Cecilio Gerrikabeitia cedió la presidencia de la formación bilbaína a José Miguel Lanzagorta
Maite Redondo
Cecilio Gerrikabeitia (Barakaldo, 1938) heredó la afición por la música de su familia, pero este empresario nunca hubiera imaginado que se convertiría en el presidente que más años ha estado (32) al frente de la Coral de Bilbao. Asumió el cargo en 1981, después de ser coralista durante nueve años y miembro de la directiva, y durante un tiempo compartió las responsabilidades en la Coral con su puesto en la directiva del Athletic. Ahora, asegura que ha llegado la hora del relevo y será José Miguel Lanzagorta, director general de Norbega, quien hoy, durante la Asamblea General, recoja el testigo. Gerrikabeitia permanecerá, no obstante, como vocal en la junta directiva para aportar su larga e intensa experiencia al nuevo responsable de la formación musical.
Gerrikabeitia echa la mirada atrás y rememora su paso por la Coral, concretamente el día en que le vinieron a buscar a casa tres coralistas para que se pusiera al frente de la entidad cultural: "Me lo pensé muchísimo, ya formaba parte de la directiva del Athletic y precisamente, en esos momentos, estaba muy ocupado porque se estaba realizando la reforma del campo de San Mamés. Pero al final me convencieron a mí y a mi mujer, que cantaba en la Coral".
La situación de la agrupación era difícil, "estábamos sin coro -solo había 20 coralistas-, habían echado al director y no había dinero. Antes de aceptar, mantuve varias reuniones con los representantes institucionales y les pregunté si les parecía bien que yo fuera el presidente y si estaban interesados en que la Coral siguiera existiendo porque estaba a punto de desaparecer. Me dijeron que por supuesto que sí. Entonces, puse yo las condiciones: sabía que había apoyo moral, pero se necesitaba más apoyo económico. Se pusieron de acuerdo el entonces diputado General, José María Makua, el alcalde Jon Castañares y el por aquella época consejero de Cultura, Ramón Labayen, y nos dieron dos millones y medio de pesetas al año cada institución, lo que significaba un 75% del presupuesto. Y así empezamos a formar coro".
DESPEGUE
Poco a poco, la Coral consiguió recuperar el prestigio del pasado y que las instituciones privadas se comprometieran a entrar en el patrocinio. "En el año 84, fichamos a Gorka Sierra, que permaneció durante 20 años como director y consiguió dinamizar a la formación musical. Además, empezamos a llamar a los excoralistas", señala Gerrikabeitia.
Fue el despegue de la Coral. Entre 1985 y 87 realizaron numerosas giras y, tras escucharles en una de sus actuaciones en Gasteiz, el músico y director de orquesta Odón Alonso les invitó a viajar a Puerto Rico. "Fue muy emocionante. Cantamos Carmina Burana y la Novena de Beethoven en el Bellas Artes y en la Universidad de Río Piedras y otros cuatro conciertos a capella multitudinarios. Gustó tanto que, al cabo de cuatro años, íbamos mi mujer y yo en un taxi y en la radio sonaban nuestras canciones. Cuando le preguntamos al taxista, nos comentó que era de un coro maravilloso de Bilbao. ¡Nos conocían hasta algunos taxistas!".
Los reconocimientos y galardones no han parado en estas décadas. Son tantos que Cecilio Gerrikabeitia tiene que recurrir a una lista escrita para no olvidarse de ellos, Con ocasión del centenario de la Coral en 1986, recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Ha sido también reconocida con el premio Andrés de Mañarikua, concedido por la Diputación de Bizkaia, los galardones Sabino Arana, la Medalla de Honor de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando, la Medalla de Oro de la Villa de Bilbao, entre otros... En 2007, el presidente de la Institución, Cecilio Gerrikabeitia, recibió la Medalla de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras del Gobierno francés.
Otro de los retos a los que ha tenido que enfrentarse en su cargo ha sido la búsqueda de nuevos locales para la agrupación musical. "Tras estar en el Coliseo Albia, tuvimos que reformar el inmueble que antiguamente acogía el denominado Teatrillo de la Casa de Misericordia, para convertirlo en nuestra nueva sede, adecuada a nuestras necesidades. Puedo decir satisfecho que me voy con los objetivos cumplidos, en estos 32 años la Coral ha recuperado su gran prestigio".
No obstante, Gerrikabeitia es consciente de que su sucesor no lo tendrá nada fácil. "Estamos viviendo tiempos difíciles. Acabamos de recibir una mala noticia. En 2012 el Gobierno de Madrid nos dio 101.000 euros de ayuda y este año nos darán solo 35.000. No sé lo que va a pasar. Es una situación preocupante, pero seguiremos adelante. Y yo voy a seguir luchando por ella. La Coral es la entidad cultural más antigua de Bilbao, incluso más que el Athletic".
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