El pasado jueves 23 de enero estuve en la inauguración del Archivo Histórico Vasco en la calle María Díaz de Haro en Bilbao. Veinte kilómetros de estanterías y once pisos de los cuales cuatro bajo tierra. Una fachada moderna, de cristal, como en acordeón y un presupuesto de trece millones de euros.
Nuestra mentalidad tribal impidió que esto se iniciara en la primera legislatura vasca. En lugar de haber llegado a un acuerdo sobre la Orquesta, el Archivo, el Museo Nacional Vasco, la Hemeroteka Nacional etc. Nos dedicamos unos a madrugar decisiones y otros a oponerse a ellas y al final se han necesitado 34 años para inaugurar algo tan necesario como ésta magnífica sede dirigida por una persona singular, amable, erudita y original como Borja Aginagalde que me dijo que él había sido quien me había invitado, cosa que agradecí.
Mucha gente interesante. El Lehendakari Urkullu con quien tuve la oportunidad de hablar largamente. El lehendakari Ardanza con quien comentamos sobre la situación política. El obispo Izeta, persona muy amable que hizo bromas con Juanjo Aguirre el benedictino de Lazkao que estaba feliz. Josu Txueka, el historiador navarro así como los historiadores La Granja y Egaña. Las tres consejeras de cultura Mari Carmen Garmendia, Miren Azkarate y Blanca Urgell. En fin, mucha gente interesante y contenta de la inauguración. Aquel proyecto iniciado durante el gobierno de Ibarretxe ha visto por fin la luz.
El lugar de la memoria de los vascos
El Archivo Histórico de Euzkadi abre "como un espacio abierto para contribuir a elaborar un relato de lo que hemos sido y que nos oriente en nuestra actuación presente y futura", señala Iñigo Urkullu.
El Archivo Histórico de Euzkadi es ya una realidad. El proyecto, aprobado por el Gobierno de Ibarretxe en el marco del Plan Vasco de Cultura, abrió ayer sus puertas para convertirse en el depósito de la memoria de Euskadi. El edificio, situado en el número 3 de la calle María Díaz de Haro -a escasos metros del archivo del primer Gobierno presidido por José Antonio Aguirre destruido por la guerra- dará continuidad a la labor de Irargi, el Centro de Patrimonio Documental de Euzkadi, ubicado en Bergara, que desde su creación en 1986 ha llevado a cabo una importantísima labor de búsqueda, inventariado y reproducción de la documentación que existe en archivos públicos y privados sobre el País Vasco.
En el Archivo Histórico hay depositadas miles de cajas repletas de documentos, correspondencia epistolar entre miembros del primer Gobierno vasco y donaciones de particulares, que reflejan el modo de vida de la sociedad vasca a través de más de 600 años de historia.
Esta infraestructura cultural de primer nivel, con una superficie construida de 8.542 metros cuadrados, fue inaugurada por el lehendakari Iñigo Urkullu, la consejera de Cultura, Educación y Política Lingüística, Cristina Uriarte, y el viceconsejero Joxean Muñoz, ante la presencia de una gran representación del mundo político, cultural y social vasco.
Urkullu destacó que, ahora "que tanto se habla de memoria, este edificio es el lugar de la memoria, de una memoria que espera ser rescatada, descubierta, investigada y difundida". Para el lehendakari, "se trata de "una memoria próxima que nos puede interpelar y nos ayuda a mejorar, a no cometer errores del pasado. Este es el espacio soñado para que, dentro de muchas décadas, los miles de documentos que se elaboren sean de interés para quienes quieran seguir conociendo la historia de este país al servicio de un futuro mejor".
