POR: MARTIN UGALDE
Uno es joven una sola vez. Es lástima, porque uno tendría la oportunidad de hacer más cosas.
Las cosas que uno hace, y aunque algunas las haya hecho mal, no lastran luego al hombre tanto como aquellas otras que por alguna razón de respeto humano o de pequeñas claudicaciones no se esfuerza bastante por realizar.
De estos fracasos nos enteramos cuando se nos ha escapado ese tiempo de hacer las cosas jóvenes.
Le estoy pensando al ponerme a responder a las preguntas que me hacen ahora desde Caracas acerca de qué recuerdos evoca en mí el momento en que nació Eusko-Gaztedi en 1948.
Pues me dice, primero, la verdad de que ya tengo más de 50 y que estos años que antes me parecían muchos, ahora ya no me parecen tanto; ya lo verán los jóvenes de hoy. Me dice también que lo que hicimos en 194S los que éramos jóvenes entonces, y a pesar de las críticas del tiempo y algunas acertadas, no ha resultado tan mal,
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Cuando yo llegué a Caracas en octubre de 1947 a reunirme con mi padre y mi hermano, a quienes no había visto desde la evacuación de Bilbao en 1937, había pasado esta eternidad de los diez años llenos de mi primer y joven destierro, [a puerta en la frontera de Irún por ios alemanes victoriosos, y luego los siete años que pasé presentándome los domingos a la guardia civil de Andoain y el interminable servicio militar en Marruecos con mi letrero de ''rojo-separatista" por todas partes hasta que, por fin, pude salir con mi madre para Caracas el mes de octubre de 1947.
Aquí, en Venezuela, descubrí la libertad: presidida entonces ejemplarmente por don Rómulo Gallegos.
Y pude encontrarme también con la vieja semilla de la que yo buscaba, de la vasca, en el entrañable Centro que estaba de Truco a Balconcito, donde nos nació Eusko-Gaztedi hace ahora, día por día, 28 años.
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Descubrí, pues, la familia unida, los vascos juntos con la ikurriña que había visto desfilar tantas veces con los gudaris en las calles de Bilbao, a veces entre dos bombardeos, y también se hizo realizable mi intensa, pero hasta entonces imposible, vocación de periodista que pude comenzar a desarrollar en la revista Elite, gracias sobre todo a Paquito Villanueva. Descubrí esto que era muy personal, y también otra circunstancia a nivel de colectividad que una luz de recién llegado me ayudó a fijar: el Centro Vasco de Caracas necesitaba de una continuidad generacional.
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Recién llegado, y empujado por mis preocupaciones, había entrado de la mano de un patriota generoso que tuvimos cerca los jóvenes, Sandalio de Tejada, en la organización política que había sido de mi abuelo Gregorio y de mi padre: el Partido Nacionalista Vasco; y otro gran patriota, Bernardino Bilbao, me inscribió en Solidaridad de Trabajadores Vascos. Había en aquel tiempo, como ahora, espero, una gran preocupación por encontrar unes canales de trabajo político y de servicio patriótico a nivel juvenil.
Se disponían entonces de algunos medios de expresión que también eran nuestros, de los que éramos mayores entre estos jóvenes, tales como las asambleas de los partidos (PNV y Acción Vasca) y Sindicato (STV); las asambleas del Centro Vasco; se celebraban unas reuniones del Grupo "Gernika", que estaba cerca de la inquietud de los jóvenes y donde se encontraban Miguel Pelay Orozko, Iñaki Urreiztieta, José Estornés Lasa, José Ignacio Olaizola, los doctores Lartitegi y Rekarte, Bitor Elgezabal; tenían los también cerca al P. Silverio de Zabala y al Hno. Ginés; había un periódico euskérico, creo que Argia, que lo recuerdo hecho por Jon Oñatibia antes de ir éste a Nueva York, y luego Andoni Arozena; y salía una buena revista Euzkadi, creo que fundada por el Dr. José María de Bengoa, y de la que con el tiempo ful director por razón de que otro periodista, del que guardo un afectuoso recuerdo, Genaro de Egileor, "Atxerre", me la pasó porque andaba muy ocupado en La Esfera, diario caraqueño en el que era, creo, jefe de Información.
De lo que estoy seguro, claro, es que funcionaba Eusko-Gaztedi como organización juvenil dependiente del PNV. Recuerdo en este tiempo como a directivos a Xabier Leizaola y Joseba Badiola.
