Carta de Dubcek al Parlamento Checoslovaco.
Ofrecemos hoy amplios extractos de la carta que Alejandro Dubcek dirigió el 28 de octubre de 1974 al Parlamento checoslovaco y al Consejo Nacional eslovaco. Rompiendo un largo silencio, el ex primer secretario del P. C. protesta en este texto —publicado por la ''Oposición Socialista Checoslovaca"— contra la vigilancia de que es objeto, y denuncia las prácticas que en el pasado han causado tantos perjuicios. Dubcek prosigue:
"Algunos elementos de la policía son empleados y abusivamente utilizados en esta actividad ilegal y por otra parte, existen fuerzas en el seno de la policía y grupos que luchan por el poder deseando dirigir la vida política y pública. De allí que se hayan tejido ciertas redes y colocado detectores no sólo en mi lugar de trabajo, sino en toda la sociedad. Ello paraliza la actividad y el trabajo educativo y de control del partido. Ello conduce al debilitamiento de su principal función, la cual es sustituida por el dominio, lo que resulta más simple, pero extremadamente nocivo y no solamente para el socialismo en Checoslovaquia.
Es así como han creado realmente seres con dos rostros: uno para las reuniones, otro para la vida privada y los amigos. Han hecho así reinar en la población la indiferencia; una atmósfera de delación secreta, de sospecha y temor, de hipocresía, en lugar de la expresión de opiniones francas en las organizaciones del partido, de los sindicatos, de la juventud, de mujeres, y también en la prensa. En tal situación es imposible obtener en el seno del partido una mayoría democrática y no se puede pretender así lograr en el seno del partido ese interior que constituye la fuerza interna de su evolución (…)”.
Considera luego Dubcek que si no se utiliza el método democrático para unificar los puntos de vista, es imposible determinar si la vía seguida por el partido es buena. De consiguiente rechaza, por considerarlas erróneas, las conclusiones del documento La Lección de la Crisis, publicado por el Gobierno actual, que el programa y la acción de la Primavera de Praga, pues estima Dubcek que la aprobación de estas conclusiones ha sido impuesta, ya que quien no aprueba es considerado y tratado como enemigo y traidor,
"Nosotros hemos adquirido suficiente experiencia para comprender que el marxismo\leninismo no es un dogma ciego, un libro de clase o un abecedario que prescribe la misma receta y el mismo procedimiento a todos los partidos comunistas, sin tomar en cuenta el lugar donde la situación se desenvuelve, el grado desarrollo, las situaciones y contextos históricos y económicos. Nosotros sabemos que el marxismo-leninismo es una incitación a la actividad de tal o cual partido comunista, aun cuando posee principios y bases válidos para todos (…). Dentro de las condiciones de un poder socialista instaurado y dentro de la edificación socialista —particularmente a nuestro nivel de desarrollo y teniendo en cuenta la historia de nuestro movimiento obrero y socialista—, no se puede ni se debe imponer al partido y a la sociedad el acuerdo con la política del partido y determinar su justeza utilizando grupos dominantes, y especialmente grupos armados, y menos aún recurriendo a fuerzas del exterior como ocurrió en agosto de 1968-
"(…) Quiero repetir que la solución de la crisis surgida en el partido y la sociedad en los años 50 y que alcanzó su punto culminante en la década del 60, había sido abordada por la política posterior a enero de 1968. La intervención de agosto profundizó esta crisis y le confirió un carácter nuevo. Para salir de ella, la solución no era la línea que se desarrolló progresivamente y que aparece en el documento La Lección de la Crisis; la salida era la resolución adoptada por el Comité Central, en otoño de 1968. Yo dije abiertamente, durante la sesión de otoño de 1969 del Comité Central, en el momento en que el presidium del CC propuso en efecto la anulación de la citada resolución, que salir del texto de 1968 equivaldría a destruir profundamente el partido y la sociedad (…).
UN GOLPE TERRIBLE
"Estoy persuadido de que esta resolución de noviembre de 1968 nos permitiría al máximum realizar la unificación política de la mayoría absoluta del partido y de la sociedad. Habría permitido al partido salir de la nueva crisis, causada en el presente, podría decirse, por fraccionalistas que mediante la entrada de las tropas, deseaban obtener la anulación de los principios de la política posterior a enero del Comité Central. En la formación de su nueva política (…) la nueva dirección del partido tomó como aliado principal al oportunismo sectario con el cual se identificó seguidamente (…).
