El término “Adviento” viene del latín adventus, que significa venida, un tiempo de preparación espiritual y celebración del nacimiento del Niño Dios. Su duración incluye a los cuatro domingos más próximos a la liturgia de la Navidad (la Natividad), aunque en el caso de la iglesia ortodoxa llega hasta los 40 días. Curiosamente, lo que debería ser un tiempo para los cristianos de hacer sitio a la palabra, es la época del año en la que respondemos mejor al bombardeo por tierra, mar y aire de la publicidad para gastar y comprarlo todo.
Esta grave inconsecuencia del Adviento en muchos cristianos del Primer Mundo está unida a otro adviento que cuestiona también a los no cristianos en su ética: la venida incesante de refugiados a los que nosotros, sus congéneres, no les recibimos. Nos vamos olvidando mansamente del drama que tenemos a la puerta de una Europa que, sin embargo, es capaz de decidir en un santiamén, sin pudor alguno, el incremento de las partidas de defensa militar de los 25 millones de euros en 2017 a los 90 millones para 2020.
Aunque me parece más bochornosa todavía la manera de incentivar el gasto en defensa de los Estados europeos en proyectos de equipamiento común, que se mantiene como una adhesión voluntaria. El argumento para convencer a los gobiernos estriba en que este gasto militar en misiones comunes quedará exento en la contabilización del déficit dentro del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Y llueve sobre mojado ya en los últimos años han dejado fuera del cómputo las ayudas a los bancos con dinero público.
Los refugiados no vienen de un conflicto ajeno a Occidente. La guerra en Siria es una secuela del infausto pacto al que llegaron el trío de las Azore (Bush, Blair y Aznar) para invadir Irak sin el apoyo de Naciones Unidas. Como desveló el Informe Chicot, aquella guerra se inició tras la Cumbre de las Azores sin las más mínimas garantías legales y justificándola a base de mentiras. Más tarde, el Estado Islámico surgió, según el historiador Robert Freeman, “cuando EEUU organizó a Arabia Saudita y Turquía para que financiaran y apoyaran a los rebeldes en Siria”, quienes ya eran un proto-Estado Islámico.
Mientras no toca de cerca, no reaccionamos. Lo plasma muy bien el poema del P. Martin Neimöller con el que denunciaba la cobardía de los intelectuales alemanes ante los nazis: “Cuando vinieron a buscar a los comunistas, yo no dije nada porque no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera alzar la voz para protestar”.
Atrás quedó la proclama ética Indignaos de Stéphane Hessel ante la indolencia generalizada de una Unión Europea cada vez más autocomplaciente dando la espalda al adviento de quienes huyen de la guerra y el terror del Estado Islámico a base de hurtarles el derecho internacional de refugiado de guerra. En total, se calcula que 4,3 millones de iraquíes se encuentran desplazados, una buena parte a la entrada de Europa. Para muchos, esta no ha sido la primera vez que se han visto forzados a huir.
El Adviento tradicional llega viciado por el absurdo materialismo consumista e indiferente a la realidad de los que huyen de esta guerra. (Etimológicamente, absurdo viene de “sordo de oído”). El contrapunto a las conciencias adormecidas son los movimientos solidarios, cristianos o no, comprometidos con el otro adviento de los refugiados actuales y de los que siguen llegando por el Mediterráneo cuestionando nuestras actitudes. De momento, no parece que las proclamas del Papa Francisco y de las ONG hacen mella en los dirigentes europeos, Rajoy incluido. Aun así, yo mantengo la esperanza porque muchos, en silencio, trabajan por un mundo mejor. L
Gabriel Mª Otalora
Zorionak Sony, Takolo, Maestro Soda, Señor Negro,Txilinasti, Iñaki Anasagasti... y que en el 2017 los españolitos fachas no nos sigan tocando los pelendengues.
¡qué pesadilla de gente!
Publicado por: CAUSTICO | 12/24/2016 en 07:24 a.m.
Ezkerrik Asko Caustico, lo mismo a ti, a los que has nombrado, y también a los fatxas..., que creo que no les gusta nada vernos felices y felicitándoles, ¡qué se va a hacer...!.
JAJAJAJAJAAAAAAAAAAA....................
;·))
Publicado por: Sony | 12/24/2016 en 07:36 p.m.
Algún día los europeos pagaremos muy caro no haber ayudado esta gente. Entonces seremos nosotros los que necesitaremos ayuda y los árabes no nos ayudarán.
Eskerrik asko CAUSTICO !
Publicado por: Señor Negro | 12/24/2016 en 08:58 p.m.