Hace 300 años nació Diderot, el padre de la “Enciclopedia” y uno de los pensadores más influyentes de la ilustración francesa.
Por: Luís Sala
Los hombres y mujeres que los jueves y los domingos frecuentaban el salón parisino del barón D'Holbach se atrevieron, quizá por primera vez en la historia, a pensar en un mundo sin Dios. El anfitrión de aquellas veladas y su gran amigo, el filósofo Denis Diderot, predicaban una sociedad libre de la opresión del miedo y la ignorancia, en la que personas autónomas y responsables dedicaban sus energías a construir comunidades basadas en el deseo, la empatía y la razón.
El pensamiento liberador de aquellos ilustrados radicales representaba una auténtica amenaza para el orden establecido y, en particular, para la Iglesia católica, que trató por todos los medios de evitar que sus ideas llegaran al gran público. Lo consiguió sólo en parte porque la 'Encyclopédie' se convirtió en un caballo de Troya en 28 volúmenes cargados de ideas subversivas que entró en las casas de los europeos cultos del siglo XVIII para cambiar la manera general de pensar.
El editor de esta obra, Denis Diderot, pisó París por primera vez en 1728. Por entonces era un devoto muchacho de provincias admitido en uno de los grandes colegios de la capital para prepararse para el sacerdocio. Había sido bautizado el 6 de octubre de 1713 en la pequeña localidad de Langres. Su padre era maestro cuchillero. Como otros artesanos ricos buscó para sus cuatro hijos un futuro seguro en la vida religiosa. No lo consiguió con el primogénito, Denis, pero sí con el segundo, Didier, y con la mayor de las hermanas, Angelique. Sólo la pequeña de la casa, Denise, fue durante toda su vida amiga y confidente de su rebelde hermano mayor.
Terminados sus estudios, Diderot se aficionó al teatro y se hizo un cierto nombre en París como escritor de panfletos y obras clandestinas en las tabernas y cafés de la orilla izquierda del Sena. Hacia 1742, alquiló una habitación en casa de la señora Champion y se enamoró de inmediato de su hija Anne-Toinette, «una mujer hermosa como un ángel». Para casarse con ella, regresó a Langres, donde su padre ordenó que fuera encerrado en un convento. Denis escapó por una ventana y recorrió a pie los 370 kilómetros que le separaban de París para volver junto a su amada.
Pese a estos prometedores inicios, el matrimonio no fue feliz. Tres hijos no sobrevivieron a la primera infancia, el padre paraba poco por casa y enseguida buscó el cariño en los brazos de otra mujer, Sophie Volland, su amante más duradera, amiga y confidente. Esto no quiere decir que Diderot se desentendiera de su esposa y de la única hija que le sobrevivió, Angelique. Para mantenerlas, se empleó como traductor al francés de obras de filósofos ingleses y publicó sus primeros ensayos: 'Pensamientos filosóficos' (1745) y 'Paseo del escéptico' (1747), este último muy influido ya por los argumentos del cura ateo Meslier en contra de la idea misma de Dios y de los privilegios de los ricos.
Blasfemo
El 24 de julio de 1749 dos agentes se presentaron en su casa con una orden de arresto. Acusado de blasfemo, pasó una larga temporada entre rejas en la fortaleza de Vincennes, a las afueras de París. Sólo la presión que los libreros a los que ya había embarcado en el proyecto de la “Enciclopedia” ejercieron sobre el ministro de Interior, le permitió recuperar la libertad, no sin antes firmar un escrito en el que se comprometía a no volver a escribir ni publicar obras blasfemas. Esta amenaza pesó sobre él toda su vida y explica en parte que no dejara una obra filosófica de peso.
La prisión le convirtió en una especie de mártir de la Ilustración. Rousseau le visitó en la cárcel con frecuencia y Voltaire saludó su puesta en libertad como un acontecimiento. El ginebrino y Diderot fueron grandes amigos hasta que riñeron públicamente. El desencadenante de la ruptura fue una especie de 'cena de los idiotas' del Siglo de las Luces celebrada en casa del barón. El invitado era un clérigo rural que perseguía al editor para que publicara su obra, un auténtico pestiño. Diderot le ofreció leerla en el salón y el cura hizo el ridículo sin saberlo, hasta que Rousseau puso fin a la diversión, le arrebató el manuscrito y le invitó a marcharse.
Para evitar la censura, Diderot trasladó su ingenio a los salones. Allí su elocuencia afable y persuasiva brilló con fuerza. De joven frecuentó el salón de Madame Geoffrin, donde conoció a varios escritores que colaboraron después en la Enciclopedia. El coeditor de esta obra, el matemático Jean d'Alembert, era hijo ilegítimo de Madame De Tencin, por cuyo salón habían pasado algunos de los hombres más poderosos de Francia.
Diderot dejó también destellos de su talento en obras de ficción, como 'El sueño de D'Alembert' o la pieza teatral 'El hijo natural', y en los ensayos 'Añoranza de mi viejo batín', 'Sobre las mujeres' y 'Pensamientos sueltos sobre la pintura'. Pero sin duda es su novela póstuma, 'Jacques el fatalista y su amo', la que le sitúa -en palabras de ítalo Calvino- entre los padres de la literatura contemporánea, como precursor de Brecht y de Kundera, por su arte para mezclar novela de sentimientos, novela existencial, filosofía e ironía.