"¿Es esto lo que debe servir de lección a nuestro partido comunista checoslovaco, a nuestra joven generación? ¿Qué pueden aprender de ella los comunistas de Yugoslavia, de Italia, de Francia, España, Suecia, Bélgica o de Finlandia, y los otros partidos del movimiento comunista y obrero internacional? ¿O los comunistas de los países del pacto de Varsovia, cuyas tropas —salvo las de Rumania— fueron utilizadas a tal efecto en nuestros asuntos internos? En los días críticos y trágicos de agosto, la policía no descubrió un solo contrarrevolucionario; pero una parte de la policía en Bohemia y Eslovaquia sabía dónde encontrar y arrestar una parte, importante de la dirección del partido comunista, del gobierno, del Parlamento y del Consejo Nacional checo. Si la entrada de las tropas del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia se debió a invitación de un grupo de representantes checoslovacos que se habían designado ellos mismos, como lo informó la agencia oficial de prensa de la URSS, entonces yo debo calificar como fraccionalista tal acción, y su resultado como un insulto y ultraje a todo el partido comunista checoslovaco y a nuestros pueblos. Sí, ellos han humillado y ofendido al país entero, a los pueblos checo y eslovaco. Quiéranlo o no, ellos han asestado un terrible golpe al movimiento comunista y socialista. Ante los ojos de nuestros pueblos, las relaciones soviético-checoslovacas se han dañado profundamente, relaciones nacidas de la tradición y de un profundo reconocimiento haría nuestra liberación (…)".
INFORMACIÓN, PARTICIPACIÓN
Luego de deplorar las persecuciones de quienes comparten sus puntos de vista, y de constatar que "las grandes pérdidas de valores morales e ideológicos sufridas en la acción creadora, artística y cultural, especialmente dentro de la clase obrera", Dubcek considera que ello obedece a la venganza "de los defensores y representantes de un enfoque dogmático de los problemas de la evolución socialista y de los partidarios del poder personal y de la aniquilación de los principios democráticos del marxismo-leninismo (...) Y puesto que esta plataforma determina actualmente la línea política, no puede resultar de allí otra cosa que un estancamiento moral, ideológico y cultural de nuestra sociedad y una degradación de la personalidad humana".
A esta manera de actuar, Dubcek opone la suya y la de otros dirigentes de 1968, la cual se fundamentaba en el consenso general mediante la información y la participación de todo el partido y de la población entera.
"La política posterior a enero, seguida por el Comité Central del partido y por el gobierno, no revisó en absoluto la esencia del marxismo, como se pretende hacer hoy en Checoslovaquia y en el movimiento comunista y obrero internacional, ahogando las páginas del marxismo-Leninismo. La política posterior a enero comenzó a aplicar una democratización del sistema político. Ello debía servir de base a nuestro camino hacia la culminación de la edificación socialista de nuestra sociedad. Por toda su evolución, nuestra sociedad estaba y está preparada para ello. (...)
"Tarde o temprano será necesario, progresivamente o de otra manera, encontrar una solución a las divergencias surgidas de la crisis actual", proclama Dubcek antes de rechazar las críticas hechas especialmente por la República Democrática Alemana a la política de su equipo. Reafirma que la alianza con la Unión Soviética y los otros países de la comunidad socialista continúa siendo indispensable, y que los contactos con Occidente son normales en una era de distensión.
Afirma Dubcek que él deseaba apoyar las fuerzas progresistas y antifascistas en Alemania Federal –lo cual no era del agrado de la República Democrática Alemana-, y no oculta que se trataba de los socialdemócratas de Willy Brandt y su política hacia el Este. Expresa que deseaba también cooperar con los partidos de la izquierda no comunista, porque “la revolución del movimiento socialista necesita de tal cooperación”.
Enseguida asume la defensa de quienes en virtud de su posición a la política “injustificada y falsa” conducida desde hace seis años, son excluidos de la vida nacional y privados de la posibilidad de aportar su creatividad al servicio del país, “al cual se le causa así, y se le causará aun, un daño inconmensurable”. Aparte de los intelectuales, dice Dubcek, “temo que sea también fuertemente golpeada en el plano moral la clase obrera y su función dirigente. Yo desearía equivocarme, pero la clase obrera importante detentadora del poder, se le ha privado de todo cuanto significaba para ella un avance, un progreso y se le ha impuesto otra plataforma.
El pueblo ha sido privado de la posibilidad de hablar libremente, es decir, de hacerlo sin temor, de la política del partido y de decidir los asuntos de la sociedad.
Puedo pues constatar que la política actual ha logrado aniquilar valores importantes para la sociedad, sin haber logrado resolver ninguna de las contradicciones que condujeron a la crisis en el partido y en la sociedad durante los años 60, es decir, no entre 1968-1969, sino antes del año 1968.
Rechaza Dubcek la “autosatisfacción” del poder cuando argumenta que la población trabaja y cumple el plan. “El hombre no vive solo de pan”, recuerda Dubcek, glorificando la capacidad de trabajo de los checoslovacos. “Un partido que desea ser la vanguardia, no se contenta con señalar los resultados del trabajo de la población. Debe aspirar a la expansión creadora de todas las fuerzas de la sociedad, a fin de que el hombre pueda, en este régimen, proyectarse y desarrollarse penamente, a fin de que pueda alcanzar su autorrealización. Rechaza Dubcek el argumento según el cual “el socialismo es perjudicado por la propaganda imperialista burguesa”. “Esta propaganda no hace sino utilizar los errores y las insuficiencias de los países socialistas y solo puede contradecirse erradicando las causas y las fuentes de las manifestaciones que ella utiliza. Este argumento es nocivo porque desvía la atención del partido y del Estado socialista de la solución de sus propias insuficiencias, fallas y deformaciones, situándolas como causas internas, esenciales y decisivas”.
