue ha hecho el leader nacional de las Juventudes Fascistas del PP, pero el juez solo le ha echado 4 años.
Si La legislación y la jurisprudencia cubanas siguieran el ejemplo tercermundista del Legislador español, que nos remite a la novela "El Conde de Montecristo", esos 7 años de cárcel deberían ser cumplidos en Cuba, pues es un lugar alejado de su lugar de origen madrileño (como se destierra a los vascos a La Mancha o Canarias), y por añadidura hubiera repetido los 7 años por haber matado a dos personas, no a una, siguiendo el ejemplo de la "doctrina Unai Parrot" española.
Así que Liberata Aguirre hace bien en cerrar la boca y no decir ni pío contra el rėimen cubano, que demuestra ser mucho más democrático que el español a pesar de la propaganda de sus medios amigos, y no solo por obligación tras la clemencia y sensibilidad humanitaria del régimen democrático cubano.
Publicado por: D M~L | 12/30/2012 en 02:46 p.m.
Que buenooooo.Genial vasco malo.Solo una puntualizacion,Dios no se ha llegado a Fofito,se ha llevado a Miliki.Urte berri on!.
Publicado por: Jon | 12/30/2012 en 04:57 p.m.
Gracis por la corrección Jon, pero en España hay tanto payaso que me lío
Publicado por: Vasco malo | 12/31/2012 en 08:26 a.m.
Alemania del Este se unió a Europa sin negociación.
Solo por recordarlo..., ahora que algunos andan diciendo que si una parte de la Unión Europea, se escinde de uno de sus países miembros, queda expulsada de toda la Unión Europea ?¿, una interpretación interesada, mas aún cuando ese referendum democrático no era sobre la salida o no de la Unión Europea y cuando esos ciudadanos que han votado democráticamente, ya eran desde hace décadas ciudadanos europeos, ¿Cómo quitarles por lo tanto, de forma unilateral, a esos ciudadanos su ciudadanía europea ya adquirida desde hace décadas, por haber hecho un referendum democrático en el que no dicidieron sobre esa cuestión en concreto?, ¿Cómo quedaría democráticamente Europa ante el mundo?, es un tema complicado.
Además es mas complicado si se piensa que Escocia, Cataluña o cualquier otro, son ya miembros de la Unión Europea, y según algunos (para mi interesadamente), deberían de volver a negociar su entrada en la misma.
No obstante existe un precendente prácticamente contrario, Alemania del Oeste y Alemania del Este, tras la IIª Guerra Mundial, eran dos países diferentes, Alemania del Oeste, era parte de la Unión Europea, la del Este no, al terminar la Guerra Fría, ambas hicieron un referendum de autodeterminación y se unieron en un solo país, en ese momento Alemania del Este, entró directamente en la Unión Europea, sin haber sido nunca previamente parte de la Unión Europea, lo lógico es que la Alemania del Este, para entrar en la Unión Europea, hubiese negociado con la Unión Europea su adhesión, como cualquier otro territorio, otra posibilidad hubiese sido que la nueva Alemania unificada, hubiese salido de la Unión Europea y hubiese vuelto a negociar en bloque su entrada en la Unión Europea, pero esta fórmula no se escogió, sino mas bien incorporarlos por la patilla.
Es cierto que Europa, no anda con muy buena imagen, no obstante, sería muy chocante que se exoulsase a ciudadanos europeos de la Unión Europea (quitándoles por la cara su ciudadanía), por un referendum democrático que no ha preguntado por ese tema, mientras que una parte de Alemania habría accedido a la Unión Europea, sin haber sido nunca miembro de la misma, sin haber negociado su adhesión y sin que sus ciudadanos hubiesen tenido nunca esta nacionalidad previamente.
Publicado por: Hernesto | 12/31/2012 en 08:59 p.m.
Señor Anasagasti:
Yo soy joven y además de saber quién es José Antonio Primo de Rivera, la Falange Española y el Cara al Sol, también sé quiénes son Dionisio Ridruejo, Manuel Hedilla, Narciso Perales y Patricio González de Canales: falangistas que vestían camisa azul con yugo y flechas y que por su oposición a la mediocridad burguesa conservadora que representaba el franquismo, dimitieron de los cargos que ostentaban en el recién instaurado régimen, sufriendo la cárcel e incluso confinamientos y exilios. Podían haber hecho como Aznar, Suárez o Martín Villa y vivir, como usted hace, a costa del sistema que detestaban (en su caso, el juancarlismo, del que lleva sacando rentabilidad desde hace más de un cuarto de siglo); sin embargo, fueron fieles a su ideal joseantoniano y eso les llevó a renunciar a comodidades y prebendas para sufrir todo tipo de penurias.
Publicado por: Iker | 01/01/2013 en 11:18 p.m.
Sí, claro, ajosė anatonio vivía en Vallecas y trabajaba en un puesto de melones.
Su affaire con la lady inglesa en realidad fue de casualidad, un día que la chica andaba por Vallecas y le apeteció un melón, no porque anduvieran por los mismos salones.
Publicado por: D M-L | 01/02/2013 en 08:18 p.m.
No, José Antonio Primo de Rivera no vivía en Vallecas como tampoco José Antonio Aguirre vivía en la margen izquierda del Nervión; pero, a diferencia de éste, aquél, como miembro perteneciente a la misma clase social, podía haber hecho carrera en un partido de derechas, lo que le hubiese otorgado un escaño en las Cortes y haber vivido de la política, y sin embargo prefirió embarcarse en un proyecto propio. Un proyecto propio tan modesto que hasta se vieron obligados a cambiar de sede varias veces porque no había dinero para pagar la luz, mientras que el partido de Aguirre abría una sede tras otra.
Publicado por: Iker | 01/03/2013 en 11:58 a.m.
Claro, en la sede no había dinero para pagar la luzpero en los fiestorros con la lady había hasta para caviar y champaña a la luz de las velas, no te jode.
Publicado por: Donatien Martínez~Labegerie | 01/03/2013 en 06:21 p.m.
Supongo que con lo de lady te refieres a Elizabeth Asquith, hija del primer ministro inglés Herbert Asquith. Bien, pues esa mujer era la esposa del príncipe Antoine Bibesco, diplomático rumano; y las fiestas que ella o su marido montasen la pagaban con su dinero, no con el de José Antonio. Lo que yo te cuento está documentado, mientras que lo que tú cuentas... Bueno, realmente tú no cuentas nada, sólo supones. ¡Qué atrevida es la ignorancia!
Publicado por: Iker | 01/04/2013 en 10:49 a.m.
Quieres decir que esas personas de tan alta alcurnia invitaban al político ultra siendo un plebeyo?
JE, JE. Seguro que lo hacían por caridad, para tener in pobre en la fiesta y darle de comer al menos un día.
Es más, seguro que no tomaba champagne porque ni sabía lo que era eso tan raro con burbujas, y mucho menos el caviar, claro, algo que tras probar, sin duda por vez primera en su vida, le motivó espetar algo así como "...uhmmm..., sabe a huevas de pescado".
JE, JE.
Publicado por: Donatien Martinez-Labegerie | 01/08/2013 en 12:02 p.m.