GUNTHER WOLFF, MIEMBRO DE LA DIRECCIÓN DE MEDIO AMBIENTE DE LA COMISIÓN EUROPEA.
Defiende el objetivo del reciclaje del 65% para 2030 como factible según las experiencias conocidas, aunque «se puede ser más ambicioso»
Empezó su conferencia diciendo que ya somos 8.000 millones de personas en el mundo. Y que crece, sobre todo, la clase media. La que consume. Que aumenta, en definitiva, la presión sobre los recursos y que hay que cambiar el chip. Con los asistentes ya sensibilizados, procedió a explicar la 'Estrategia europea de economía circular' -el título del curso de verano de la UPV/EHU organizado por la Diputación de Gipuzkoa- y la pista para no cargarnos el planeta.
- ¿Qué es una “economía circular”?
- La que trata de reducir los recursos que consumimos, los reutiliza y, en caso de que no pueda, los recicla para que lo que se recupere se vuelva a integrar en el sistema productivo. A partir de ahí, si no se puede reciclar, se recomienda valorizar energéticamente. Y si no se puede, ya como último paso, el vertedero.
- ¿De quién depende más que se cumpla este esquema? ¿De los gobernantes o de los gobernados?
- Solo se cumplirá con la aportación de todos. Las Administraciones tienen que diseñar sistemas que impongan unas obligaciones para reciclar más, producir menos y valorizar más y mejor. Pero el ciudadano de a pie tiene mucho en sus manos en las decisiones que toma en el día a día. A la hora de escoger productos que se puedan reparar, o que duren más; a la hora de consumir menos; de no utilizar ese envoltorio innecesario...
- ¿No sería más eficiente concienciar al sector productivo? El móvil que llevo será viejo en unos meses...
- También hay que hacer una labor pedagógica con las empresas. Muchas ya se han dado cuenta de que cambiando el sistema de producción han accedido a nuevos mercados. La Unión Europea no se mete en regular temas de mercado. Legislar sobre consumo es complicado. Es más recomendable dialogar con las empresas para buscar nuevas formas de producir.
- ¿Qué recomienda Europa hacer con lo que no reciclamos?
- Fijamos para 2030 un 65% de reciclaje y un máximo de un 10% de vertido. En medio, nos queda un 25% con el cual los Estados miembro pueden hacer lo que quieran. Pueden intentar subir el porcentaje de reciclaje o pueden recurrir a la valorización energética. Lo que no pueden hacer es llevar a vertedero más de un 10%. Si un país consigue reciclar hasta el 90% y verter el 10%, perfecto.
- ¿Eso es factible?
- Los estudios demuestran que no se puede reciclar todo. Que hay límites. Algunas cosas de la fracción resto no se pueden reciclar técnicamente, otras son tan caras de reciclar que económicamente no resulta viable e incluso hay sustancias que se pueden reciclar pero dan como resultado un producto de un valor mínimo, por lo que no merece la pena. Para ese porcentaje que no se recicla es para lo que recomendamos la incineración con recuperación de energía. Pero tenemos una postura neutra. No decimos cómo conseguir el objetivo sino que se cumpla.
- ¿Por qué en España hay menos incineradoras que en Francia, Alemania, Suecia o Dinamarca?
- En buena parte, por la contestación social que ha habido en algunas comunidades. En Europa, en general, la incineración se ha aceptado. Es comprensible que alguien a quien le van a poner una incineración al lado de casa, o cualquier nave industrial, o un centro comercial, se pregunte qué es lo que sale de allí. Nosotros lo que podemos hacer es aplicar el principio de precaución y legislar sobre las emisiones, con lo cual establecemos parámetros a cumplir. En este sentido, garantizamos que las incineradoras que cumplan con la normativa no entrañen efectos nocivos, ni para el medio ambiente, ni para la salud de las personas.
- ¿Aprecia un compromiso real en los Estados para apostar por la economía circular?
- Lo que ha hecho la Comisión Europea es proponer unos objetivos para 2030 (65% de reciclaje de residuos urbanos). Ahora estas cifras se debaten con los Estados, que suelen tender a la baja por no comprometerse a retos que no puedan cumplir. Habrá que dialogar. Y luego está el Parlamento europeo, que tira hacia el otro lado y quiere ser más ambicioso. El problema es pensar que hay que cumplir unos índices como castigo. Entonces cuesta más llegar a la gente y cumplir los objetivos.
- En la Educación también se dice que el incentivo es preferible al castigo pero, ¿no sería práctico imponer sanciones a quien no cumple?
- Los objetivos de reciclaje del 50% de residuos urbanos y la reducción del vertido a un máximo del 10% del total de residuos para 2020 ya son vinculantes. No cumplirlos supondrá cometer infracciones que tendrán consecuencias económicas. Entre 2021 y 2022 se analizará quién cumple y quién no y se actuará en consecuencia.
