Derio recuerda en una conferencia cómo vivió esta localidad la Guerra Civil
L. Gondra
BOMBARDEOS, fusilamientos y pueblos sufriendo el avance de tropas, son algunos de los términos que van tristemente unidos a la Guerra Civil. E inevitablemente, en la historia de Derio hay capítulos sumidos en aquella dura contienda. Sobre esta cuestión versó la charla organizada por el área de Cultura del Ayuntamiento de Derio y que ofreció hace unos días en esta localidad Aitor Miñambres, responsable del Museo del Cinturón de Hierro de Berango, y miembro de la asociación Sancho de Beurko, una agrupación que basa su labor en el estudio de la Guerra Civil en Euzkadi
Miñambres es un gran conocedor de los pormenores de esta contienda, especialmente en la comarca de Uribe, una zona de Bizkaia que cuenta con relevantes restos del Cinturón de Hierro. Así, en los montes de los diversos municipios se pueden encontrar vestigios de trincheras, conjuntos fortificados o nidos de ametralladora; pedazos de historia que desde la asociación de desarrollo rural, Jata Ondo, se han puesto en valor señalizándolos y promocionándolos de cara al turismo.
Derio no cuenta en su término municipal con estos restos, pero sí las localidades vecinas. De hecho, a este municipio le tocó muy de cerca la batalla de la ruptura del Cinturón de Hierro que libraron las tropas franquistas y el ejército de Euzkadi y que tuvo lugar los días 11 y 12 de junio de 1937. Esta línea defensiva se rompió por el que era su punto más débil, entre Gamiz y Larrabetzu. "Todos los pueblos de Uribe quedaron de algún modo inmersos en esa batalla", explica Miñambres. Y es que, 200 cañones, 110 aviones, y 12.000 soldados de Franco atacaron el Cinturón de Hierro aquel aciago día. "En Derio, los franquistas entraron el 14 de julio de 1937", añade.
Bombardeos Tal y como narra Miñambres otro de los ámbitos en los que la Guerra Civil afectó a Derio, tiene que ver con el edificio que después, con los años, albergó el seminario. Esta infraestructura comenzó a levantarse en los años 30 para albergar un hospital psiquiátrico. Se construyó la estructura de hormigón, y a la espera de más inversión de la Diputación y del gobierno de la República, estalló la guerra. Los sótanos del edificio eran las únicas partes que tenían paredes y durante la contienda se aprovecharon los locales para establecer allí una fábrica de armas y municiones. Miñambres explica que el 19 de mayo de 1937, la Legión Cóndor bombardeó esta fábrica sin que hubiera que lamentar víctimas ni grandes desperfectos. La fábrica continuó su actividad.
Miñambres narra que otro episodio destacable en Derio tuvo lugar el 11 de junio de 1937, cuando la localidad fue bombardeada por tratarse de un punto relevante como cruce de carreteras y porque era paso del tren. Los aviones fallaron el blanco y las bombas cayeron en el cementerio. Tampoco este bombardeo se cobró vidas. Y a todo esto, hay que sumar otro triste capítulo: las ejecuciones que se realizaban en el cementerio, entre ellas, los fusilamientos que tuvieron lugar a la caída de Bilbao.
Miñambres narra como en la guerra, en Derio fueron movilizados 50 vecinos para participar en el ejército de Euzkadi. De estos, cinco cayeron en combate: uno en Ubidea, uno en Amorebieta y tres en Sollube.
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