Urkullu recordó que el Archivo Histórico guarda, asimismo, documentación privada de especial relevancia para Euskadi y agradeció las aportaciones realizadas por organizaciones, entidades, familias y particulares. Según precisó, todos estos "pequeños archivos hacen más grande el nuevo Archivo" y permiten conocer "mejor nuestra propia historia". En este sentido, explicó que están registrados en él "desde un documento del 11 de febrero de 1430 de venta de manzanales, casas, partes del monte y huertas, otorgadas por María de Orbe a favor del vecino de Ermua Pedro de Eguskinza por 27 coronas de oro, hasta este mismo acto de inauguración". "Nuestro objetivo es llegar a registrar las actividades más significativas y de mayor trascendencia para nuestro país".
Urkullu señaló que la misión de la nueva infraestructura cultural es "contribuir a elaborar un relato comprensible de lo que hemos sido y que nos oriente en nuestra actuación presente y futura".
Abierto. Por su parte, Cristina Uriarte definió el edificio como "singular, hermoso y al mismo tiempo, funcional. Una metáfora de lo que es y quiere ser, un archivo contemporáneo". Uriarte, sin embargo, quiso dejar claro que un archivo no es solo "un lugar, un edificio o un equipamiento, sino un servicio para toda la ciudadanía. Se trata de poner a disposición de toda la sociedad vasca una parte fundamental de la memoria de nuestro país. Los archivos son los registros de las actividades de individuos, organizaciones, empresas o gobiernos. Son testimonio documental de decisiones tomadas, de vidas vividas, de cambios, de innovación, de conflicto y de convivencia". "Aquí se guarda la constancia de nuestros fracasos y nuestros logros, aquí se conserva la memoria de lo que hicimos, de lo que fuimos. Y eso es vital para entender lo que hacemos hoy y por qué es como es nuestra sociedad contemporánea", explicó.
Once plantas El Archivo Histórico de Euzkadi consta de once plantas, cuatro de ellas subterráneas, dotadas con los medios más avanzados. Al proyecto, obra del arquitecto de Idom-ACXT Gonzalo Carro, han sido destinados 13.650.000 de euros, lo que supone un ahorro del 30% con respecto a las previsiones iniciales.
El edificio se abre a la calle y al público al igual que un pergamino. El vidrio de la fachada está serigrafiado con grafías tomadas de palabras y textos escogidos del conjunto del patrimonio documental de Euskadi.
El uso principal de los tres primeros sótanos es el de depósito de archivo, mientras que en la planta baja, en la primera y en parte del primer sótano se concentran los usos públicos de libre acceso: vestíbulo principal, recepción, varias salas de exposiciones y el salón de actos. A través del vestíbulo de la planta baja se accede a un jardín, un espacio concebido para acoger exposiciones al aire libre, zona de lectura o proyecciones. En la planta segunda se encuentra la sala de lectura, cuyo acceso es libre para el público. En el resto de los pisos sobre rasante se ubican las zonas administrativas y los laboratorios.
En la actualidad, se puede acceder por internet, a través del portal web del archivo, www.eah-ahe.org, al 80% de los documentos, que se encuentran ya digitalizados. En total, 500 archivos públicos y privados, 3.200.000 imágenes de documentos, desde el siglo XII hasta el XX.
El documento más antiguo guardado en la sede de Bilbao es una herencia de una familia guipuzcoana fechado en 1279. "Pero hay infinidad de archivos valiosos, como los del Gobierno de Euskadi, desde su constitución en 1936, entre los que se encuentran los de los mandatos de los lehendakaris Aguirre y Leizola. Se pueden consultar por internet desde hace un año", explicó el director del Archivo, Borja Aguinagalde.
El nuevo espacio también se nutre de importantes donaciones privadas, como las de las familias Alcibar, Michelena, Irulegui, Colmenares-Licona, Margia Valde-espina, Heriz, Rotaeche... Reúnen documentación que ilustra las vicisitudes de familias de todos los rincones de Euskadi, gran parte de otros territorios de la península y América en la época colonial, desde la segunda mitad del siglo XV hasta inicios del siglo XX: costumbres sociales, relaciones personales y administración de bienes, entre otros. También se puede acceder al índice de los 5,5 millones de censos eclesiásticos -que incluyen bautismos, matrimonios y defunciones- hasta 1900 a través de internet.
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