Se cumplen 75 años del viaje de un joven jeltzale a EE.UU. para pedir paz en Europa - Erkoreka y Anasagasti ensalzan la actitud de Lombana sobre libertades
Por: Iban Gorriti
Se cumplen 75 años del momento en el que José Luis de la Lombana Foncea partió a Estados Unidos en días de Guerra Civil. Nacido en la localidad alavesa de Kanpezu fue el primero en aportar datos -firmó un informe- sobre las primeras repercusiones del golpe de Estado dado en julio de 1936 por militares españoles contrarios a la democracia a la Segunda República. El político afiliado al PNV lo hacía desde territorio leal a los fascistas autodenominados nacionales. Así lo relata un texto de Carlos Caballero Basañez en la enciclopedia Auñamendi: "El 18 de julio de 1936, junto con otros afiliados nacionalistas, pidió armas en el Gobierno Civil de Gasteiz para contrarrestar la sublevación militar, sin obtener respuesta positiva".
A día de hoy, José Luis de la Lombana, figura poco recordada en Euskal Herria, cuenta con un libro sobre su vida publicado en inglés en Estados Unidos. Están firmada en comandita de los también tribunos jeltzales Iñaki Anasagasti y Josu Erkoreka gracias al tesón de Xabier Irujo en el Center of Basque Studies. "Gracias a Xabier Irujo, que nos ha abierto este surco, deseamos que se conozca cómo en 1938 un joven nacionalista vasco pidió en Nueva York que todas las libertades fueran solidarias y que la paz debía asentarse en la vieja Europa". El título es A Basque Patriot in New York: Jose Luis de la Lombana y Foncea and the Euskadi Delegation in the United States (Un patriota vasco en Nueva York: De la Lombana y la Delegación de Euskadi en los Estados Unidos).
Erkoreka y Anasagasti enfatizan en la idea de que la relación de los Estados Unidos con la Guerra Civil española es una historia "mil veces contada", pero casi siempre girando en torno a la Brigada Internacional Lincoln, a la actitud de algunos intelectuales y artistas famosos como Ernest Hemingway, Lilian Hellman o Philip Guston, o a las dudas del gobierno y el legislativo del país para ayudar a unos u otros.
UN INFORME INÉDITO
Los dos jeltzales descubrieron un informe inédito a la hora de querer aportar más información sobre José Luis De la Lombana. Era suyo, "de un joven del PNV que había sido el director del periódico Euzkadi en Barcelona y a quien habían encargado acudir al II Congreso Internacional de Jóvenes por la Paz, en la ciudad de Nueva York en 1938".
Del hecho no tenían la menor noticia. Más adelante, aquel desconocido De la Lombana se exilió en Bogotá (Colombia). "De su intervención y de los primeros pasos de los vascos en Nueva York tratando de acceder a los círculos católicos, teníamos solo vagas referencias", explican.
Y como el asunto les pareció de interés comenzaron a investigar en la vida del exiliado alavés y en tratar de enmarcar en su contexto unos hechos que ocurrieron hace ahora 75 años. Como valor histórico el libro incide en lo que se hizo en los Estados Unidos en relación con el catolicismo y la Guerra Civil española. Asimismo, da a conocer las relaciones existentes en Nueva York en 1938 entre los republicanos y los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos.
El texto ofrece, además, una exposición de las relaciones entre el catolicismo francés y los católicos vascos, y la estrategia del PNV para asentar una presencia en Estados Unidos sustentada en este sector de la sociedad norteamericana.
La publicación saca a la luz el viaje de un "joven intrépido como De la Lombana que sin saber una palabra de inglés tuvo la osadía de viajar a Nueva York en plena guerra con un discurso muy nacionalista, y trabajar con los republicanos españoles, así como el complicado viaje que hizo por distintas universidades y centros de estudio de aquel inmenso país cargado de ilusión, certezas y una buena dosis de ingenuidad. Y todo ello en el año 1938", subrayan Anasagasti y Erkoreka.
Ambos describen los primeros pasos de la Delegación del Gobierno Vasco en Nueva York, tres años antes de la llegada del lehendakari Aguirre escapando de la guerra mundial. Enumeran las instancias republicanas y vascas que funcionaban en aquellos años, para terminar con el Informe Lombana, que habla por sí mismo y al que han dotado de un índice así como ordenado sus cuentas, matizan.
¿QUIÉN FUE LOMBANA?
José Luis de la Lombana Foncea, como incide Carlos Caballero, fue un político jeltzale, y periodista del Heraldo Alavés en 1931, que en 1935 durante sus estudios en Madrid fue miembro de Juventud Vasca y de Eusko Ikasle Abertzaleak.
Fue el primero en querer plantar cara a los golpistas en la afecta Gasteiz. Tras la ocupación de Bilbao en junio de 1937, fue secretario del PNV en Barcelona, donde desde diciembre de 1937 dirigió el diario Euzkadi tirado en la capital catalana. Fue, además, delegado del partido en el II Congreso Mundial de Juventudes por la Paz en Nueva York en 1938. Y tras un período en la cárcel, al finalizar la guerra, se exilió a Colombia, donde participó en la creación de Euskal Etxea en la capital.
Tras la experiencia estadounidense de De la Lombana, este quiso retornar a Barcelona, un deseo imposible. "Ya no pudo volver a Barcelona porque la delegación del Gobierno Vasco estaba ya de salida. Terminaba aquel año de 1938 con el reconocimiento del régimen de Franco por parte del Vaticano, Turquía y Japón, con la instauración en noviembre del denominado Día del Cruzado, iniciativa que se debió al cardenal firmado Goma, el de la Carta Colectiva, y con la restauración en el escudo del Yugo y las Flechas, símbolo de los Reyes Católicos, mientras se seguían fusilando prisioneros y en Europa comenzaban a sonar tambores de guerra", concluyen Josu Erkoreka e Iñaki Anasagasti.
A su llegada con 27 años a Nueva York aquel 1938, Lombana no sabía -recuerdan ambos jeltzales- que el 5 de enero de ese mismo año había nacido en Roma "un crío al que habían bautizado con el nombre de Juan Carlos Victorio, hijo del entonces Príncipe de Asturias, Juan de Borbón, y de la Infanta María de las Mercedes Borbón y Orleans". Ahora bien, "cuando José Luis de la Lombana falleció en Bogotá en el año 2000 sabía muy bien quién era aquel crío a cuyo nacimiento no le dio la menor importancia". Aún reina aquel Juan Carlos, una herencia del estado totalitario franquista.
El estado totalitario franquista, que lo fue, tuvo muchas décadas para hacer cosas. Y hasta hizo bien alguna, aunque no esté de modo ni analizarlo, ni reconocerlo, por ejemplo, la implantación progresiva de la seguridad social que hoy conocemos, o la lucha contra el barra quiso a través de la Obra Sindical del Hogar, por ejemplo.
El breve gobierno del lehendakari provisional Aguirre resulta mitificado al alza por el PNV. Mal asunto.
Publicado por: Io | 06/09/2014 en 10:08 p.m.