De Sabino de Arana Goiri, los hombres de menos de sesenta años incluso los que le seguimos patrióticamente, solo conocíamos trozos de sus obras, la biografía de Ceferino de Jemein y... la leyenda. Los nacionalistas vascos, salvo excepciones notorias, han sustituido la parquedad en palabras de sus antepasados por una resistencia a la pluma difícil de vencer, mucho más si la pluma ha de tratar de temas propios. Eso explica que, a los cincuenta años del fallecimiento del fundador de aquella doctrina, el conocimiento de Sabino para la generalidad de sus discípulos fuese más mítico que verdadero. Arana Goiri había entrado en la leyenda con todas las ventajas, pero con todos los inconvenientes que tiene la fábula, aunque sea amable. Un grupo de fieles sabinianos está esforzándose hace algún tiempo en reunir materiales para publicar la obra escrita completa del Maestro. He creído siempre que esa publicación era necesaria para fundamentar el estudio crítico que se impone a propios y extraños, ya que de esa labor crítica ha de salir reforzado el pensamiento fundamental de Arana.
Además de estudiar la obra en detalle hacía falta conocer con veracidad la persona y la vida de su autor. La biografía de Jemein, que no tiene la pretensión de ser completa es una biografía de las ahora llamadas "apasionadas", y todo discípulo fiel tiene derecho a poner pasión describiendo a su maestro y manejando los materiales biográficos de que dispone para ello. Toda la labor de Jemein es de noble pasión sabiniana. Pero, para el hombre de fuera y aún para el de casa, hacía falta otra especie de biografía y estamos convencidos de que el libro de Basaldúa ha cubierto esta necesidad. "El Libertador Vasco" es un libro excelente, bien escrito, bien calculado, construido inteligentemente y desarrollado con emoción. Es la vida de Arana Goiri, impecablemente expuesta y situando al protagonista en lo que fue escenario de su existencia, descrito con justeza histórica y con galanura de pluma. La personalidad de Sabino guarda, a través de todo el libro, la medida que debió de ser realmente exacta y los comentarlos que el autor entrevera son discretos, guían al lector y no le despegan un instante de la fuerte personalidad de Sabino, que Basaldúa mantiene en todo el libro con el respecto que le debe como biógrafo y también como discípulo. La descripción del hombre extraordinario, de sus amarguras sentimentales y de sus sufrimientos físicos está tan humanamente hecha que, habiendo Basaldúa destrozado la leyenda, da más valor a Arana Goiri con la descripción natural de una vida Intensísima que sólo duró treinta y ocho años y fue enormemente fecunda.
La obra de Basaldúa aporta a muchos nacionalistas vascos anécdotas desconocidas y facetas ignoradas. Tal vez sea inexacta en algún pequeño detalle y hubiera sido de desear una mayor precisión en el origen de algunas citas históricas o literarias de las obras de Arana o de sus contemporáneos. Esto sólo tiene importancia para el erudito, porque el lector corriente encontrará en este libro él interés de un personaje qué parece novelesco y, sin embargo fue bien real, aunque no tuviese nada de ordinario. Es esa obra un buen libro, en muchos aspectos, que a los que ya llevamos muchos años en las mismas lides patrióticas nos sirve de recordatorio y de guión y que a los numerosísimos nuevos patriotas vascos que han de leerlo en Euzkadi a escondidas ha de darles argumentos y fervor para entregarse a Ias tareas que ahora inician. Un libro que en justo con el personaje descrito y que ha de haber mucho bien a muchísimos vascos.
El libro de Basaldua lleva un prólogo interesante del presidente del gobierno vasco, señor Aguirre que describe a Sabino Arana como precursor y como hombre actual en muchas disciplinas; y está muy bien editado por "Ekin", de Buenos Aires que lo adornó con un retrato de Arana y Goiri, hecho por el pintor alavés Mauro Ortíz de Urbina y con varias fotografías muy sugestivas. F.X. de L.
