Se conmemoró el 76 aniversario de la evasión de 795 presos del fuerte navarro de San Cristóbal en Ezkaba con la presentación de un libro de Txinparta y Aranzadi, que recuerda una fuga épica reprimida por el fascismo
Un reportaje de Iban Gorriti
El jueves 22 de mayo se cumplieron 76 años de la que fue considerada una de las fugas carcelarias más importantes de la historia mundial por el número de personas que huyeron y por sus funestas consecuencias. A nivel de Estado está catalogada como la mayor evasión con 795 presos, de los cuales 221 hombres fueron muertos a tiros por los fascistas. Entre ellos, al menos, veinte vascos demócratas de Hegoalde, defensores de la República, fueron asesinados por los franquistas en su salida del fuerte San Cristóbal del monte de Ezkaba: fueron cinco vizcaínos, cuatro alaveses, tres guipuzcoanos y ocho navarros. Según narraban los testigos, se urdió el plan con el esperanto como idioma, lengua que no entendían los centinelas y el resto de franquistas.
La entrada a este penal militar aún en pie, llamado de forma oficial Fuerte de Alfonso XII, será el lugar de encuentro de las personas que acudirán a los actos de conmemoración que se organizan en recuerdo de los prisioneros de guerra. En el acto también se presentará un nuevo libro sobre este episodio histórico.
Lo publica la agrupación Txinparta con la Sociedad de Ciencias Aranzadi. "Es un recorrido participativo sobre el fuerte de San Cristóbal y lo que allí aconteció. Articula en capítulos la historia del fuerte, los recuerdos, la aportación de familiares, el homenaje anual que se hace... Es un libro representativo a partir de lo que Txinparta ha organizado y las exhumaciones que hemos llevado a cabo Aranzadi", aporta a DEIA Jimi Jiménez, geógrafo e historiador, así como técnico especializado en arqueología forense de Aranzadi. El volumen lleva por título La memoria del fuerte San Cristóbal. El cementerio de las botellas.
El programa de actividades dio comienzo el pasado día 9 en el espacio cultural del Ayuntamiento de Antsoain. El acto de recuerdo tendrá lugar hoy a las 12.00 horas en las mismas puertas de la cima del monte Ezkaba, con subida por Artika. El grupo de memoria histórica Txinparta organiza la jornada pública. "Mayo avanza primaveral por las faldas del monte Ezkaba cubriendo de colores sus vergüenzas, colocando alguna flor en las ocultas fosas de asesinados que siembran sus laderas, cubiertas por la tierra, el silencio, la desvergüenza de sus asesinos y la complicidad y la pasividad de sus descendientes y herederos políticos", proclama estos días tan prosaico como poético Venancio Pla, de Txinparta. Su hermano Koldo, cuando recuerda este episodio histórico, asegura que a aquellos prisioneros asesinados "la sinrazón les arrebató los sueños y les cerró los ojos".
La fuga del Fuerte de Ezkaba en mayo de 1938 ofreció la fascinación de los acontecimientos épicos y ocupó en su momento las portadas de la prensa republicana e internacional, antes de caer en el olvido y el interesado ocultamiento de los vencedores. Tres fugados, entre 795, alcanzaron la frontera que divide Hegoalde de Iparralde: Amador Rodríguez, Jacinto Ochoa y Leopoldo Picó. Hay un investigador, el escritor Fermín Ezkieta, que sopesa que hubo un cuarto -oriundo de Azagra- que lo consiguió, pero no está documentado. Además, desmonta la tesis del enfrentamiento entre fugados y perseguidores que pretendía encubrir una matanza: 206 fugados, más 14 fusilados en agosto como dirigentes, a los que sumar los 46 capturados, que fallecerían en el fuerte hasta 1943.
