El Athletic y sus historias
Por: Alberto Bacigalupe
Bilbao contaba con un extraordinario campo de fútbol desde el 21 de agosto de 1913. Por 89.061 pesetas, el Athletic podía blasonar de tener el mejor terreno de juego de cuantos había en nuestro fútbol. El propio Alfonso XIII refrendó con sus palabras laudatorias algo que se antojaba obvio. En poco menos de siete meses, el paisaje rural de la vega de San Mames se vio alterado por la construcción de una obra tan singular, desconocida hasta entonces.
"Pichichi" -no podía ser otro- estrenó una de las porterías de lo que en breve espacio de tiempo fue llamado "catedral". Patricio, el inigualable ariete del Racing de Irún, estableció el empate definitivo de la inauguración. Por cierto, me cuentan los Pérez-Yarza, amigos íntimos del capellán rojiblanco, que la bendición fue del todo original. Ante la carencia de un hisopo metálico, el buen cura usó una alcachofa para asperjar el agua bendita ("Si non e vero, é ben trovato", que dicen los italianos, al margen errores ortográficos por mi parte).
San Mames no era fruto de la improvisación. Designado Bilbao como sede del Campeonato de España de 1911, la evidencia significó que no existía en la Villa un lugar adecuado para que éste se celebrase. El 19 de diciembre de 1910, el Athletic Club solicitó al Ayuntamiento que sirviese como "campo de macht" la parcela sita en la prolongación de la Gran Vía, que durante agosto se convertía en campo de aviación para las exhibiciones programadas durante fiestas.
Pese a que la mayoría de concejales -y eran unos cuantos los grupos políticos- fue proclive a la idea, esta no prosperó. Aquellas tierras, destinadas a un futuro parque, sin utilización alguna, acabaron siendo denegadas. El campeón de España, el Athletic Club, seguía sin campo de juego.
Primera ampliación
Fue la denominada Sociedad de Terrenos de Neguri quien decidió construir con la celeridad debida un escenario que diera cabida a tan importante acontecimiento. Fruto de tal acuerdo, nació Jolaseta. Una obra modélica, pero lejos de la capital.
Y volvemos al principio. Bilbao, al fin, pudo presumir de un buen estadio. San Mamés era ya la sede de los "leones" y una referencia temida para cuantos debían jugarse los goles y los puntos. La creciente afición fue reduciendo el aforo disponible. Durante casi dos temporadas, la directiva se afanó en ampliar las gradas. Mediado 1925 y según relata José María Mateos, "la tribuna fue ensanchada por ambos lados, dándole otros ochocientos asientos. Se construyó la grada de Capuchinos, se hicieron quinientos asientos en la preferencia y a la general se le dio capacidad para 9.500 espectadores. Todo hecho con rapidez. Se crearon abonos de tribuna para señoras".
Vistas las cosas desde esta perspectiva, parece como si los problemas del Athletic estuvieran definitivamente resueltos. Pero no proporciona esa sensación saber que, bajo la presidencia de don Manuel de la Sota -quizá su última decisión como máximo responsable del club-, el 24 de junio de 1929 era colocada la primera piedra de un nuevo campo, sito en Torre-Madariaga. Una fiesta por todo lo alto, que hizo meditar al aficionado: "¿sólo otro campo, o la muerte anunciada de San Mamés?".
Ninguna de ambas cosas, como quedaría acreditado con el paso del tiempo. Los detractores del proyecto ponderaban y defendían lo que ya estaba hecho y consolidado: sus partidarios, apelaban a los beneficios que comportaría, aduciendo que el ensanche de Bilbao establecía unos esquemas muy definidos, incompatibles con seguir donde se estaba. El caso es que ajeno a tales disputas, el club fue cuidando el césped deustoarra dedicándolo a sesiones de entrenamiento.
Mientras, la prensa jugaba a la expectación. El 11 de marzo de 1931, "Excelsior" publicaba un suelto en estos términos: "Otra idea. Pero esta de realización más fácil. Tanto, tanto, que se realizará. Ya lo verán ustedes. Es deseo de algunos socios, refrendado por el arquitecto, señor Smith, que en el nuevo campo de Torre-Madariaga se coloque en lugar bien visible una placa con el historial del Athletic grabado sobre ella, dejando el espacio suficiente para anotar los títulos que el Club bilbaíno obtenga con el correr de los años".