La vida de Sabino Arana y Goiri se trasluce en "El libertador Vasco" viva, real; tal cual ha sido en la realidad, sin aumentarle ni lo más mínimo al Libertador Vasco, que dio todo por su patria, su vida, su libertad, y sus esperanzas. La biografía histórica refleja bien a las claras nuestra historia y nuestros anhelos, reflejan bien a las claras nuestras aspiraciones y hacia donde deben ir todos los sacrificios de los vascos, a lograr la Libertad y la Independencia de nuestra Patria. Escrito de una manera amena y sin tapujos debía ser el Libro de Luz en todo Hogar Vasco que se precie de tal.
Debió ser escrito hace 20 años y con toda seguridad de que si así hubiera sido, quizás hubiera ayudado a levantar el espíritu nuestro, que dormido en sus laureles de gloria y de tradición no hizo la suficiente fuerza por su libertad en el momento oportuno; quizás el curso de nuestra historia no sería el mismo; ya que compenetrados en la sabia doctrina de nuestro Apóstol de la Libertad, el Pueblo Vasco hubiera seguido el camino que le trazaban los puros ideales de SABINO DE ARANA y GOIRI. E.
En el diario "EL UNIVERSAL" de Caracas de 13 de febrero pasado aparece una nota en un largo artículo de comentarios de libros y de erudición que tiene mucho crédito entre la opinión pública.
"Aerograma- — M.P. ciudad: estoy leyendo con entusiasmo el libro que Ud. tuvo la gentileza de enviarme, titulado "El Libertador vasco'', de que es autor Pedro de Basaldúa. No es raro que la misma raza que dio a Simón Bolívar y a Loyola,- diera a Sabino de Arana Goiri, el másculo bizkaitarra. Creo que consagré un comentario a tan importante obra histórica".
El lector vasco, argentino y porteño tiene a la vista un libro de tierra adentro, un libro bien criollo y bien gaucho. Su autor es Miguel de Bustingorri y su título: "El Muchacho del Jagüel”. Este muchacho es el propio autor, pues es un libro de recuerdos, casi biográfico.
En él puede verse como se construyó la patria Argentina en la pasada centuria y la colonización vasca de la inmensa pampa. Toda la acción tiene lugar en las proximidades de la "Laguna de las Mulitas" en el tiempo en que se desarrollaron los pueblos de 25 de Mayo, Islas y Saladillo. Gran parte de aquellos pobladores hablaban euskera.
Los vascos fueron los pioneros de la colonización de la pampa y de la tierra argentina retribuyó generosamente aquellos esfuerzos de sus brazos y de su inteligente capacidad organizadora y campesina, dando frutos abundantes y echando los cimientos de la economía patria ganadera y cerealista.
Miguelito nos lleva al galope de su petiso rabicano de estancia en estancia, por las haciendas, por los potreros, por los jagüeles y por los caminos llenos de polvo o de barro, pero también nos hace entrar en los ranchos y en los corazones de todos estos gauchos y participar en sus juegos y en sus amoríos y en sus penalidades.
El Muchacho del Jagüel es un libro sencillo, sincero, sentido, sereno, sano y sentimental, escrito con un estilo criollo de tierra adentro pero sin abuso del clima gauchesco y con dominio del idioma y del ambiente campero.
La época de Miguelito es la de 1900, cuando van desapareciendo los chiripas y apareciendo las bombachas. Miguelito es un vasquito de bombachas y de boina que habla en criollo y en vasco, que baila el fandango y la zamba.
Al muchacho del jagüel sus padres lo envían a estudiar a un colegio de la ciudad. El rumbo de su vida cambia pero su corazón queda en la pampa galopando sobre el petiso rabicano bajo las estrellas. Y ahí termina el libro, el lindo libro de Bustingorri, editado muy bien por Kraft recientemente.
Lleva el libro un prólogo de Juan Comaglia de lindas y emocionadas palabras en elogio del autor, de su obra y de “esta raza de vascos –que surcó muchas leguas y honró muchos lugares”.
Para nosotros porteños, Bustingorri es el mejor cicerone de esa pampa tan larga, tan ancha, y con un cielo tan alto, porque habla un idioma que tiene con nosotros de común la sangre y el alma de campesinos que todos los vascos llevamos dentro y ese común amor a la patria, a la naturaleza y a la libertad.
M. de L.
Nº 455 – 30 de Marzo de 1954
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