Vaya por delante mi absoluta admiración y cariño por la lengua cervantina, esa lengua castellana en la que pienso y hablo a cada minuto de mi vida. Esa lengua romance que todos conocemos en Navarra y vehículo de comunicación esencial en el año 2016 para poder manejarse en el mundo actual.
Dicho esto, lo cortés no quita lo valiente. No pienso, ni hablo, de momento al menos, en Euskera, la lingua navarrorum, ese idioma pequeñito -en población y hablantes- que por infortunio del destino: 40 años de dictadura y otros tantos de intereses partidistas han dejado en una situación no muy halagüeña en la tierra que lo vio nacer.
Analizo con preocupación la utilización partidista, sindical o como cortina de humo que se está haciendo del euskera en los últimos tiempos en Navarra. Primero fue la OPE, después la posibilidad de cursar modelo D en toda Navarra y, por último, la polémica surgida en torno a las escuelas públicas infantiles en Pamplona. En esta última, algunos partidos ven improvisación, falta de transparencia e imposición. Y yo me pregunto, ¿y si hubieran informado a tiempo y con pedagogía se hubiese resuelto el problema? O por el contrario… ¿hubiese dado igual y se hubiera vuelto a crear una especie de nueva agenda setting local en torno al euskera para hablar de cuestiones identitarias e imposiciones hasta la saciedad? A estas alturas, ya no me fío.
Solo la ignorancia o el resquemor hacia lo propio pueden conducir a no ver el euskera como un patrimonio de toda la ciudadanía navarra al margen de ideologías y de siglas. He conocido estos días que fue en 1983 cuando el alcalde Julián Balduz abrió dos escuelas infantiles en euskera. Pasados ya 33 años, la oferta municipal sigue siendo la misma, pero la demanda real, evidentemente, está muy lejos de esa cifra.
Hoy siguen existiendo dos escuelas infantiles en euskera de un total de 17. Solo dos, cuando la demanda real de matriculación en modelo D está en un 30%. ¿Es proporcional? No. ¿Es un agravio comparativo para aquellas familias que quieren educar a sus hijos en edades tempranas en euskera? Sí. Una vez más, una mala planificación en las escuelas 0-3 años, caótica y sin escuchar a una parte significativa de la ciudadanía de Pamplona.
Creo que la gestión de las escuelas que ahora van a sustituir el castellano por euskera se podría haber hecho mucho mejor, pero el mensaje que algunas fuerzas trasladan a la opinión pública resulta peligroso. Y digo esto, porque durante décadas, diversas fuerzas han sido cómplices cuando la demanda de euskera pedía a gritos más escuelas infantiles para atender a sus hijos. Si el alumnado vascoparlante se quedaba sin elección, en listas de espera o tenían que atravesar varios barrios de Pamplona para poder asistir a clase en su lengua, a determinados sectores de la sociedad que ahora ponen el grito en el cielo, poco o nada les importó aquella injusta situación.
El mensaje que proyectan es elitista. Y lo hacen, porque demuestran que solo vociferan cuando alumnos de castellano deben trasladarse a una de las tantas escuelas que tienen alrededor, mientras que los de Euskera, llevan haciéndolo durante años, décadas, y en solo dos de 17 escuelas. Todo esto en la zona mixta. Puestos a soñar, me gustaría que todos los centros de la cuenca ofertaran castellano y euskera, en pro de una sana convivencia en una sociedad plural y bilingüe.
Pero esto, ya no depende de mí. Cuando se hace tanto ruido con ese gran patrimonio histórico y cultural de Navarra que es el Euskera, preocupa y mucho. La Educación en modelo D es del 30%, mientras que el Ayuntamiento anterior solo ofertaba un 10% de plazas en infantil y en un solo barrio de la ciudad. Ahora, la propuesta actual desea llegar a un 23% sumando solo dos escuelas infantiles más en euskera, es decir, todavía no se cubre la demanda real para los vascoparlantes. Es insuficiente.
Muchos reclaman al alcalde actual que en esta sociedad bilingüe cabemos todos. Me parece bien, lo comparto. Entonces, ¿por qué durante años se ha cometido semejante agravio y atentado contra los derechos lingüísticos de esa parte de la sociedad en clara desventaja? ¿Por qué hubo tanto silencio? Ya en 2013 hubo una resolución del Defensor del Pueblo de Navarra (12/1043) por la que se recomendó al Ayuntamiento a “satisfacer de una forma efectiva el derecho de padres y niños a recibir la enseñanza en euskera en todos los niveles educativos de su titularidad”.
Queda mucho trabajo por hacer en la normalización lingüística. La lingua navarrorum no puede ser un arma arrojadiza identitaria, sindical o partidaria para dar portadas y titulares todos los días. Es patrimonio de todos. Envidio la actitud de muchos socialistas en ayuntamientos de otras comunidades autónomas por trabajar y luchar en la normalización lingüística y la convivencia, mientras que aquí, el PSN solo ha hecho una cosa por las escuelas infantiles en euskera: protestar cuando se plantea revertir que solo haya dos escuelas de infantil en este idioma de un total de 17.
Es importante que el PSN o Podemos-Pamplona olviden sus recelos hacia el euskera y vean que lo que ahora reclaman, sea más o menos justo, lo han podido hacer mucho antes con la minoría que jugaba en desventaja. Desfavorecidos, porque nunca han tenido el derecho a la igualdad en el acceso a la educación que han demandado. Y así, es como su discurso termina por ser excluyente y elitista. Y es que durante años, numerosas familias han prematriculado a sus hijos en castellano en escuelas infantiles porque sabían que si lo hacían en euskera se podían quedar sin plaza. La oferta no daba para todos. Y esto, lo saben bien en el PSN y en Podemos-Pamplona.
Sigo tremendamente feliz de hablar y pensar en castellano, aunque por suerte, todavía puedo distinguir el rico bosque idiomático que es Navarra, más allá, de los árboles monolingües que en el pensamiento de algunos, les hace ver como ajeno lo propio.
POR Adrián Seminario*
El autor es periodista y comunicador*
Comentarios