POR: Koldo Mediavilla
De su artículo en Deia (18/3/2017)
Hay quien duda de que la intervención del secretario general de ELA haya tenido algo que ver en el retraimiento de la izquierda abertzale. Muñoz encabeza el cuadro sindical mayoritario en Euskadi. Sin embargo, pese a su notable y reconocible fuerza como organización de trabajadores, su línea estratégica de confrontación -con la patronal, con el resto de sindicatos, con la administración- le está abocando a que la influencia social que su mayoría debiera reportarle se reduzca a ámbitos exiguos. Esa soledad social está siendo compensada por su núcleo dirigente por una decidida actividad en el campo político, en el que cada vez más prodiga sus declaraciones. Su intención es condicionar decisiones políticas e institucionales.
El choque de esta estrategia con partidos como PNV y sus representantes públicos (también con EH Bildu) no es nuevo. Pero, de un tiempo a esta parte, las fricciones se han acentuado, provocando una fuerte tensión entre el primer partido del país y el primer sindicato vasco.
La situación de crisis se encendió cuando la organización de Muñoz llevó a la fiscalía (denuncia desestimada) a las diputaciones y al Gobierno vasco tras la sanción europea por las “vacaciones fiscales” en un intento vano de penalización de los principales agentes institucionales del país. Desde entonces, se ha producido una notable conflictividad laboral centrada en empresas vinculadas a la gestión de servicios públicos (mantenimiento de carreteras en Gipuzkoa, residuos y residencias en Bizkaia…) donde la utilización de la caja de resistencia ha alimentado largos meses de paro en una estrategia de desgaste que ha pretendido -y lo sigue haciendo- la vinculación del conflicto con las administraciones gobernadas por el PNV.
El mayor incendio en las relaciones entre ELA y el PNV tuvo lugar el pasado mes de septiembre cuando, por primera vez en la historia, el sindicato de Txiki Muñoz se movilizaba contra Urkullu y el Gobierno vasco en plena campaña electoral. Fue un acto inédito, interpretado como un ataque directo al PNV y a su candidato a escasos días de que los vascos se citaran en las urnas. Una injerencia electoral que obtuvo escaso éxito, según demostraron los resultados.
Ahora han sido las palabras de Muñoz advirtiendo a EH Bildu y a Elkarrekin-Podemos para que no apoyaran los presupuestos de la Comunidad Autónoma Vasca las que han vuelto a avivar las llamas de la discordia entre la ejecutiva de ELA y el PNV. La cúpula de ELA juega con fuego. Y quien juega con fuego termina por quemarse.
Por cierto si te meten mas de un año por un chiste de Carrero en Internet..., a Corcuera por decir las burradas que dice y sabiendo que hay víctimas y que España se autopresenta a si misma como una democracia en el panorama internacional, ¿cuánto le van a meter...?, el mundo observa... (ya hay comentarios internacionales por lo ocurrido con el chiste de Carrero, por ejemplo en Gran Bretaña..., da igual que Sabater calle..., Gran Bretaña no lo hace...).
Publicado por: Sony | 04/01/2017 en 03:26 p.m.