Adiós definitivo
Cinco años más tarde, la guerra civil imposibilitaba cualquier gestión. El Athletic, además, estaba en números rojos y desde 1934 a 1937, venía incumpliendo el pago de manera sistemática con la Caja de Ahorros Vizcaína. Según cuenta Iñaki Rahm en su obra "Torre Madariaga 1927-1942, editada en 1966 -pequeño pero delicioso libro que me llegó por casualidad gracias a José María Martín de Retana-, "el 23 de septiembre de 1937 se publicó en el Boletín Oficial un edicto de Incautación de Bienes de Vizcaya, que decretaba el embargo de todos los bienes en una lista de más de ciento veinte personas (...) en esa lista se encontraba Manuel de la Sota, el que había sido presidente del Athletic en los años en que se compraron los terrenos y se aprobó la puesta en marcha del proyecto de Torre Madariaga". Puede decirse, sin entrar en otros detalles más prolijos, que con esta edición acabó el sueño.
Ya el 25 de mayo de 1940, el Ayuntamiento acordó que San Mamés se constituyera en zona de deportes, "así como efectuar modificaciones en el trazado de calles en su beneficio". Mateos afirma que "el Athletic desistió de continuar con Torre Madariaga, cuyos terrenos pasaron a la Caja de Ahorros, mientras se adquirió la propiedad de los terrenos de San Mamés".
El asunto sugiere nuevas entregas, pero bien está la que hoy les ofrezco como prueba de que emigrar del actual recinto es obsesión que viene de lejos. Presidentes como José Antonio Eguidazu y José María Arrate, tuvieron entre sus objetivos trasladar la cancha de juego a otros pagos. Prestigiosos arquitectos colaboraron en algo que sigue sin cuajar. Pero quién, sabe...
San Mamés es un reducto casi bendito, aunque pocos asegurarían su continuidad en décadas venideras. Eso, sí: parece que el santo no está resignado a perder protagonismo, sea cual fuere la ubicación.
Grande Bacigalupe! Hizo la mili con aita . Ambos en la emisora.
Publicado por: ocasional | 03/28/2014 en 06:32 a.m.
¿Qué hace Gastaka, comentarista político para Vascongadas, hablando en portada en crónica multiarticular sobre la infame "Vaya Semanita" llevada al cine?
El PNV debe de sentirse muy orgulloso de haber coadyuvado necesariamente a la creación de este engendro español que ha hecho suyo lo peor de lo peor, Telecinco y el restode la españolada.
Publicado por: Dóri Lang | 03/28/2014 en 09:50 a.m.
Poco habrá conseguido el PNV, cierto. Nada la IA. Su colaboración se ha centrado, hasta ahora, en destruir y no dejar avanzar.
Publicado por: ocasional | 03/28/2014 en 01:54 p.m.
Digo, hasta ahora, clarooo ... porque ahora quiere hacer lo que el PNV lleva haciendo 30 años pero pretende venderlo vomo una idea original ...plan Ibarretxe, Kutxabank (les tiene obsesionados, tarde), el piperpote luciendo alegremente allá dónde gobiernan, ... ¡Alegria!
Publicado por: ocasional | 03/28/2014 en 02:00 p.m.
Desde luego. La izquierda abertzale no ha colaborado en la creación PNVera del infame "Vaya Semanita".
Y en otras muchas cosas tampoco, estás en lo cierto.
Publicado por: Dóri Lang | 03/28/2014 en 07:39 p.m.
¿Para cuándo "8 apellidos españoles", la relación de una chica extremeña con un chico negro norteafricano musulmán que consiguió saltar la valla de Melilla?.
Risas garantizadas, lo que pasa es que esta igual no la hacen nunca.
Publicado por: Trulli | 03/28/2014 en 09:25 p.m.
A propósito de Kutxabank, Ocasional, quién es el propietario de la BBK?
Publicado por: A.Miranda | 03/29/2014 en 07:18 p.m.
Lo siento, no sé a qué te refieres: al banco, a la fundación o al patronato del SIP.
Te agradecería que firmases con tu nick habitual ... si te atreves.
Publicado por: ocasional | 03/30/2014 en 12:42 a.m.