José Antonio Ardanza LEHENDAKARI OHIA
Desde la barrera, pero José Antonio Ardanza sigue enchufado a la política. Al interpelarle por la actualidad política se manifiesta con un brío y una pasión propia de quien dejó los mejores años de su vida por un bien común superior.
Una entrevista de Humberto Unzueta
El que fue lehendakari entre 1985 y 1999 ha vuelto esta semana a la actualidad política porque así se lo ha pedido el Parlamento Vasco. Durante su intervención el pasado miércoles en la Ponencia de Autogobierno explicó a los parlamentarios su hoja de ruta para afrontar los difíciles años de plomo terrorista y de crisis económica de los ochenta y los noventa. Dejó una síntesis de su legado como aportación para construir un pacto transversal entre vascos con el que presentarse en Madrid y seducir a las Cortes.
¿Nostalgia de los tiempos pasados o se ven mejor los toros desde la barrera?
-Ninguna nostalgia. Mucho antes de marcharme de Ajuria Enea, hace ya casi dieciséis años, había decidido dejarlo y por tanto no hay nostalgia. Además, después de dejarlo y tras un año sabático me reenganché a la actividad profesional que no era la de político. Pero, en todo caso, me sentí cómodo y tranquilo en mi retorno al Parlamento.
Realizó una defensa del autogobierno vasco en base a los derechos históricos. En esto seguimos igual o parecido a cuando usted gobernaba.
-Efectivamente, y por eso manifesté la profunda frustración del nacionalismo democrático porque ese déjà vu no termina de romperse. Conmigo terminó todo aquel intento de empastar lo que luego se llamó la transversalidad. Yo siempre he tenido claro que Euskadi es una sociedad que vive en la dualidad identitaria. Guste o no guste, esa es la realidad. Por un lado, estamos los vascos que nos sentimos vascos y que pensamos que Euskadi es nuestra patria y, por otro, están los otros vascos que se sienten españoles y cuya patria es España. Así las cosas, estamos obligados a buscar un entendimiento y buscar un equilibrio. Pero añado que los sentimientos identitarios no se pueden suprimir nunca. Muy al contrario, cuanto más se persiga el sentimiento identitario vasco más se va a reafirmar. Pero como también existe el otro sentimiento identitario, tendremos que buscar un acuerdo para que no se produzca la ruptura. Ese fue mi gran empeño en un tiempo con una enorme crisis económica, mayor que la actual, y con un empresariado y una industria obsoletas, y sobre todo con una ETA matando y extorsionando.
En su planteamiento no queda superada la cuestión del veto de la minoría sobre la mayoría.
-Mi planteamiento se basa en la inexistencia de la presión de la violencia de ETA. En mis tiempos cada vez que hacía un planteamiento siempre me espetaban que la amenaza de ETA coartaba la libertad de los que se sentían españoles en Euskadi. Ese pretexto ha desaparecido y podemos hablar tranquilamente los unos y los otros. Ahora, en completa libertad, debemos hablar a calzón quitado.
¿La solución es, pues, una soberanía compartida en pie de igualdad entre Gasteiz y Madrid?
-En mi intervención en la Ponencia de Autogobierno no planteé cuál es la solución, sino que exhorté a abordar definitivamente la solución al conflicto que tenemos entre nosotros y con el Estado. A partir de ahí, creo que dadas las circunstancias que existían anteriormente tal vez no hemos sabido ahondar en las posibilidades que nos ofrecía el marco jurídico.
¿Y cuáles son esas posibilidades?
-En primer lugar hay que recordar que nosotros no apoyamos la Constitución de 1978, nos abstuvimos porque no nos fiábamos; otros, muy radicalizados, votaron que no, y hubo un 30% que votó a favor. Dicho esto, hay que decir que la Constitución reconoce la condición de nacionalidad de Euskadi, Catalunya y Galicia. La nacionalidad es la propiedad sustantiva de la nación. Pero como no se quería reconocer explícitamente que Euskadi, Catalunya y Galicia eran y son una nación se utilizó el término de nacionalidad, con lo cual todos los grandes sabios del constitucionalismo les atribuyeron el carácter de naciones sin Estado. Frente a esa interpretación, está el hecho incontestable de que los vascos tenemos reconocida en la Constitución nuestra condición de nacionalidad. Yo comparto que la soberanía nacional de España reside en el pueblo español, pero la soberanía nacional de Euskadi reside en el pueblo vasco.
Está hablando de la existencia de un sujeto político vasco.