- Ese 50% de reciclaje va subiendo progresivamente con el paso de los años hasta el 65% en 2030. ¿Dónde está el techo de lo que se puede llegar a reciclar?
- Lo prudente es poner objetivos que se pueden alcanzar porque hay lugares donde ya lo han hecho. Por eso pusimos el del 65%, porque teníamos conocimiento de experiencias que ya llegan al 70%.
- En Gipuzkoa hay municipios que han llegado al 80%...
- Hasta el 80% podría ser factible, a partir de ahí, ya no lo sé. Insisto en que lo prudente es establecer objetivos factibles teniendo en cuenta lo que dice la experiencia (la tasa en Gipuzkoa es del 44% y en España, del 33%). Una cosa es lo que se obliga, que es un requisito mínimo, y otra que haya quien quiera ir más allá, que nos parece muy bien.
- ¿Podría citarnos algún ejemplo de buena práctica en Europa?
- Treviso, en Italia, es el municipio que más recicla (85%), y sus ciudadanos son los que menos pagan la tasa de vertido. Además, han creado empleo. Todo son ventajas. Lo que hay que hacer es, más que sancionar, divulgar estos ejemplos para que otros se suban al mismo tren.
Buenas prácticas el modelo de Gipuzkoa con EH Bildu (2011-2015), pero ay amigo!, con las constructoras, el Diario Vasco y los interesés económicos hemos chocado
Publicado por: Isuntza | 10/11/2016 en 08:37 a.m.
¿Intereses económicos?, ¿colocar a los amigotes en Garbitania ZeroZabor, (según el tribunal vasco de cuentas)? Y ¿que todos los ayuntamientos de la cuerda contraten a la misma empresa?, ¿cocer a impuestos a tod@s menos a los suyos que si hace falta se retiran aquellos impuestos municipales que más afecten a los de su cuerda que ya recaudarán por otra parte?, ¿intentar desahuciar al anterior alcalde?, ¿no quemar ni un solo contenedor y en cuanto os echan de la alcaldía volver a las andadas?,...
Sí, menuda ejemplo de gestión. Sois gente maravillosa llena de altruismo y bondad. Siempre y cuando no se os lleve la contraria, claro.
Aunque... ojalá hagáis campaña muchos años con Arnaldo defendiendo el modelo de basuras gipuzkoano. Seria tan bonito de ver.
Ánimo en vuestra lucha contra la opresión basuril.
Izquierda (cuando conviene) antivasca autodenominada abertzale antes llevan a la ruina a Euzkadi que reconocen que no tienen ni pajolera idea de gestión.
Publicado por: Ocasional | 10/11/2016 en 04:14 p.m.
¿Economía circular? Me meo. Mi abuelo sí que practicaba la economía circular. Durante el verano se dedicaba a recoger y a secar leña que luego utilizaría para calentar la casa durante el invierno. Yo había visto en su casa aún algunos viejos colchones hechos con hojas secas del maíz. Y evidentemente las heces de los conejos (criaba conejos) se utilizaban para abonar los campos. Incluso una parte de su casa estaba hecha con adobe, material ecológico dónde los haya. Para construir otras paredes había utilizado una simple combinación de yeso y cañas. Hoy en día los esnobs lo llamarían un material composite.
A veces parece que los "sabios" siempre están dispuestos a redescubrir la sopa de ajo. A menudo tengo la sensación de que la sabiduría tradicional de nuestros abuelos le da mil vueltas a las teorías modernas sobre la vida ecológica. Pero es que en el fondo nuestros abuelos sí vivían de forma ecológica.
Publicado por: Señor Negro | 10/11/2016 en 05:27 p.m.
Lo que sí no se podrá reciclar nunca es la energía. Más que nada porque la 2a Ley de la Termodinámica demuestra que la energía siempre tiende a degradarse hacia estados de mayor entropía. Para que se entienda fácil: si dejan un vaso caliente en una habitación fría el vaso se enfriará y la habitación se calentará de forma imperceptible. Lo que no pasará jamás es que toda la habitación se enfríe para calentar aún más el vaso de agua caliente. La energía no se concentra sino que siempre se dispersa.
El petróleo quemado quemado está. El carbón quemado quemado está. Nunca más volveremos a gozar de la energía de los combustibles fósiles. Energía que a la naturaleza le costó miles de años concentrar y que con gran alegría los humanos estamos dispersándola en un par de siglos.
Publicado por: Señor Negro | 10/11/2016 en 05:42 p.m.
Índice real de recogida y reciclaje de residuos urbanos en Bizkaia en el 2014 fue del 38,5%.
Publicado por: Iñaki | 10/12/2016 en 11:14 a.m.