Falangistas. La agrupación Txinparta, en sus 25 años de duro trabajo, digno de reconocimiento social, ha dado pasos muy importantes. Ha conseguido desmontar creencias ya asentadas en la sociedad local. Una pasaba por afirmar que los mandos habían abierto la puerta del fuerte para que salieran y cargar contra ellos. "Tenemos la seguridad de que no fue así", confirma Pla. Existen también periódicos de la época que citan que fueron los falangistas los que habrían promovido la fuga, hecho tampoco real. Se conoce que fue un pequeño grupo el que ideó la salida con Leopoldo Picó a la cabeza, un hombre que vivió en Ezkerraldea, y era amigo de Dolores Ibarruri, La Pasionaria. "Al parecer, se llegaban a comunicar en esperanto", aportó Pla.
A día de hoy, queda vivo como único superviviente que se conozca el comunista Ernesto Carratalá, hijo de un teniente coronel republicano que se opuso a los golpistas y fue asesinado por ello. Carratalá asegura que su padre fue el primer militar muerto por el golpe de Estado. "Además, sabíamos que hace tres años estaba vivo un hombre de Cáceres, en San Martín de Trebejo", confirma a este diario Venancio Pla.
Un alcalde jeltzale entre los presos
Entre los prisioneros de guerra del Fuerte de San Cristóbal estuvo el alcalde del PNV de Abadiño, Sotero Badaya. La organización municipal de estas siglas nacionalistas celebró junto con Izaskun Bilbao e Itxaso Atutxa, y el miércoles, el 110 aniversario de la creación de la junta local de EAJ-PNV. "Se ha creído oportuno rendir un sencillo homenaje a todas aquellas personas que han trabajado por la difusión de los ideales legítimos y democráticos del nacionalismo vasco en nuestro municipio, Abadiño", aporta el exconcejal jeltzale, Mikel Garaizabal, quien acaba de publicar un folleto sobre la historia del PNV en la localidad vizcaina que se vende en el batzoki. "Las personas interesadas en él, también me lo pueden pedir por email a [email protected]. Lo importante es difundir nuestra historia", enfatiza.
Este abadiñarra recuerda en este estudio que aquellos hombres "que habían estado de ediles en el ayuntamiento o en la junta municipal del PNV sufrieron entonces todo tipo de penurias y calamidades una vez ocupado el municipio por los golpistas". Un ejemplo de todo ello fue el jeltzale Sotero Badaya, que estaba de alcalde cuando Abadiño fue ocupado por los militares fascistas. La Guardia Civil le detuvo en la casa de Solozabal el 14 de julio de 1937.
En octubre del mismo año, lo ingresaron en la prisión central de Iruñea, en el Fuerte de San Cristóbal, donde estuvo cuatro años y medio en unas "condiciones inhumanas". "Muchos presos murieron en este fuerte construido por orden de Alfonso XII. Muchos fueron fusilados, muertos por desnutrición y tuberculosis", explica.
Garaizabal cita la fuga del 22 de mayo del año 1938. "La promovieron los presos comunes, y muchos presos políticos y sindicales, entre ellos el alcalde abadiñarra, fueron obligados a salir del Fuerte. En total, fueron más de 200 asesinados durante la captura de los fugados y se conoce como la fuga más sangrienta de Europa. Nuestro protagonista, en esta fuga, pudo llegar al Fuerte de San Cristóbal con varios compatriotas y salir del mismo sitio con vida milagrosamente años más tarde", agrega. El alcalde sobrevivió a ocho cárceles más antes de regresar a su casa.
Homenaje Con motivo del 110 aniversario de la junta del PNV de Abadiño, hubo una kalejira electoral desde el batzoki con Izaskun Bilbao e Itxaso Atutxa. A continuación, habrá una comida fraternal en el Hotel Zelaieta. Los actos de conmemoración continuarán el 21 de mayo con una charla a cargo del historiador de Sabino Arana Fundazioa, Iñaki Goiogana, bajo el título La vida del lehendakari Aguirre. Será a las 19.00 horas en la casa de cultura Txanporta de Zelaieta, Abadiño.
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