- No me quiero meter en eso. No me corresponde. Nosotros y nuestra generación dimos una solución para toda una generación. Así lo dije en el Parlamento Vasco, y añadí que a los gobernantes y parlamentarios de la generación actual les toca arbitrar el marco jurídico de convivencia al menos para otra generación más. La Constitución ampara y respeta los derechos históricos que les corresponde a los territorios forales. Así que deben de arbitrar el modo en el que podamos convivir de una manera pactada con el Estado.
¿Ese pacto lleva parejo un esquema de bilateralidad Euskadi-España en pie de igualdad?
-Evidentemente, porque de no ser así no sería un pacto sino una imposición. Actualmente ya tenemos ejemplos de bilateralidad en funcionamiento, por ejemplo la Ley de Cupo o el Concierto económico. En este sentido, traje a colación el Plan Ardanza, que en esencia consistió en que lo que surge aquí como acuerdo de ambas sensibilidades nacionales había de ser respetado automáticamente en Madrid. Es el mismo esquema que tenemos con las leyes económicas.
¿Ve a Rajoy aceptado un eventual acuerdo pactado entre los vascos?
-Al Rajoy actual no, al que conocí hace 18 años igual sí. El Rajoy de hoy está noqueado como un boxeador en el ring con todos los problemas de la corrupción a los que no encuentran salida.
Se aferra a la Constitución para no entablar un diálogo.
-Con la cuestión de Catalunya le ha venido Dios a ver, y se ha envuelto en la bandera española para negarse al diálogo y se aferra a la rojigualda. Ahí puede encontrar un punto de apoyo porque todo lo demás se le está viniendo abajo.
¿Pedro Sánchez actuaría de forma diferentes si llegara a La Moncloa?
-Todavía no lo sé. En principio he tenido algo más de confianza en los socialistas que en los populares, tal vez porque a estos les he visto muy identificados con situaciones pasadas. Siempre he pensado que en los socialistas el sentido de la libertad, la democracia y los derechos individuales básicos tiene un valor distinto, pese a nuestras diferencias políticas e ideológicas. De todas formas, en política esto es muy relativo y cabe presumir que Rajoy no repetirá su mayoría absoluta en las generales. En el momento en que en Madrid ya no hay mayorías absolutas, lo que era imposible empieza a ser posible. Yo lo he podido constatar en primera persona.
“LO LÓGICO ES PENSAR QUE RAJOY Y MAS HABLEN POR PERSONAS INTERPUESTAS”
Ardanza se rebela ante las críticas que “ridiculizan” la consulta del 9-N sustentadas en la participación del 30%: “La Constitución fue aprobada aquí por un 30%”, recuerda
¿Qué conclusiones ha sacado de lo ocurrido en Catalunya?
-En 1987 fui a Barcelona al funeral por las muertes de Hipercor y nos llamaron vascos asesinos. Oír eso fue muy duro, y más en Catalunya. En aquel momento nos decían que los vascos teníamos que aprender de los catalanes, del seny catalán. Ahora, la pregunta que les haría a aquellos que nos decían eso es qué ha pasado con el seny catalán para que ahora ese seny haya desaparecido. La respuesta es muy fácil: ustedes les han hartado a los catalanes, sus gobiernos han sido tan miopes con Catalunya que les han decepcionado y frustrado. El seny que querían aplicar los catalanes, que tan ponderado fue por PP y PSOE, no les ha servido para nada.
¿Cómo ve las lecturas que se están haciendo del resultado de la consulta?
-Se está tratando de ridiculizar el 9-N con el argumento de que solo ha votado el 30% de la población catalana. Este argumento numérico nos vendrá muy bien a los vascos cuando empecemos a discutir sobre cómo se resuelve la cuestión vasca. A nosotros se nos dice que esto está resuelto con la Constitución, pero habrá que decirles que, si en Catalunya ridiculizan la consulta realizada de manera precaria por las restricciones del Gobierno español y el Tribunal Constitucional, en Euskadi esa misma Constitución solo fue aprobada por un 30%. Hubo un 60% que se quedó en casa y un 10% dijo que no.
Rajoy ha descartado cualquier vía política para Catalunya.
-Rajoy tiene que reconocer que dentro del Estado español existe un profundo problema identitario. Y ese problema puede tener solución si se acepta con lealtad y bilateralidad la existencia del problema. Estoy seguro de que si los catalanes llegasen a un acuerdo que les resulte satisfactorio con España probablemente no estarían haciendo planteamientos que tensionen la relación con España. El mínimo de ese acuerdo pasaría por el reconocimiento de que Catalunya tiene una identidad política propia, lo mismo que en Euskadi.
