Le gustan el fútbol, la música y las ciencias políticas, pero sus grandes pasiones son la justicia social y la independencia de Escocia. El parlamento de Westmister no tenía un diputado tan joven desde el siglo XVII
Mhairi (Mary en escocés) compaginaba los estudios de Ciencias Políticas con un trabajo en la Pizzeria Mario de Glasgow, para sacarse un dinerillo con el que poder salir de marcha los fines de semana o ahorrar para un viaje. Un día, el invierno pasado, habló con su jefe para presentar la dimisión. Tenía otra cosa más importante que hacer: ganar el escaño por Paisley y Renfrewshire en el Parlamento de Westminster para el Partido Nacionalista Escocés.
¡Y vaya si lo ganó! Y no sólo eso, sino que derrotó por goleada a Douglas Alexander, uno de los pesos pesados del Labour. Y le robó al laborismo uno de sus escaños más seguros, que detentaba desde hacía setenta años. Y se convirtió en la diputada más joven de la Cámara de los Comunes, con 20 años y 237 días. No sólo de la actualidad, sino desde el siglo XVII, cuando un niño de 13 años llamado Christopher Monck, segundo duque de Albemarle, representó por su casta y pedigrí en el Parlamento al condado de Devon, hasta que heredó el ducado y se convirtió automáticamente en lord.
No hay ningún peligro, al menos a corto o medio plazo, de que Mhairi Black se convierta en lady. Aunque ha tenido que hacer algunas concesiones, como la de cambiar los pantalones vaqueros por algún que otro traje para ejercer como parlamentaria. "Lo primero que hice tras ser elegida fue ir de compras con mi madre al centro comercial del barrio, porque digamos que mi vestuario no era el más apropiado para acudir a los estudios de radio o televisión o tomar la palabra en Westminster para criticar las medidas de austeridad del Gobierno de David Cameron", cuenta.
Tuvo que tener mucho cuidado a la hora de celebrar su triunfo porque, aunque es el miembro de los Comunes más joven de la historia, no tendrá hasta septiembre la edad legal para beber alcohol en los bares y discotecas. Y cuando sus compañeros de promoción que sí la tienen le propusieron salir, hubo de andarse con mucho tiento, no hubiera periodistas o enemigos políticos encubiertos dispuestos a denunciar un desliz y arruinar su recién comenzada carrera. Dificultades de la edad.
La juventud ya le causó algunos problemillas durante la campaña, porque los responsables de imagen del partido cometieron el error de no actualizar su cuenta de Twitter y colgar comentarios que había hecho cuando era una niña de 14 años, en los que se refería en términos bastante poco agradables a los hinchas del Celtic de Glasgow durante un partido de rivalidad local contra su adorado Partick Thistle (el tercer equipo de la ciudad, que no es ni protestante ni católico). Los insultos aparecieron en la portada de los periódicos, pero ella ni se inmutó. "Parece mentira -señaló- que mis rivales no tengan otras prioridades que hurgar en el baúl de una adolescente. El lenguaje que utilicé no fue el más fino, pero hay que poner las cosas en perspectiva. Tony Blair metió al país en la guerra de Iraq y se quedó tan pancho".
Hija de un profesor retirado de 55 años y socialista de toda la vida que se desencantó del Labour, Mhairi se apuntó en el SNP el mismo día que su padre Alan, tan sólo un año antes de ganar el escaño de Paisley, en un gesto de protesta colectiva familiar "por la manera en que el laborismo ha abandonado sus principios y dejado de representar a las clases trabajadoras escocesas". Hasta hace poco le había interesado infinitamente más la injusticia social que la independencia del país, pero como tanta gente de izquierdas llegó a la conclusión de que -en este momento y en este lugar- ambas cosas van de la mano. "Ahora mismo en Escocia -dice- la única manera de desarrollar una sociedad más equitativa y más progresista es consiguiendo la soberanía, ser los amos de nuestro destino. Mientras estemos en manos de Cameron y los herederos de Thatcher no habrá nada que hacer".
Se declara "no religiosa", pero dice que lee la Biblia "como referencia". Hacer historia como la parlamentaria más joven no le interesa, lo que querría es cambiar el mundo, paliar la pobreza y acabar con los recortes. Su primer discurso en los Comunes ha tenido diez millones de hits. Música, fútbol y política son sus pasiones, no necesariamente por ese orden. "La gente está frustrada. Quiere el cambio. Necesita alguien que la escuche y en quien poder confiar -asevera con una seguridad en sí misma impropia de su edad-. Mi abuelo trabajaba en los astilleros del río Clyde y se revolvería en su tumba si oyera lo que actualmente dicen los llamados líderes socialistas. Han sido engullidos por el sistema. El ansia de poder les ha llevado a convertirse en los herederos de Margaret Thatcher en vez de en sus enemigos".
Una de 19 mujeres del SNP en el parlamento de Westminster, denuncia la austeridad con desparpajo. Su vida ha cambiado radicalmente en poco tiempo. La licenciatura en Ciencias Políticas ha quedado aparcada por el momento, mientras se dedica a cuestiones de Estado. De vivir en casa o en un piso estudiantil con baño y cocina compartidos, ha pasado a tener un lujoso apartamento en el centro de Londres. De trabajar por el salario mínimo en la pizzería de Mario, ha pasado a ganar 85.000 euros al año, de los cuales entrega buena parte a su familia. Ha sido puesta por la revista Time como el modelo de cómo desafiar al sistema. Sostiene que lo importante no es la experiencia, sino la capacidad de entender los problemas y buscarles soluciones. Es el mejor ejemplo que la independencia tiene mucho más fácil triunfar si se alía con la izquierda, si soberanismo y progreso social viajan en el mismo tren. En el siglo XVI María Estuardo fue ejecutada por órdenes de Isabel I. Ahora los escoceses tienen una nueva Queen Mary. Mhairi Black, reina de Westminster.
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