El escritor británico Robert Egby ha elegido el bombardeo de Durango como escenario para situar la historia de amor que narra en su última novela
Iban Gorriti
Probablemente sea esta la primera vez que un escritor ubica en Durango una historia de amor como la que Robert Egby narra en su último libro For the love of Rose. Este excorresponsal de guerra británico -actualmente vive en Estados Unidos- es un apasionado de la Guerra Civil española, lo que le llevó hasta Durango y, tras visitar in situ la localidad y quedarse prendado con su gente y sus calles, eligió el bombardeo de Guerra para tejer su relato.
¿Cuándo le surgió la idea de incluir Durango, Elgeta y Urkiola en su libro?
-Antes que nada, estaba escribiendo una historia corta sobre dos jóvenes enamorados, Frank Barbury y Rose Gerrard en una zona rural del norte del Estado de Nueva York. Originalmente, sucedía en 1938 y terminaría cuando Frank fue a la Segunda Guerra Mundial. Por la trama necesitaba una guerra y la de España me encajaba por fechas. Rose cruza el Atlántico con su padre, cirujano, para ayudar en hospitales de campaña en la Guerra Civil y Frank no tarda en emprender viaje para reencontrarse con ella.
¿El bombardeo de Durango es un episodio importante en la novela?
-Rose y Frank acompañados por los personajes principales sufren el día del bombardeo. Frank trata de proteger a Rosa pero su cuerpo es enterrado bajo los escombros de la iglesia Santa María de Uribarri de Durango. Mientras siguen bombardeando, él piensa que está muerta y toma su cuerpo y comienza a caminar a través del infierno del ataque. En esa parte hay muchas anécdotas, pequeñas historias como la de la niña que conocieron. No era una escena y tampoco un libro fácil de escribir.
Y, ¿en Elgeta y Urkiola?
-En Elgeta, Frank comenzó su trabajo como conductor de ambulancia, requisada a los alemanes. Ahí situé una de las más terribles masacres sobre las que había tenido noticia, la de los Intxortas. Es tremendo pensar que aún haya gente buscando a sus seres queridos asesinados y desaparecidos en sitios remotos.
¿Qué documentos consultó cuando visitó Durango el pasado abril?
-Antes de llegar a Durango había leído por lo menos 12 libros de autoridades en la materia, listados al final del libro. Creo que la descripción de George Steer sobre el bombardeo de Durango en el libro El árbol de Guernica fue el más contundente. Además la Oficina de Turismo me permitió acceder a fotos de archivo del bombardeo, muy emocionantes. Usé algunas de ellas para ilustrar el libro. He intentado encuadrar las historias y los caracteres en sitios auténticos.
¿Qué le interesó de la Guerra Civil?
-No tenía intención de mencionar esa contienda. Sentía que era guiado espiritualmente para ver, hacer y escribir lo que hice. No puedo entender por qué 22 países firmaron un pacto de no intervención y no acudir en ayuda de un gobierno legítimo.
¿Por qué escogió el raid sobre Durango y no el de Gernika, de hecho, más conocido en el mundo?
-El de Durango aconteció un mes antes que el de Gernika y este ha sido usado en tantas historias y películas que necesitaba alguna otra cosa. Durango se ajustaba perfectamente a lo que yo quería. Además necesitaba que Frank, por cronología, estuviera en Elgeta a mediados de marzo. No le podía tener dando vueltas hasta finales de abril para Gernika.
¿Qué conocía de Euskal Herria antes de visitarla?
-La lectura del excelente libro de Mark Kurlanksy The Basque History of the World me llevó a comprender a este país. De hecho, mi compañera Betty Lou y yo pasamos días intentando aprender palabras en euskera. Es un lenguaje único con orígenes profundos y es un desafío.
También se quedó fascinado con la calle Kurutziaga de Durango.
-Cuando caminábamos por la calle Kurutziaga en abril era difícil imaginar que las atrocidades llevadas a cabo por la Legión Cóndor sucedieron realmente. El ametrallamiento de la gente escapando del bombardeo fue bárbaro y totalmente inhumano. Lamentablemente, es la inhumanidad del hombre hacia hombres, mujeres y niños. Es una barbaridad y lo sigue siendo hoy en día.
No es habitual que una novela aporte fotografías.
-Cierto, pero esta merecía fotos para reforzar los aspectos históricos y la tragedia vivida. Quizás esto anime más a leer el libro. Es extraño, pero en muchas escuelas americanas no enseñan historias como la de la Guerra Civil española. Solo hablan de Washington, Lincoln...
¿Le ha influenciado el hecho de haber sido corresponsal de guerra a la hora de escribir la novela?
-Cuando fui corresponsal acreditado de guerra británico en Suez (Egipto), yo tenía 24 años. Era el año 1956. Mi trabajo era tomar fotos y enviar informes. No sentía el mismo impacto emocional que siento hoy. No creo que los reporteros que cubren guerras tengan tiempo para pensar en lo humano y en los posibles partes espirituales de la guerra. Todo es política.
¿El hecho de haber presenciado tantas guerras, haber escrito sobre decisiones políticas históricas, le ha llevado a una forma de entender la vida más espiritual?
-A medida que uno se hace mayor -yo tengo 82 y Betty Lou 80-, uno se vuelve más filosófico y sensitivo. Esto puede sonar fuerte, pero creo no creo que nadie haya aprendido nada de la Guerra Civil española. Sé de personas americanas que han leído el libro y me han dicho que nunca han oído hablar de esa guerra. Nadie aprende de la historia. Esa fue una de las razones por la que escribí el libro.
Si al pasear por Baiona Ttipia cualquiera con alma vasca siente que hubiera vivido allí toda su vida -siguiendo a Klaberia ("El Mar de los Vascos"-, lo mismo se debe decir de Kurutziaga en Durango.
Publicado por: Donatien Martínez~Labegerie | 10/29/2014 en 07:46 a.m.
Naturalmente me refería a "Los Vascos y el Mar", el libro del navarro Carlos Claveria.
Publicado por: Donatien Martínez~Labegerie | 10/29/2014 en 09:24 a.m.
Las guerras no sirven para nada, ni siquiera para aprender algo diferente que sobrevivir.
El levantamiento del asesino Franco, apoyado por la banca, la iglesia oficial, los nazis y los fascistas, al menos enseñó al mundo la entEreza de un pueblo pequEñito enfrentado a dos potencias asesinas y a un grupo de generales criminales.
Quienes lo apoyaron, consintieron, bendijeron y financiaron no aprendieron nada.
Sus descendientes ideológicos siguen inmunes.
Publicado por: CAUSTICO | 10/29/2014 en 12:42 p.m.
¿Qué entereza, de que pueblo pequeñito hablas?
Publicado por: Alfred | 10/29/2014 en 10:09 p.m.
Cuando hablo de asesinos hablo de los nacionalistas españoles sublevados.
Cuando hablo de entereza hablo de Euskadi.
Publicado por: CAUSTICO | 10/30/2014 en 12:34 p.m.