Tenía Eusko-Gaztedi entonces alguna actividad, pero no podía, estatutariamente, desarrollar aquella que nos pareció vital a otros jóvenes de entonces, dentro y fuera del PNV. Recuerdo entre aquellos companeros de la inquietud a los hermanos Solabarrieta, los Leizaola; Julio, Iñaki y Jon Zubizarreta: Joseba Émaldi, Sabin Zenarruzabeitia. Amadeo Gorostola, Karmel Ariño, los Aretxabaleta, Antón Garate, Julián y Josu Atxurra, Juan Mari Akarregi, Jon Urresti, "Kirru"; los dos hermanos Urizar, Sabin Sorozabal, Xabier y Josean Elgezabal, Tomás Eizmendi, Iñaki Endaya, los Uzkanga, los Txapartegi, Paco Miangolarra, los hermanos Azkue y otros que siento mucho no recordar en este momento; y de las chicas, que hasta entonces no participaban más que en los grupos de poxpolinas porque no tenían la edad de estar en Emakume Abertzale Batza (la que tanto ha hecho siempre por el Centro, los presos y la Patria), estaban las hermanas San Juan. Arantxa Urresti, Amaya Garmendia, Begoña Garate, las hermanas Altuna, Irene Lizarralde, las Badiola, las Tejada, las Leizaola, las Matxain, las Uzkanga, por ejemplo.
Pues había esta juventud con sus inquietudes; había que canalizarlas.
¿En qué consistía el problema?
Eusko-Gaztedi del PNV era por sus estatutos una organización masculina, y en aquellas primeras conversaciones y discusiones, a veces un poco agrias, planteábamos, creo que con mucho realismo, la necesidad de hacer que Eusko-Gaztedi en la circunstancia de Caracas tuviese una función mixta que rompiese con el tabú de las chicas con las chicas, los chicos con los chicos, que estaba en nuestra tradición. Porque aquí, al margen de las pautas que marcaba el nuevo tiempo de la coeducación, el problema era grave; los chicos y chicas que no teníamos campo común que el de los bailes simultáneos, no conjuntos, de ezpatadantzaris y poxpolinas, restringían mucho la capacidad de actuación y de responsabilidad compartida de la juventud vasca para muchas actividades patrióticas. Y se olvidaba también que en esta tradición de nuestros pueblos en Euzkadi había la oportunidad que nosotros no teníamos, de las plazas y los bailes que remediaban de alguna manera las faltas de una educación mixta en la escuela, en la iglesia y en las relaciones sociales y deportivas.
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Las objeciones que se hacían eran aparentemente de fondo, pero de hecho eran superficiales.
Eran para los ortodoxos de fondo en el sentido de que les parecía sustancial y definitivo que una organización que había sido estatuida con carácter masculino tenía que mantener a toda costa su reglamento. Y nos parecía a los jóvenes que eran superficiales en el sentido de que aquellos estatutos no habían previsto, no habían podido prever, la circunstancia que estábamos viviendo en Caracas.
Cuando las diferencias de criterio se hicieron un poco tensas, se decidió que en lugar de usar el nombre a nuestra manera o de organizamos con otro, debíamos escribir al órgano superior del PNV, el Euzkadi Buru Batzar, que funcionaba en el exilio, para resolverlo en responsabilidad, y recibimos sin ningún contratiempo lo que habíamos razonado debidamente, la autorización de utilizar el nombre en una organización propia y peculiar de Caracas.
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Desde entonces las cosas, y aunque con aisladas resistencias, se fueron sucediendo con rapidez: se celebraron las asambleas, se votaron los estatutos y la primera directiva mixta; se comenzó a tirar Eusko-Gaztedi. primero con una multicopista de manilla y luego con una "Gestetner" eléctrica que pagamos a plazos y que acaso está funcionando en el Centro todavía; pronto estuvieron estos números de Eusko-Gaztedi vestidos con unas magníficas portadas de color que nos dibujaba Andoni Arozena, e imprimían en serografía, primero Andoni mismo y luego Tomás Eizmendi; colaboramos con mucho fuego y mucho esfuerzo todos; escribiendo, cosiendo, plegando, a veces hasta muy tarde en la noche; yo firmaba "Erritar" en euskera y con mí nombre en castellano; se comenzaron a organizar las excursiones con gran éxito, y las conferencias dichas con la inexperiencia y la torpeza con que se comienzan a hacer todas las cosas cuando las tiene que inventar uno sobre la marcha; y creo que todo en bien de los jóvenes del Centro Vasco y de Euzkadi, que es lo que teníamos en el alma.
Aquí quisimos ir por el mismo camino institucional, que es el que necesitamos como pueblo y corno organización, y creo que es el que siempre queda, y tuvimos el mismo éxito. Se tornó en Eusko-Gaztedi el acuerdo de pedir oficialmente al Centro, del que también algunos éramos
Gran escrito de un gran hombre, perteneciente a la Diaspora Vasca siglo XX Venezuela- apasionante epoca de hechos, hombres, e ideas
Publicado por: xabier iñaki amezaga iribarren | 09/30/2015 en 03:04 p.m.