Marta Williams, directora de The Washington Quality Group, tiene las ideas claras respecto a si el líder nace o se hace, si existe un único perfil de liderazgo. En su opinión, "el líder casi nunca nace; sin embargo, se hace". Y se hace definiendo en primer lugar sus competencias técnicas ("saber"), humanas ("poder") y las propias y diferenciadoras de cada empresa ("querer"), que necesita el directivo para ayudar a su organización a alcanzar una posición "puntera".
Williams le pide a continuación al aspirante que se autoevalúe reflexionando sobre la situación en que se encuentra. Seguidamente, serán sus colegas, colaboradores, jefes y, en ocasiones, clientes y proveedores quienes le evaluarán a través del llamado sistema Feedback 360°.
Esta metodología permite observar las diferencias entre las competencias que los directivos creen tener y cómo son percibidas éstas por los demás. No siempre la percepción del público coincide con nuestra autopercepción.
Conocidos los gaps entre lo que es y lo que debe ser, deben desarrollarse las competencias propias de líder, tanto a nivel técnico como humano. Esto se logra mediante sesiones de trabajo y de entrenamiento (coaching) que van a permitir al directivo convertirse en líder y no solo en jefe.
Una vez que se comporte como un auténtico líder, cualidad necesaria para el funcionamiento óptimo de sus públicos internos y externos, deberá servir de entrenador (coach) para que las personas a su cargo sigan el mismo proceso. Así desarrollará las competencias de su gente utilizando su propia experiencia.
Para Williams, las cualidades más apreciadas por los demás en el líder son básicamente la honestidad, la consideración, la capacidad, el valor y la serenidad en momentos de crisis. Las menos apreciadas son la prepotencia y el abuso.
Las habilidades más valoradas son el saber ofrecer a sus empleados las posibilidades de involucrarse en el éxito de la empresa; saber dirigir a los demás hacia un objetivo común definiendo funciones y responsabilidades y saber escuchar valorando las opiniones de los demás.
También son de alta estima el hacer frente con coraje a las dificultades y problemas, sabiendo defender sus valores, sus decisiones y a su gente; influir en colaboradores consiguiendo su compromiso, entrenar a sus colaboradores para que desarrollen al máximo sus capacidades y enseñarles a trabajar en equipo de forma coordinada.
Iñaki,
"(...) También son de alta estima el hacer frente con coraje a las dificultades y problemas, sabiendo defender sus valores, sus decisiones y a su gente; influir en colaboradores consiguiendo su compromiso, entrenar a sus colaboradores para que desarrollen al máximo sus capacidades y enseñarles a trabajar en equipo de forma coordinada."
No te pierdas a Txelui Moreno, aquel a quien dedicaste un Post hace dos años, en Pamplona esta mañana agarrando las bocachas de las escopetas de los forales. La liberté en guidant le peuple a Pampelune:
http://youtu.be/zoELamTE-10
Mientras Barcos en Madrid regionaliceaba quejåndose de que Rajoy no invierte en Navarra (olvidando Barcos que va con la naturaleza de un Estado lo de distribuir las inversiones de manera asimétrica en sus provincias, según prioridades, no por proporción de habitantes ni nada parecido), el leader sindical movilizaba.
Eso se llama liderazgo, en efecto.
Publicado por: Donatien Martinez-Labegerie | 02/21/2013 en 09:22 p.m.