EL PELO AL CERO
A la madre de Itziar la detuvieron. Su delito era el ser la esposa de un nacionalista que había obedecido al Gobierno Vasco así como que era madre de un activista nacionalista. La recluyeron en el Convento de Santa Clara, habilitado como cárcel, junto a otras nueve mujeres. A la hermana pequeña le llevaron a casa de la familia Yeregi y ella estaba en casa con su hermana Arantza a quien le habían obligado a lavar, planchar y limpiar, en la casa de los falangistas haciendo de interina.
Por las noches subían al tercer piso a dormir en casa de Nicolás Ugarte, padre del pintor Julián Ugarte. A la pequeña Begoña le llevaron a la mencionada casa de la familia Yeregi porque iba a las escuelas públicas que estaba cerca de su casa ya que habían cerrado la otra, a la que la niña acudía, por ser de monjas.
Las hermanas iban a llevarle la comida a su encarcelada madre que estaba en el convento, dándose la circunstancia de que se quedó sola ya que, las mujeres nacionalistas encarceladas, fueron poco a poco siendo liberadas.
A Itziar le obligaron a coser camisas para los sublevados. Cada vez que éstos entraban en un pueblo, con espíritu de conquista, organizaban fiestas en la plaza de la localidad. Todo esto lo vivían sin noticias de su padre y sus hermanos y en total indefensión.
Sin embargo Itziar, mi madre, no pensaba que los llamados liberadores se ensañaran con ellos como al final lo hicieron y, por eso con sus amigas, Yeregi, Lide Arostegi, Areizaga decidieron salir. Total, si algo les iba a ocurrir, les ocurriría lo mismo en casa que en la calle. Y se fueron a la calle Mayor.
Fue a la peluquería y allí le recriminaron que fuera nacionalista, achacándole que su padre y hermanos estaban fuera. Aquello no tenía buena pinta.
Pasando frente a un bar, donde estaban los falangistas, le dijeron que le buscaban a ella.
Le ordenaron subiera al primer piso. "Siéntate ahí". Le hicieron un interrogatorio. "¿Dónde está tu padre?. ¿Dónde están tus hermanos?. ¿Qué has dicho en la peluquería?.
Uno de ellos le dijo a dos falangistas: "cumplir la orden".
Cogieron las tijeras y le cortaron el pelo al cero. Itziar lloraba desconsoladamente. Era el 29 de setiembre de 1936. Día de San Miguel.
"Como sigas llorando -le dijeron- te daremos aceite de ricino".
Al verse en semejante estado, con su cabellera en el suelo, y con la chaqueta de terciopelo llena de su abundante pelo pidió que alguien le acompañara a casa. Uno lo hizo pero no llegó, a pesar de estar cerca de donde vivía, una calle paralela en la parte trasera.
Cuando llegó a su casa, su hermana Arantza viendo aquella barbaridad le dio un ataque de nervios, aunque fue peor cuando volvieron a visitarles para decirles que querían llevarle a la Misa de Campaña. Como una mascota.
Llamaron al médico Arozena. Este le dio un calmante, que no le hizo efecto alguno, y le recomendó se metiera en la cama y no se levantara. Acudieron donde un fraile, el padre Garmendia. Este logró que no fuera humillada nuevamente con semejante aberración hecha además en nombre de la religión.
Pero la juventud lo puede todo. Con una boina puesta y superando aquella humillación se les ocurrió buscar una peluca. No consiguieron ni una. Las monjas habían acabado con ellas cuando habían huido sin sus tocas.
Pero dos chicas jóvenes no podían estar solas en casa. Una prima de su padre y la familia Ugarte, la que vivía arriba y cuyo nieto ahora es un gran pintor, les dijo durmieran en su casa mientras la pequeña Begoña seguía con la familia Yeregi. Dentro de la tragedia que vivían no estuvieron solas, aunque el panorama hubiera cambiado, en un abrir y cerrar de ojos, como de la noche al día.
Sin embargo empezaron los asedios.
Un mal día tocaron la puerta. Vivían en una hermosa casa que daba a la plaza principal. Era un Guardia Civil de cierta edad. Itziar tenía puesta una boina para tapar su cabeza rapada.
El Guardia Civil le pidió pasar pues tenía que preguntarle algunas cosas. Dentro le dijo: "me dicen eres la más bonita del pueblo y quiero verte como te ha quedado la cabeza. Quítate la boina".
Itziar dijo que no. El Guardia Civil fue hacia ella. Comenzaron a dar vueltas alrededor de la mesa. En eso llegó su hermana Arantza. El Guardia Civil se fue.
Al día siguiente vinieron otros. Les gustó un cenicero. Se lo llevaron. Vieron la colección completa de Julio Verne. Dijeron que eran libros peligrosos. Se los llevaron.
Otro día le llamaron al Cuartel. Un tipo mal encarado le dijo que sabía que su madre estaba enferma y en malas condiciones en el convento. Sabían que le llevaban la comida de casa, pero que eso podía tener arreglo. "En sus manos está que su madre vuelva a casa. Venga usted esta noche a cenar conmigo un buen plato de angulas de Aguinaga" le dijo aquel tipo asqueroso.
"A ese precio, no", le contestó. Y se fue.
Recurrió a la familia Arozena. Eran gente de derechas. "Antes, en la República, hemos sufrido nosotros. Ahora os toca a vosotros" le contestaron.
Bufff!! La guerra incivilizada del '36 sirvió a muchas miserias humanas más allá de la propia confrontación ideológica... No hay derecho, rojos o azules, a que se cometieran las barbaridades que tuvieron lugar.
No estoy justificando el "maltrato" o "abuso" por ser o pensar diferente. Simplemente digo que además de lo anterior, se acusaba a la gente de "roja" por pura envidia o resentimiento... Robaban a viudas con hij@s, enterraban a personas vivas o moribundas, empalaban a seres humanos (hasta con los pollos asados mostraban más piedad).... Es una época de la historia que me horroriza. ¡¡Cuanta miseria humana!!
P.D: Qué fotogénica la chica de la foto y que gran salud cervical. Ese giro de cuello es dificil de dignificar con tanta elegancia.
Publicado por: ocasional | 09/30/2014 en 07:58 a.m.
Pues aunque rechinen todos los principios éticos que uno pueda tener, los falangistas son legales en el estado español.
Por cierto, hay que ser extremadamente valiente para cortar el pelo a las mujeres.
Publicado por: CAUSTICO | 09/30/2014 en 08:18 a.m.
La chica de la foto era mi ama. ¿Guapa, verdad? (G.B.)
Publicado por: maitena anasagasti | 09/30/2014 en 09:31 a.m.
Guapísima!
Publicado por: ocasional | 09/30/2014 en 09:51 a.m.