¿El president Mas debía de haber intentado algún tipo de acuerdo transversal antes de lanzarse a la vía catalana y la consulta?
-Era muy difícil. Mas ha tenido la desgracia de encontrarse como interlocutor a un presidente en España tan pillado por muchas cosas que no le quedaban muchos márgenes de maniobra. Los catalanes hicieron todo el trámite para la modificación de su Estatut, se lo cepillaron en Madrid y lo devuelven a Catalunya, pese a lo cual es refrendado. Aun así, el PP de Rajoy lo recurre ante el Tribunal Constitucional, con lo que el pueblo catalán explotó y luego ha traído todo lo que hemos conocido. Además, los catalanes no tienen los asideros que los vascos tenemos: el Concierto económico y nuestra propia recaudación, y la reserva de los derechos históricos.
Cuesta creer que los presidentes Rajoy y Mas no estén hablando ante un problema de tanto calado.
-No lo sé. Normalmente, en estas situaciones lo lógico es pensar que aunque no hablen de una manera directa sí lo hagan a través de personas interpuestas. A mí me ha tocado hacerlo en más de una ocasión, aunque en el momento no podía reconocerlo abiertamente.
¿Y qué puede hacer ahora Mas?
-Mas tiene situaciones complicadas aunque el 9-N le ha potenciado y le ha dado otro nivel de prestigio y de fuerza. No sé cómo terminarán sus relaciones con la Esquerra de Junqueras, que ha ascendido mucho en apoyo popular. Mas tiene que ver cómo administra esta situación. Cada una de las partes, Rajoy y Mas, estará viendo cómo plantear la situación porque la forma en que lo plantee va a tener repercusión directa en lo que vaya a hacer luego internamente. En el caso de Mas, eso le va a condicionar en su acción futura respecto a Duran i Lleida, su socio en CiU, y sobre todo respecto a Esquerra.
¿Adelantará las elecciones?
-No lo descarto, pero no lo creo porque en este momento se ha puesto al frente de la manifestación, hará propuestas y si las cosas no le salen irá a las municipales y mientras tanto irá consolidando el liderazgo que ha apuntalado en los últimos meses.
Respecto a Cataluña (y otros), hay dos posibilidades, o vivir en una España totalmente democrática (como puede ser Gran Bretaña) o marcharse.
Desde España siempre quieren vender una tercera vía (que es en la que nos encontramos desde la muerte de Franco), que es vivir en una España pseudodemocrática, es decir democracia en apariencia, pero que luego realmente en el fondo dista mucho de serlo, y claro esto no puede ser..., y solo tiene un final posible, que es marcharse....
Pero esto va a ser así pues desde Madrid nunca van a querer abandonar "sus privilegios", pero no los privilegios de un Madrid respecto al resto de España (Cataluña por ejemplo), sino los privilegios de una oligarquía madrileña respecto a toda España y los españoles (Cataluña y catalanes incluidos), son capaces de cargarse España con tal de no perder ellos su situación de privilegios parasitarios, ya lo están haciendo cuando demuestran su patriotismo llevándose el dinero a Suiza y hundiendo España, para ellos España es solo la "marca o idea" de la que viven, el resto les da igual.
Publicado por: Sebastián | 11/30/2014 en 12:24 p.m.
Qué bueno es y ha sido Ardanza. .. para que luego digan de él no sé qué chuminadas con no sé muy bien qué intención.
Si el 30% no vale en Catalunya en Euzkadi tampoco... para lo que sea.
Publicado por: ocasional | 11/30/2014 en 10:08 p.m.
No "hemos" sabido o no "han" sabido ?
No soy jurista que hubo un tiempo en el que tuve (ya no) la sensacion que la constitucion post franquista daba para mucho mas juego que esta partida politica amañada que hoy es el estado.
Simplemente recuerdo el dia en que la LOAPA fue declara INCONSTITUCIONAL por el TC de la epoca.... y salia un ministro socialista (?) español ! diciendo que "la politica autonomica del gobierno seguira siendo la misma". EL ministro era un tal de la cuadra salcerdo, y debia de haber dicho.... Tranquilos todos, recentralizaremos con un TC de militantes de los partidos dinasticos !
Publicado por: takolo3 | 12/01/2014 en 02:08 p.m.