La historia de la Delegación vasca de Venezuela empieza con la llegada a La Guaira de Juan de Olazabal, en 1939. Luis Bilbao, Ricardo Maguregui, Lucio de Aretxabaleta y Fernando Carranza, serían los vascos que hasta 1980 ocuparon el cargo de Delegado del Gobierno vasco en Venezuela.
Euskal Etxeak habló con Fernando Carranza, el Delegado, y que como el resto de sus compañeros vivos, consideraría bueno que Euzkadi volviera a tener delegaciones en el exterior. Para Carranza, al igual que para alguno de los otros ex-delegados, está función la tendría que desempeñar un Delegado "profesional", y no los propios centros vascos. Fernando Carranza asegura que para llevar adelante esta misión, con garantías, es necesario tener una continuidad, continuidad que no ofrecen en la actualidad las periódicas renovaciones de las juntas directivas de las euskal etxeak.
Este vasco-venezolano ostentó desde el año 53 los cargos de Secretario General y tesorero de la Delegación, y desde 1967, hasta Diciembre del 79; año en el que Leizaola llegó a Gernika, ejerció las funciones de Delegado.
Representación oficiosa
Fernando Carranza asegura que sólo le quedan recuerdos buenos de aquellos años en los que desempeñó el puesto. "Allí -afirma- ostenté la representación oficiosa del Gobierno vasco, sobre todo ante las autoridades venezolanas y los propios partidos políticos del país", funciones que para Fernando Carranza debería seguir desempeñando alguna persona. También asesoraba a los vascos recién llegados al país, sobre las posibilidades que ofrecía Venezuela.
Durante los años duros del exilio la Delegación del Gobierno vasco canalizó más de la mitad de los fondos que desde América, y vía Nueva York, llegaron al Gobierno vasco en el exilio. La fortaleza de la moneda del país, el bolívar, frente al dólar, convirtieron a Venezuela en la auténtica reserva económica del Gobierno vasco, tal y como reconocía el propio Lehedakari Aguirre en los telegramas de felicitación que enviaba hasta este país americano.
Fueron años difíciles, ya que aunque oficialmente fueron bien recibidos por las autoridades políticas de un país que acaba de salir de una dictadura, la sociedad les acogió con mucho recelo, por la propaganda que se había hecho de los vascos. Poco a poco, asegura Fernando Carranza, se fue rompiendo esta barrera con el comportamiento ejemplar de los vascos.
Durante estos primeros años de la Delegación se trató de no perder las relaciones con el resto de los grupos políticos del Estado en exilio, para fomentar la lucha con el Gobierno franquista y de aumentar la cohexión interna entre los propios vascos, alrededor del Gobierno.
Defensa y tutela de los vascos
También la Delegación se haría cargo de la defensa y tutela de los ciudadanos vascos en Venezuela, dentro de las instituciones políticas de este país. Desarrollar una amplia política de propaganda, dentro de los límites legalmente establecidos, para dar a conocer los problemas y la cultura vasca, fueron otras de las labores que la Delegación cumplió durante estos primeros años de funcionamiento.
Otro de los objetivos de esta Delegación era el establecimiento de las relaciones apropiadas que pudieran servir de base para entablar unas futuras relaciones, a todos los niveles, entre Euskadi y Venezuela.
Venezuela, tal y como señala el historiador Koldo San Sebastián, fue un país en el que el exilio vasco tuvo unas características peculiares que le diferenciaron del resto. Allí apenas hubo emigración vasca en el siglo XIX, por lo que los exiliados de la Guerra Civil tuvieron que desarrollar, sin ayuda, una organización en el exilio.
Por eso no fue hasta 1940 cuando se produjeron los primeros intentos para la creación de un Centro Vasco en Caracas. En 1950 se constituiría la Sociedad Anónima Inmobiliaria Euskalduna, con una capital de más de un millón de bolívares y se inauguraría el actual Centro Vasco, en una finca de, nada menos que, diez mil metros cuadrados.
Sin duda las funciones que en la actualidad tendría que tener la Delegación deberían ser diferentes a las que tuvieron en los años posteriores al exilio, pero no muy distintas a las de la última etapa de las delegaciones vascas.
Labores propagandísticas
Desde Venezuela también se desarrollaron las mismas labores propagandísticas que en el resto de los países en donde el Gobierno vasco instauró delegaciones.
También se crearía un "Euskadi", pero en Venezuela, tal y como señala el historiador Koldo San Sebastián, aunque sus contenidos fueron similares al del resto de euskadis, el diseño sería diferente, ya que adoptó el formato de la revista americana Reader's Digest.
Juan de Iturbe y José María Barrenetxea serían sus primeros responsables. Le seguirían Gárate, Barriola, Bengoa, "Atxerre" y Martín Ugalde.
Tampoco hay que olvidar otra iniciativa de propaganda y difusión de los vascos en Venezuela, "Radio Euzkadi", fundada en 1959, y en la que participarían personajes ilustres del exilio vasco en América, como Jokin Intza o Alberto Elosegui. "Euskal Etxeak" ya dedicó un artículo a esta emisora, el pasado año, con motivo de su 30 aniversario.
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