EL HOMBRE NO VIVE SOLO DE PAN
Dubcek habla largamente del "peligro que representa, para el partido y la evolución del socialismo, el irrespeto de las diferencias que existen entre los diversos países" las cuales deben ser tomadas en cuenta tanto como los principios básicos del marxismo-leninismo. Si no –agrega-, las masas dejan de comprender al partido. No teniendo otra solución, la dirección del partido y la del gobierno han recurrido a la fuerza para imponer el respeto a su línea, la obediencia y la disciplina unitaria de los comunistas. Es así como se violan en el seno del partido las normas leninistas (aun cuando se les proclame), y se pone el acento únicamente en ciertos aspectos del marxismo, dejando otros en el silencio. (Tal ocurrió durante Ias festividades consagradas a Lenin, en las cuales se silenció su obra acerca de la enfermedad infantil del comunismo: el izquierdismo). Es así como se comienza a reinar sobre los detentadores sociales del poder.
"Para que existan buenas y sólidas relaciones entre los partidos comunistas, es necesario respetar, en la práctica, el principio de que la solución de los problemas internos corresponde exclusivamente a cada partido. Tal vez sería necesario establecer este principio en una resolución que pudiera adoptarse en un foro mundial o europeo de los partidos comunistas... Tal resolución significaría que, en la práctica, los partidos comunistas no deberían apoyar a un grupo fraccional existente en el seno de un determinado partido (...) Por ejemplo, mantengo fresca en la memoria la acción de individuos o de un grupo que, hace seis años, tenían una concepción diferente de la del Comité Central del Partido, del gobierno y del Parlamento en lo relativo a la solución de nuestros problemas internos, y que llegaron al extremo de solicitar la intervención militar de algunos países del Pacto.de Varsovia (según información oficial del Tass, del 21 de agosto de 1968. (...) Aun cuando afirmen hoy haber actuado como leninistas, ellos desestimaron el principio de la mayoría democrática. (...) ¡Ah! Si Lenin pudiera resucitar un instante para ver todo cuando se ha santificado en su nombre. (...)
"Además de mi protesta, hago notar aquí algunas cuestiones políticas y mis opiniones. No tengo la posibilidad, ni el deseo, en esta atmósfera, de discutir con alguien acerca de ello (…).
Algunos puntos ameritarían aún ser perfeccionados y formulados con mayor precisión (…) Mejor que antes comprendo que el sistema de poder personal constituye un conjunto de medios de dominación. Pero no bassta darse cuenta; es preciso superar tal situación e impedirla por medios legales, impedir su existencia y su renovación y es esto lo que parcialmente nosotros queríamos hacer (…) Es necesario destruir teórica, organizativa y políticamente la idea misma de este método de gobierno, basado, entre otras cosas, en la manipulación de las masas y en su sometimiento a la obediencia y a la disciplina, “a fin de que el socialismo no sea puesto en peligro”. No denunciar este método “con el fin de no hacer el juego a la propaganda enemiga” significa cultivar, especialmente entre las generaciones jóvenes, una peligrosa facultad de adaptación y la indiferencia y ello equivale a alimentar la idea de que adaptándose hasta a las injusticias se pueden obtener ventajas para sí mismo, aun en detrimento de los otros, a menudo de un camarada o de un amigo cercano. Es por esto que la idea y la defensa activa de los derechos del hombre están plenamente justificados, aun dentro de un régimen socialista. Esta debería ser ante todo la función del partido (…)
"Quisiera demostrar en esta carta que mi falta (y no solamente la mía) consiste en tener una opinión diferente de la expresada en La Lección de una crisis, sobre nuestro desarrollo y los medios de superar la crisis profunda y durable en el seno del partido y de Ia sociedad. (...) En conclusión, creo oportuno señalar que el grupo del Ministerio del Interior, encargado de mi persona, tiene como nombre de código “Briza” (abedul) y no “Dub” (roble), lo que hubiera sido demasiado transparente (…) El abedul, aun siendo un árbol delicado, de pruebas de una gran resistencia y de una capacidad de vivir en condiciones difíciles(…) Las telarañas recubren toda la vida del país (…) Yo no puedo denominar esto sino por su verdadero nombre: se trata de un abuso de poder y de una violación de los principios socialistas y de los del partido de una violación de los derechos del hombre”.
LE MONDE
Uno ve a los del PSOE y alucina, parece que está viendo a marcianos... (O A UNA SECTA ENDOGÁMICA...), no paran de hablar de comités federales..., comités centrales..., barones..., viejas guardias..., es que no se entiende nada en la calle, parece que estamos ante una secta con un lenguaje propio que no entiende nadie..., es cierto que en otros partidos también hay órganos y que se mencionan, pero no continuamente como si todo el mundo supieran de que van..., luego los de podemos funcionan por asambleas y círculos.
Pero estos del PSOE, no se parece que anden en los tiempos de Lenin o así, no me extraña que les va como les va, nadie entiende nada... (solo se entienden ellos si es que se entienden y se creen que les entienden los demás, cuando nadie entiende nada).
Publicado por: Sony | 10/19/2016 en 02:40 p.m.