El modelo de aprendizaje a través del trabajo ya planea titulaciones para empleos inexistentes hoy en día, pero que serán demandados en dos o tres años
La primera experiencia del modelo dual, allá por el curso 2012-2013, sedujo a 124 alumnos de Formación Profesional y a 95 empresas. La tasa de inserción laboral en aquella ocasión, en plena crisis, fue del 55%. Un porcentaje importante que, sin embargo, ha ido en aumento desde entonces hasta los 1.218 alumnos inscritos en 2016-2017 y las 739 empresas adheridas a este programa estratégico. Y lo que es más relevante: una empleabilidad inmediata -al día siguiente de lograr la titulación- del 77%, y del 90% en los tres meses siguientes para el alumnado participante.
Unos resultados envidiables a la vista de las numerosas delegaciones internacionales que en los últimos tiempos viajan hasta Euskadi para conocer de primera mano este programa. Hace poco, por ejemplo, una embajada de la Comisión Europea se empapaba del espíritu del mismo: aprendizaje en el trabajo, capacitación, compromiso y disposición total a cubrir las demandas laborales de las empresas vascas, un sector atomizado y diferenciado de otros por la notable presencia de las pymes y micropymes.
Alemania, Austria, Finlandia, Reino Unido o Italia ya han tramitado peticiones al Gobierno vasco, en concreto al Departamento de Educación, para adquirir unas nociones más detalladas de este modelo “solvente”, tal y como calificaba Jorge Arévalo, viceconsejero de Formación Profesional (FP) ayer durante el acto de presentación de una nueva campaña para tratar de incorporar un mayor número de empresas a la FP dual. En los cinco años de vigencia de esta experiencia, las firmas participantes se han multiplicado por siete y el objetivo del Gobierno vasco es alcanzar las 5.000 para 2020, en las que aprenderían alrededor de 7.000 estudiantes de grado medio o superior de FP.
El Gobierno vasco también se ha marcado como objetivo que para ese 2020 la mitad de las personas que hayan curso estudios de FP o universitarios tenga “una primera experiencia en la empresa” de aprendizaje “para que tenga más posibilidades de acceder al mercado laboral”. Y es que, tal y como avanzó Arévalo, la UPV/EHU se encuentra inmersa en un proceso de regeneración en el que también se apostaría por la formación dual. “Es una prioridad para la universidad y ya están trabajando en ello”, indicó el viceconsejero de Formación Profesional.
CIBERSEGURIDAD Y FABRICACIÓN
Esa meta de 2020 es estimulada también por Confebask, obsesionada en respaldar el modelo dual en todas sus ramas. Como expresó ayer su director general, Eduardo Aréchaga, “forma a los estudiantes en aquellas capacidades específicas y perfiles que requiere la empresa o sector y, además, ofrece a los jóvenes una amplia salida laboral”. Tanto es así que por primera vez se adelantarán incluso a la previsible evolución del mercado laboral y el próximo curso serán ofrecidas titulaciones para empleos que a día de hoy no existen pero que, según intuyen los expertos, serán demandados por empresas vascas -y de otros países- en un par de años.
Según explicó Arévalo, esos puestos ya han sido identificados gracias a la “experiencia” adquirida en la FP dual “que da respuesta a las necesidades de las empresas a corto y medio plazo”. Se refería, aunque sin entrar en más detalles, a cualificaciones en empleos relacionados con la ciberseguridad y la fabricación industrial avanzada. “En el ámbito de la seguridad en la empresa y en la industria ya hemos empezado a trabajar. En la fabricación avanzada estamos trabajando ya en puestos de trabajo que a día de hoy como tal no existen, pero van a existir”, subrayó.
El único inconveniente -subsanable en cualquier caso- a este escenario de oportunidades y de empleabilidad fue puesto sobre la mesa por el propio Aréchaga quien no escondió sus temores ante una posible falta de jóvenes que opten por compaginar su formación en el centro con su aprendizaje especializado en el trabajo. “Es muy exigente y no todos quieren”, resumía al tiempo que animaba a padres y madres, docentes y a la juventud a explorar esta vía.
“Es muy exigente, pero son la élite y tienen garantía de empleo. Hay un plus de esfuerzo, pero también hay un plus de recompensa”, subrayaba el director general de Confebask. En definitiva, insistió Aréchaga, “una oportunidad de empleo y esperanza” en un ciclo de recuperación económica.
J. FERNÁNDEZ
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