El jueves visitó el Senado una delegación de la Asamblea Nacional de la República Popular China.
Tras entrevistarse con el vicepresidente Lucas y ver la Casa, el presidente del Senado, Pío García Escudero les ofreció un almuerzo oficial. Estuve en él. A mi derecha un chino con una cámara de fotos japonesa, a la izquierda, un gerifalte chino. Y como no sabían más que chino nos la pasamos mirándonos y sonriéndonos. Apasionante.
De vez en cuando se podía cruzar algún comentario de parte a parte de la mesa. Con el presidente de la Comisión de Exteriores preguntarle el por qué le gustan tanto las tortillas de patatas de El Corte Inglés y con Don Pío recordarle aquel viaje a China de Pujol que le dijo a Deng Xiao Ping que los catalanes eran siete millones y de como el dirigente chino le contestó: "¿Y en qué hotel están?". Y es que hay chinos a espuertas, una industria de armamento que va a más y con aviones de sexta generación y un crecimiento del siete por ciento anual. En poco serán la primera potencia mundial.
Sonreí cuando en el discursito inicial el presidente del Senado dijo que China y España tenían historias milenarias. Por menos de eso a Mas y a Ibarretxe les pusieron a bajar de un burro. El discurso del líder chino fue asimismo una colección de tópicos. No faltaron en la comida las menciones al Barça y al Real Madrid. El juego nacional chino es el ping pong pero cuando se pongan a jugar de verdad en serio al futbol de los 1.400 millones seguro que sale un equipo que lo ganará todo, están en ello. A ver si le vemos a Clemente aprender chino. De momento está en Libia. Ya ha estado en Serbia y Camerún.
El portavoz del PSOE, Marcelino Iglesias, al lado del vicepresidente de la comisión de asuntos legales de la Asamblea Nacional China, Baoshu Sun, le preguntó el porqué China siendo tan grande, teniendo tantas etnias e idiomas, no se ha roto hasta ahora. La pregunta era privada pero la oímos todos y escuchamos a la intérprete, muy eficaz por cierto, irlo traduciendo y dando la respuesta:
-Muy sencillo. El patriotismo y el socialismo son nuestro gran cemento.
Ahí queda eso. No había cerca ningún monje tibetano ni nadie reprimido por un sistema de partido único, pena de muerte incorporada. Ahí queda eso.
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