Pero si Diderot ha llegado hasta nosotros -como escribe Philipp Blom en su magnífico ensayo sobre la Ilustración francesa- es principalmente como editor de la 'Enciclopedia'. El proyecto surgió como un trabajo más de traducción de una obra inglesa en dos volúmenes. Diderot decidió revisarla y ampliarla, convenció a una agrupación de libreros para que financiara la obra y embarcó a un grupo de amigos en la redacción de los artículos. Se convirtió así en un proyecto ingente: compilar todo el conocimiento de la época en una obra de varios volúmenes, redactada por los mejores expertos en cada campo. Una obra de consulta definitiva de todos los temas concebibles y una verdadera escuela de pensamiento escéptico.
El colosal proyecto estuvo a punto de fracasar en varias ocasiones. Sólo la intervención personal del censor jefe, Malesherbes, permitió a Diderot sortear la oposición de los jesuitas y culminar la obra. Los tres últimos volúmenes de texto (hubo otro posterior de láminas) se publicaron en 1765, veinte años después de la aparición del primero. Las cifras hablan por sí solas del esfuerzo intelectual realizado: 71.800 artículos, 18.000 páginas y más de 20 millones de palabras. El éxito de ventas fue también colosal. Antes de que terminara el siglo la Enciclopedia se imprimió unas 25.000 veces.
El filósofo no disfrutó del éxito de su obra, torturado por los recortes en el texto original hechos a sus espaldas. Pasó un tiempo en la corte de Catalina de Rusia, pero volvió de San Petersburgo desencantado con el poder y enfermo del corazón. Murió de un ataque mientras almorzaba en su casa de París el 31 de julio de 1784.
Leyendo a Diderot tiene uno más motivos para descojonarse de Fernando Savater el "intelectual de la torva mirada" y chico de los recados filosóficos de Rosa Díez, que va participar en un Congreso Mundial de Mentes Brilantes.
Dios Mío, qué j... está el mundo de la intelectualidad si no han podido fichar a nadie mejor!!
Publicado por: CAUSTICO | 10/30/2013 en 07:30 a.m.
Y hoy tenemos la wikipedia.... en donde prácticamente cualquiera (todo el mundo sabe de algo) puede escribir para todos ¿no es increible en qué ha terminado todo esto?
Publicado por: ocasional | 10/30/2013 en 08:56 a.m.
Respecto a Savater, que fichen a su hijo para ese Congreso Mundial de Mentes Brillantes, Amador Fernandez-Savater, filósofo y contrario ideologicamente a su padre, o bueno quizás es como era Fernando Savater en los años 60-70-80, por lo menos Amador aún tiene cosas que hacer, en el fondo Fernando nunca ha destacado en novela, poesía, ensayo, teatro, ni siquiera en filosofía, en el extranjero no le conoce nadie y alguno de sus libros mas moderadamente brillantes, pertenecen a la etapa en que decía cosas contrarias a las actuales.
Publicado por: Bastian | 10/30/2013 en 10:05 a.m.
También podían mandar a ese Congreso Mundial de Mentes Brillantes a Arturo Perez Reberte..., otro "intelectual oficial", cuando anda diciendo que se cierre el Senado, debería de añadir "y la real academia de la lengua española".
En el Reino Unido, no tienen "Real Academia de la Lengua Inglesa"..., pese a eso no tienen ningún problema con su idioma, la lengua de Sakespeare (o el montón de premios nobel de literatura de habla inglesa), la lengua mas hablada del mundo y hablada en los 5 continentes, la lengua mas aprendida del mundo y la lengua en la que se hace ciencia mundialmente, también es la lengua de la diplomacia y los negocios, la lengua de la primera potencia mundial EEUU, la lengua comodín para entendernos todo el mundo, pero no necesitan de ninguna academia y el dinero que esta se lleva, tampoco necesitan "Centros Cervantes" o similares.
Es curioso la cantidad de gente en España que ignora que en Reino Unido, no hay academia de su lengua, pero mejor que sigan así, en su ignorancia, echándole la culpa de todos a otros, es lo que le conviene al sistema.
Publicado por: Bastian | 10/30/2013 en 03:59 p.m.
No creo que manden a Perez Reverte (@perezreverte 740.174), nos alegra verte, sigue teniendo menos followers en Twitter que el mundialmente famoso DJ @riverakiko (887.811)...
Por comentarlo...
Publicado por: ocasional | 10/30/2013 en 09:52 p.m.
Decir que el inglés no tiene academia es verdad... en parte, olvidando el férreo control estricto del buen decir que durante siglos han ejercido desde la norma (pronunciación muy especialmente)del inglés de la corona o el arzobispado de Canterbury--total clasismo aristocrático, vamos. El idioma avanzó a la sombra de los dos imperios--británico primero y americano después. Puro poder militar y capitalismo.¿Que no tienen Centros Cervantes? Desconoce Bastian que fue precisamente el todopoderoso Consejo Británico quien asesoró en la creación de los Cervantes a imagen de los cuales se quisieron planificar los nuestros. Dsde los British Institutes han sabido manejar la enseñanza del inglés (véase la sucesión de titulos que han ido inventando en Cambridge)como las joyas de la corona; al menos hasta que se imponga el chino (que ya lo tienen previsto). En fín...el eterno complejo español Bastian; ¡cuando podremos librarnos de él!
Publicado por: UROGALLO | 08/14/2018 en 11:56 a.m.