Por: Miguel Sánchez Ostiz
IGNORO en dónde o en qué se ha inspirado la Barcina para remitirse a las tradiciones, y con ellas a la defensa de las raíces e identidad navarras, como apoyo de la exposición del regimiento América 66, habida cuenta de que ella, en cuestión de tradiciones, raíces e identidades, ha demostrado no conocer bien otras que no sean su cuenta corriente y el sistema de dietas (que solo devolvió cuando fue descubierta).
¿No ha encontrado mejor tradición identitaria navarra que un regimiento militar? Pues en Navarra hay unas cuantas y ella lo sabe: el euskera, por ejemplo, por el que es público y notorio que ella no hace nada o lo menos posible, que es peor. La trampa de Euskalerria Irratia por ejemplo. ¿De nuevo el argumento del buen y el mal navarro? Bueno el que apoye a los militares en su osada exposición; malo quien manifieste su rechazo. Repulsivo.
Dejo al margen lo referido a la presencia militar española en Afganistán, es decir, en una guerra de invasión y objetivos oscuros, porque me parece indecente por su parte considerar a la ciudadanía aquejada de idiocia y obligada a comulgar con ruedas de molino.
Sea lo que fuere, lo que sí va quedando claro es que por parte del partido en el poder no se trata tanto de una cuestión histórica o cultural, sino de convertir una mojiganga militar en un acto político de sustrato plenamente ideológico, autoritario y militarista, por encima de si eso le gusta o no a la ciudadanía. Quien así actúa no puede pretender que estemos con él más que a la fuerza.
Llama la atención la ignorancia o la mala fe que se desprende de las palabras de un cargo público del Partido Popular en Navarra cuando dice que el navarro "debe -dice "debe"- estar orgulloso" de que ese regimiento fuera capaz de ganar una guerra... por él mismo provocada (aunque esto se lo calla). Es una bellaquería y una ofensa consciente a las familias de los más de 3.000 asesinados a causa de un alzamiento militar que tuvo a las instalaciones del hoy América 66 como escenario y centro de conspiración. Hay miles de páginas escritas y cientos de fotografías que el concejal puede consultar a sus anchas en el AMP.
Y una ofensa también a los navarros que tuvieron que exiliarse, a las de los que padecieron campos de concentración y sevicias de todas clases y los rigores de la represión franquista. ¿Estar orgullosos? ¿De qué? Si conociera algo de la historia de la tierra en la que vive, y en la que tiene sillón, tal vez no hubiese dicho lo que ha dicho, tal vez sí. Yo creo que sí. Y creo que sí porque de lo que se trata es de que una demostración de fuerza como esta exposición y sus apoyos políticos, tiene sentido dentro de un proyecto de remilitarización de la sociedad española y de consolidación de un régimen autoritario: vuelta a las demostraciones castrenses y vuelta al abuso de los destinos civiles.
A cambio, declaraciones como la de la presidenta o como las de otros cargos públicos del partido en el poder permiten saber con quién está esta gente y con quién no. Es decir, a quiénes tenemos como enemigos políticos y sociales y con quién hubiesen estado en 1936 y en los 40 años de franquismo.
A día de hoy hay más de 23.000 firmas recogidas en contra de la exposición del América y hay sobre todo un acuerdo municipal mayoritario de oposición a ese acto militar. Se ve que eso, tanto a los partidos que detentan el poder como al Ministerio de Defensa, les importa un carajo. Las mayorías democráticas y sus acuerdos se toman en cuenta cuando conviene. Esa y la mentira institucionalizada son otras tantas enseñanzas del partido en el gobierno en estos últimos años. No hay concordia posible. Así, no.
Yo no me opondría, por ejemplo, a que esa exposición se celebrara si en ella se contara por lo menudo, nada de generalidades maliciosas, lo sucedido en Asturias, en octubre de 1934, o las condiciones del fuerte de San Cristóbal hecho penal militar o cómo y por quiénes se organizó el golpe de Estado de 1936 y los sumarísimos sin garantía procesal alguna y la campaña de Asturias de 1937, incluido el episodio de los espantosos crímenes del manicomio de Valdediós. Sería muy loable. ¿Lo van a hacer? No creo. El diccionario de la Academia de la Historia y sus patrañas es un manual de estilo, el de una España golpista y reaccionaria.
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