(Eusko Deia Nº 269). Noviembre de 1962
Si la personalidad euskaldun necesitara de otras pruebas de las que le suministran la Etnografía y la Historia, la guerra que el año 1936 provocaron en la península ibérica los enemigos de la libertad y la autodeterminación de los pueblos habría venido a proporcionarle una bien concluyente. Más que la unión nacional puesta de manifiesto ante el bárbaro invasor y el heroísmo acreditado por defender palmo a palmo el suelo patrio, la conducta observada en el destierro ha contribuido en alto grado a enaltecer a los hijos de la estirpe que desde hace miles de años se halla establecida en ambas vertientes del Pirineo.
Sólo los pueblos fuertes, los verdaderamente pueblos, en el más noble sentido de la palabra, soportan tragedia semejante sin perder en la hecatombe un átomo de su fortaleza. La desgracia es verdadera piedra de toque para los pueblos como para los ciudadanos y ella ha puesto de manifiesto la subida ley del alma peculiar euzkalduna y de otras estirpes que moran junto a nosotros en tierras de la península ibérica. Negar esto último sería desconocer hechos que tuvieron lugar a consecuencia de la guerra y enaltecen a los que en defensa de la libertad y la dignidad humana fueron actores en los mismos.
En 1937, millares de vascos demócratas, se vieron obligados a abandonar sus lares patrios después de haber luchado abnegadamente frente a las hordas imperialistas que otrora tuvieron durante siglos avasallados a estos libres pueblos de América. Apenas se encontrará una familia vasca que pueda manifestar encontrarse reunida por compelió en el destierro, como en el hogar. Vemos cómo nuestros hermanos llegados a estas acogedoras tierras americanas trabajan con afán para subvenir a las necesidades de sus hogares y atender la educación de sus hijos. La dispersión del pueblo euskaldun sólo es comparable a la que Israel mismo conoció: No ya dispersión nacional, sino la disgregación familiar.
En estas tristes condiciones muchos pueblos habrían perdido, ahogada en la individualización de la desgracia, la solidaridad nacional, el sentimiento de pertenecer a un todo cuyo dolor pudiera sobre ponerse a los innumerables dolores particulares. Los hijos de Euzkadi, por el contrario, se han sentido en la desgracia más vascos —y no hay hipérbole en el aserto— y han relegado a segundo término los graves daños de su tragedia familiar, la ruina, el destierro, la muerte misma de allegados suyos en afinidad, para sentir con mayor agudeza que los males propios aquellos que aquejan a la colectividad.
Llevados de ese espíritu procuraron agruparse en el destierro y este sentimiento de solidaridad les confiere a través de océanos una personalidad relevante, inconfundible, que las gentes menos perspicaces y observadoras no han podido menos que reconocer y admirar. Nuestros refugiados, por su conducta y alto ejemplo de patriotismo, se hacen acreedores a la gratitud y reconocimiento de los vascos que les precedimos y voluntariamente en nuestro viaje a esta América libre donde no se coarta el pensamiento y se respeta la dignidad humana. Bajo los auspicios de las Naciones Unidas, hace algún tiempo, se celebró en París el Año Mundial de los Refugiados. Según los informes que tenemos más de trescientos mil refugiados se encuentran aún residiendo en Francia a consecuencia de las persecuciones.
Repitiendo lo que otrora expresó un portavoz del renacimiento vasco que aparece en Bayona, diremos que habrá refugiados en el mundo mientras haya regímenes totalitarios fundados en el acatamiento impuesto a una doctrina. Después de más de cuarenta años de perduración inconcebible del oprobioso régimen franquista todavía existen en la península numerosas manifestaciones de la división de castas que estableció a su instauración su sanguinario promotor, retrotrayéndolo a la época inquisitorial del nefasto Torquemada.
El problema de los refugiados políticos, a nuestro entender, no tendrá solución adecuada hasta que de una vez por todas y para siempre se eliminen de la faz de la tierra los sistemas políticos de opresión que tienen por norma general la falta de respeto al ser humano, pero mientras subsisten —como refería ALDERDI— no estará demás que quienes hayan resuelto con alguna holgura sus problemas económicos, se acuerden, de vez en cuando, de los seres que no han podido o no han sabido resolverlos, practicando de tan edificante manera las enseñanzas cristianas que para nuestro bien nos comunicara hace veinte siglos el Rabí de Galilea.
La solidaridad fraterna que nos complacemos en resaltar, no sólo existe entre los vascos de América sino que se halla latente entre los hermanos nuestros que residen en Euzkadi. Ello se puso de manifiesto cuando fueron condenados 22 destacados miembros de la sindical obrera, Solidaridad de Trabajadores Vascos. Los esbirros del tirano Franco, después de haber alargado un proceso, que honra a quienes lo sufrieron, durante tres años, nuestros dirigentes sindicales más abnegados entre los cuales se encontraba nuestro admirado amigo el ex-diputado por Bilbao, don Manuel Robles Arangiz, sufrieron durante largo tiempo privación de libertad, pero tuvieron como ley de compensación" la satisfacción de verse acompañados espiritualmente por la inmensa mayoría de los hijos del pueblo vasco que no desespera que un día no lejano alcance a ver liberada a su patria e instaurada en la misma un régimen de verdadera justicia social evitando con ello la lucha de clases que el capitalismo, sin alma ni corazón, con su egoísmo brutal hizo que surgiera en el mundo, como reacción natural de la expoliada clase trabajadora.
Jesús de Zabala
Buenos Aires - octubre de 1962.
Andan diciendo que PP y Ciudadanos se preparan ellos solitos para una reforma express de la constitución, vamos para derechizarla aún más, y esto sin ser el 50% y aunque lo fuesen necesitan mas apoyos (para este tipo de cosas siempre pueden contar como siempre con el PSOE, la derecha española en la sombra...), es decir una constitución mas de derechas, mas impunidad, mas recortes, mas pobreza, mas corrupción, mas centralización, mas ir contra las minorías (vascos, catalanes, como en otras épocas se ha hecho con judíos, gitanos, etc.), para como siempre cargarles con la culpa de lo que pase, culpa que no tienen (crisis, corrupción, impunidad, etc.), y así poder seguir con la crisis, corrupción, impunidad, etc., cambiar la constitución por quienes nunca quisieron cambiarla, para evitar auténticos cambios de los que si lo quisieron, el viejo truco-trampa, una nueva constitución ya vieja antes de nacer y que para poco sirve, solo mantiene los mismos problemas o los empeora.
Esperemos que no, pero de ser que si, o nos oponemos y paramos o ya directamente nos vamos de este esperpento de país por el que nada se puede hacer y que puede hundirte con el.
Publicado por: Sony | 10/26/2016 en 05:32 p.m.