Todo empezó con la obsesión de la izquierda abertzale por liderarlo todo en este país nuestro. Y lo que no lograba liderar ha procurado destruirlo. En medio de esta estrategia de división, muchos vascos de buena fe se sienten atrapados
Por Gabriel María Otalora, * Analista
HACE ahora siete años escribía yo en este periódico un alegato titulado 30 de julio de 1936 reivindicando algunas de las víctimas asesinadas a manos de la dictadura franquista. En él recordaba que el reportero sudafricano George Steer contó la verdad del bombardeo de Gernika logrando que media Europa y los principales intelectuales católicos europeos, como Jacques Maritain o Emmanuel Mounier, reaccionasen enérgicamente con su manifiesto Pour le peuple basque. También me refería a algunas matanzas y asesinatos de civiles. Entre otros, el fusilamiento de Esteban Elguezabal, José Cortabarría y Primitivo Estavillo, contado en primera persona por uno de los que tuvieron que presenciarlos, el jesuita bilbaino Alfonso María Moreno.
En este aniversario del triple asesinato traigo un testimonio inédito, escrito por una persona que me envió esta carta después de leer mi artículo, identificándose solo con una firma para mí ilegible, que se quedó sin compartir con los lectores. Dice así:
"Corría la mañana del 29/7/1936 y estaba yo y parte de mi familia, hermanas, amachu y la tía, en Villaro, frente al batzoki. A eso de media mañana llegaron Elguezabal y Cortabarria con ropas de monte y tengo idea de alguna mochila que llamábamos entonces de mendigoxale. Tenía yo con Elguezabal amistad pues era el encargado y maestro de mi grupo de espatadantza, de Juventud Vasca de Bilbao. Entrenábamos muchos días en las casas (su patio) de Sota en c/ Alameda de Mazarredo.
Me dijeron que iban al Gorbea y mi reacción era pedirles ir con ellos. Tenía yo por aquel entonces 15 años y medio pasados. Aceptaron gustosos. Nada de comida extraordinaria ni prendas excepcionales de abrigo para ir al monte. Ellos en camisa de monte y yo jersey fino y un kaiku verde y botas casi nuevas (abarcas). Estando preparados para marchar, a muy primera hora de la tarde, llegó de Bilbao, en el tranvía de Arratia, mi aita. Después de los saludos, se enteró de nuestro plan y a ellos no les dijo nada, pero a mí me negó el permiso para ir. Inmediatamente salieron los dos. Les acompañé un trecho, no me acuerdo cuánto, pero creo ser el último que estuvo con ellos antes de ser detenidos.
Luego, los acontecimientos y mi padre me aclararon que traía el encargo (¿orden?) de instalar el hospital de sangre en el convento de las monjas, a la salida de Villaro, hacia Zeanuri. Teorías se pueden hacer las que se quieran pero la realidad me dice que fue un asesinato".
Hasta aquí el relato de mi anónimo comunicante. El otro joven, Estavillo, fue sorprendido en un lugar cercano por el mismo grupo de requetés y los tres fueron fusilados en una tapia al grito de "Gora Euskadi Askatuta!", según el relato del citado jesuita.
Mientras escribo esto, pienso en todos los que han muerto por defender a Euskadi, en todos los que pronunciaron ese "Viva Euskadi libre" antes de ser asesinados o en actos reivindicativos, incluidos aquellos propiciados por ETA y sus apoyos ¿Qué ha ocurrido para que la marca Euskadi sea denostada por la izquierda abertzale? Argumentan que es el nombre de la Comunidad Autónoma Vasca, mientras que Euskal Herria abarca el territorio que compone la CAV, Navarra e Iparralde. Pero Euskadi ha estado dividido entonces y ahora. Por eso nació este término político reivindicativo de todo el pueblo vasco, expresado en la famosa frase de su creador: "Euskotarren aberria, Euzkadi da". Y la primera ikurriña se izó en Castejón.
En cambio, Euskal Herria se trata de un término muy antiguo y entrañable pero sin que tuviera carga política alguna. Incluso fue tolerado por el franquismo y la derecha navarra, mientras que por el solo hecho de pronunciar Euzkadi ibas directo a la cárcel. Daba envidia pasar a Laburdi o la sexta merindad navarra y ver las ikurriñas ondeando junto el uso normalizado del término Euskadi.
Todo empezó con la obsesión de la izquierda abertzale por liderarlo todo en este país nuestro. Y lo que no lograba liderar ha procurado destruirlo. Hubo un tiempo en que su fijación estuvo en la supresión de la zeta del término Euzkadi, recibiendo el apoyo de quienes, desde las antípodas políticas, intentaban laminar como fuese un término que daba personalidad política diferenciada a los vascos. Más tarde, cuando estos aceptaron a regañadientes la denominación oficial de Euskadi, en lugar de que se congratulase la izquierda abertzale porque Euskadi ganase oficialidad política al menos en tres herrialdes, argumentaron que precisamente por eso, al ser un mapa incompleto, reivindicaban el nombre de Euskal Herria. Se olvidaron rápidamente de todo: de que ETA es un acrónimo que empieza por la E de Euskadi, de tantas canciones que unían a la mayoría en las fiestas, con Euskadi como eje reivindicativo, y de tantas cosas más; cuando el Partido Socialista de Navarra estaba integrado en el Partido Socialista de Euskadi. Hasta aprovecharon la selección vasca de fútbol para crear una división artificial a su favor.
No hace tanto, en el congreso de Eusko Alkartasuna -ahora integrado en Bildu- de finales de 2007, se debatió sobre si el concepto Euskadi representa a toda la realidad geográfica e institucional de nuestro país. Y con argumentos históricos se aceptó que así era.
Este verano volvemos a recordar a los tres fusilados del Gorbea. Recordar también significa despertar (Colombia, Ecuador…). Con ellos recordamos a los miles de gudaris y perseguidos por defender la libertad vasca, desde muy diferentes partidos unidos bajo el Gobierno de Euskadi, incluida la izquierda plural de entonces. Iñaki Anasagasti recuerda que "nadie ha muerto ni ha asesinado en nombre de Euskal Herria, pero fueron muchos los que lucharon en el frente por Euskadi y demasiados (uno es ya demasiado) los asesinados en nombre de Euskadi Ta Askatasuna".
En medio de esta estrategia de división, muchos vascos de buena fe se sienten atrapados. Quizá sea posible resumir la explicación existencial en la sabiduría popular que nos advierte que en un pueblo pequeño el infierno es grande. Y si se aviva en beneficio propio, abrasa.
En efecto, Iñaki, incluso el ultraderechista de El Correazo GM Otalora coincide con tus repetidas tesis sobre la izquierda abertzale.
Iñaki, ¿no crees que el PNV y el "PP Vasco" deberíais fusionaros orgánicamente -ya que lo estáis en la acción política de facto- y dejaros de tanto mareo de la perdiz?
Publicado por: Donatien Martinez-Labegerie | 08/21/2013 en 08:15 a.m.
Ahora se ha juntado un tercero en discordia, Nabarra "con b"
Publicado por: Salvatore Dulcinista | 08/21/2013 en 03:55 p.m.
Gora Euzkadi Askatuta
Yo prefiero escribir como antes, con acento encima de la r y sin poner la h que no suena
y no creo que hace falta.
Adoz?
Euskaleria nire lurra da!
Publicado por: Maitetxu Botxoa-Sáenz | 08/23/2013 en 01:45 p.m.