CEFERINO MANDALUNIZ GORROÑO
EXSOLDADO DEL EUZKO GUDAROSTEA
Ceferino Mandaluniz Gorroño nació el 26 de diciembre de 1918 en el caserío Barrenengoa del barrio Unda, enclave que pertenecía entonces al Ayuntamiento de Ibarruri y hoy, sin embargo, a Muxika. Su madre era de aquel lugar, mientras que su padre era de Larrabetzu. Quien durante la guerra fuera gudari del batallón Amayur del PNV, falleció -aunque no ha trascendido en los medios de comunicación- el 20 de agosto a los 97 años en el hospital de Galdakao.
Gracias al programa de recopilación y difusión del patrimonio oral y dialectal del País Vasco de Ahotsak, podemos saber que Mandaluniz cursó sus estudios en euskera en la escuela de Ibarruri hasta los 13 años.
A continuación, se mudó al caserío Akañana de Arriandi (Iurreta) a trabajar de sirviente en las labores de la huerta o la cuadra.
A los 18 años estalló la Guerra civil y Ceferino fue testigo del bombardeo de Gernika-Lumo al alistarse como voluntario en el batallón Amayur. En ese momento comenzó a aprender a hablar el español. Formó parte de la compañía Arrasate. Luchó defendiendo la democracia y resto de libertades en Bizkargi, Sollube, en Artxanda...
Este batallón nacionalista que se acuarteló durante meses en Gernika estaba formado, fundamentalmente, por guipuzcoanos. En un estudio de Vargas Alonso, el investigador ilustra que las primeras compañías eran la Arrasate, mandada por el capitán Gorroñagoitia (en la que militó Mandaluniz), la Arturo Campión, dirigida por Francisco Prieto, y la Sukarrieta, de ametralladoras, en manos de Agapito de Urarte.
El comandante de la unidad era Rufino de Rezola, hermano del secretario del Departamento de Defensa del Gobierno de Euzkadi. Según un texto de Beldarrain, el batallón sufrió 125 muertos en acción durante la guerra, siendo una de las unidades nacionalistas vascas más castigadas por la contienda.
Ceferino salvó la vida. Al ser apresado le obligaron a ser esclavo de los fascistas con trabajos forzosos en los ‘batallones de trabajadores’, sufrió la cárcel de Escolapios de Bilbao, y destinos españoles como Teruel o Guadalajara.
Hizo un total de seis años fuera de casa y sin saber si volvería vivo. Por su lucha en la línea del frente le condecoraron con una medalla. Más adelante, rehizo su vida como vendedor de ganado y trabajando en los menesteres del caserío.
Además, estuvo como empleado de Soka durante dos años, en Gernika-Lumo. En el momento en el que contrajo nupcias con Felisa Arrazola erradicó su residencia en el barrio de Astei, de Ibarruri. El matrimonio dio a Euskal Herria cuatro hijos. Entretanto, vivió 30 años en Gernika-Lumo.
POR: IBAN GORRITI
Otro gudari que se nos va con el reconocimiento de la sociedad vasca y el olvido y desprecio de la sociedad española.
Publicado por: CAUSTICO | 11/22/2016 en 07:33 a.m.
Agur gudari.
Publicado por: Sony | 11/22/2016 en 09:42 a.m.