Jose Mari Esparza Zabalegi
Editor
Una fiterana indignada me envía estos días un ejemplar antiguo de "La Voz de Fitero", periódico que, a principios del siglo XX, dirigía el médico y periodista Miguel Herrero. Daba noticia de la gran fiesta celebrada en el pueblo el 30 de abril de 1913, con motivo de la llegada a la localidad del diputado del distrito, Ramón Lasanta. Previamente a la fiesta, "una degollina general puso en conmoción todos los corrales, gallineros y conejales, no dejando ni un solo bicho viviente". Luego, dianas, cohetes y marcha a la Dehesa, juntos el clero, Ayuntamiento y pueblo. Allí, "muchísimas tiendas de campaña, formadas por cuatro palos y mantas oliveras, gallardetes, carros enramados y numerosas fogatas, con paellas y corros jugando a las chapas". La banda de música, que dirigía Lorenzo Luis, ejecutó escogidas piezas, pero "sobre todo, la nota típica, tradicional y que verdaderamente fue el estímulo principal de la fiesta, fue el sentimental 'Gernikako', que a coro, con la veneración de lo grande, entonaba el público en uno de esos marasmos de alegría". Hablamos de Fitero, no de Amorebieta.