“Oculto entre montañas habita las dos laderas de los Pirineos occidentales un pueblo que ha conservado por una larga serie de siglos su primitiva lengua y, en gran parte, también su antiguo régimen y costumbres, y que, según la feliz expresión de un moderno escritor, se ha sustraído tanto a la mirada del observador como a la espada del conquistador, el pueblo de los vascos o biscaynos». Quien así se expresaba en 1821 era un filólogo y político alemán, amigo de Schiller y Goethe y definido por Talleyrand como «la encarnación del sofisma» por su convincente elocuencia. Casi dos siglos después, Guillermo de Humboldt sigue sin contar con una calle dedicada a su memoria en alguna localidad vasca, como recuerda el doctor Juan Domingo Toledo
El doctor Juan Domingo Toledo recordará la figura de este diplomático y filólogo en una reunión científica en Donostia
BILBAO. Guillermo de Humboldt visitó Euskal Herria en dos ocasiones: durante el otoño de 1798 y la primavera de 1799, y en 1801, según explica el doctor Juan Domingo Toledo, catedrático de Anatomía Patológica en la Universidad del País Vasco y responsable de este departamento en el hospital de Basurto.
«En el primer viaje le acompañaron su mujer y sus hijos, cruzaron la frontera por Irún, atravesaron el País Vasco y recorrieron Castilla, Andalucía y Levante. Humboldt descubrió aquí lo inesperado y le llamaron la atención el idioma y el hecho de que todos los vascos fueran hombres libres e hidalgos mientras en Alemania todavía eran siervos, así como la organización política particular» -explica.
«El año 1800 lo pasó en París y estudió todas las gramáticas y libros relacionados con la lengua y literatura vascas que encontró en las bibliotecas de esa capital. En 1801 comenzó su segundo viaje por el País Vasco, esta vez sin su familia. Del primer viaje tiene un diario completo y otras dos crónicas que se llaman 'Cantábrica' y 'Esbozos de viaje por Vizcaya'. Este último fue traducido por Unamuno. Del segundo viaje tiene dos diarios bastante extensos» -continúa explicando este admirador de Guillermo de Humboldt.
Filología comparada
«Recorrió el País Vasco exhaustivamente. En el diario de su segundo viaje editado por Auñamendi relata los hechos que le llaman la atención, tanto el idioma como las costumbres o historia. Y se muestra pesimista ya que piensa que en cien años se puede perder la lengua vasca. Este diario es algo más que una crónica de viajes algo arcaica. Por supuesto que hay descripciones de paisajes, por ejemplo, del paso de Urkiola describe perfectamente la nube que se suele crear en la cima del Amboto y que solemos llamar 'la boina del Amboto'. Y los chubascos de primavera en la costa de Lemóniz y Bakio. Pero además hace un estudio antropológico, político y económico muy completo de los territorios vascos, también de los de Iparralde. No se trata de una descripción superficial sino muy documentada. Y muchos datos los sacó de personas con las que necesariamente tenía que entenderse en lengua vasca, como él llama al euskera. En lo que supone un juicio de valor personal, es un enamorado total del País Vasco, de sus gentes y de su lengua. El llegó a tener un buen dominio del euskera. Esto es importante porque tenía un gran conocimiento de todas las lenguas clásicas —latín, griego y hebreo— y hablaba, además del alemán, francés, inglés, italiano y castellano. El euskera fue el primer idioma antiguo vivo que tuvo ocasión de conocer. Un protegido suyo, Franz Bopp, escribió un artículo fundamental sobre las relaciones del sánscrito con el hebreo, griego, latín y los idiomas germánicos. Después del viaje de Humboldt se configuró el grupo de lenguas indoeuropeas y quedó claro que el vasco no pertenecía a él. Humboldt, Bopp y uno de los hermanos Grimm fueron los fundadores de la Filología Comparada. Para el primero resultó fundamental el descubrimiento y el contacto con la lengua vasca»
Preocupación social
Para comprender la importancia de Guillermo de Humboldt en su tiempo hay que recordar que fue embajador ante la Santa Sede y en Londres, y también representó a Prusia en el Congreso de Viena y fue secretario de Estado de Educación. A los 50 años se puso a estudiar sánscrito y a los 60, los idiomas de Asia y Oceanía partiendo de una lengua fundamental de la isla de Java llamada khawi.
Juan Domingo Toledo explica que las localidades vascas de las que más habla en el libro traducido son Getaria, Durango, Markina, Gernika, Bilbao y Vitoria y apunta que «al principio de su vida profesional, Humboldt fue abogado en un juzgado y le tocaban temas de lo penal pero no le gustaba condenar a la gente y lo dejó. Le quedó una preocupación por lo social que se refleja en que visitaba las cárceles, hospitales y orfanatos de todos los lugares a los que llegaba. Durante su visita al País Vasco le llamó la atención el Hospital de Bilbao, que entonces se encontraba en los Santos Juanes, porque 'estaba extraordinariamente limpio'. También habla muy elogiosamente de la Casa de Misericordia y describe las actividades de las personas allí acogidas».
La labor de difusión de la cultura vasca realizada por este diplomático y erudito alemán llega hasta el extremo de que en la Enciclopedia Británica el artículo de Guillermo de Humboldt hace una referencia bastante extensa a sus viajes por el País Vasco y al estudio que hizo de su idioma.
Las observaciones de Humboldt no se limitan a los hechos físicos sino que también extrae conclusiones sobre el carácter de los vascos, y sus descripciones abarcan los más variados aspectos de la vida: desde el funcionamiento de las Juntas de Gernika, hasta la pesca o la pelota pasando por el txakoli. De los vascos que ha conocido en sus diferentes viajes llega a afirmar lo siguiente: «allí donde se encuentren en el extranjero, se apoyan unos a otros, aún sin más conocimiento, tan firme e inquebrantablemente, que con frecuencia provocan la envidia de los restantes españoles, y se acostumbra también a llamar a las provincias vascongadas y Navarra por broma las Provincias Unidas de España».
Merche Peña
Un auténtico intelectual, de los de verdad.
Pisando el terreno sin prejuicios y contándolo sin dobles intenciones.
O sea, lo contrario de lo que se estila ahora.
Publicado por: CAUSTICO | 03/15/2017 en 07:26 a.m.