En el Congreso Mundial de la Democracia Cristiana celebrado recientemente en Santiago de Chile, el Delegado Vasco en la Argentina. señor Pedro Basaldúa, que asistió al mismo y presidió la representación vasca, intervino en nombre de esta, expresándose en los siguientes términos:
"En estas exposiciones que nos han dado una visión panorámica, amplia, objetiva, trágica en ciertos momentos sobre Europa, se ha hablado de las actividades nacionales espléndidamente vigorosas, que han venido desarrollando los partidos demócrata-cristianos en aquellos países que gozan de libertad. Hemos visto también, con hondo dolor, con gran angustia, las inquietudes, las dificultades y preocupaciones enormes que están viviendo otros partidos demócrata-cristianos en Europa, sometidos a la tiranía soviética.
Represento a un pueblo, el pueblo vasco, Euzkadi, quizás el más viejo de Europa, y represento también a un movimiento que ha traído a nuestras tierras el espíritu y el sentimiento de la doctrina demócrata cristiana, ya a fines del siglo pasado y que ha venido vigorizándose con una acción intensa, eficiente y creadora, en medio de las persecuciones más variadas hasta el día de hoy.
Nosotros también estamos sometidos a una tiranía, a una dictadura. Y si no ha podido quebrar la estructura fundamental del Partido que represento, ha imposibilitado la acción benéfica de él desde el sangriento triunfo de Franco por medio de las armas y el apoyo extranjero.
No me parece que sea nuestra misión como delegados de una reunión internacional examinar el signo específico de determinada ideología tiránica, el signo específico de determinada dictadura. Yo no hago distingos del tipo de dictadura cuando se conculcan los derechos humanos, cuando la persona humana no goza de los derechos inherentes que Dios le ha concedido.
Padecemos una dictadura férrea y ya excesivamente prolongada. Pero aun hoy, el espíritu demócrata cristiano se vigoriza en la mente del pueblo vasco y se extiende a otros continentes en virtud de nuestra universalidad.
Traigo, pues, el pensamiento de ese pueblo vasco que, amordazado, no puede expresar sus inquietudes, sus anhelos ni su protesta. Ese pueblo en cuyo nombre hablo, quiero someter a la consideración de los congresistas, de los representantes de tan diversos pueblos del mundo, este drama tremendo que vive el grupo demócrata cristiano más antiguo de Europa.
Y debo decir también a los hombres que tienen un pensamiento idéntico y un espíritu cristiano -por este sentido de vinculación fraterna- que en España, bajo el régimen franquista, en estos momentos se están gestando movimientos serios y profundos de carácter y modulo demócrata cristiano, que posiblemente tengan un desenlace decisivo en un futuro próximo, un desenlace similar al de Francia, Italia y Alemania al final de la guerra.
Hay asimismo otros sectores diversos que están polarizando ideas que son comunes en lo fundamental — la libertad y la dignidad de la persona humana — con matices diferentes, pero que señalan una línea de esperanza para el futuro.
De ahí que tenga que hacer un llamamiento a todos y cada uno de vosotros, los representantes de la democracia cristiana de América y también de Europa y aun de África. Y quisiera ya no sólo a Ios demócrata cristianos, con los que convenimos y comulgamos en ideas comunes, sino a todos los demócratas del mundo, a los hombres que sienten la libertad en sus corazones, que nos ayuden, que vengan a sumarse a esta lucha tan ingrata y tan prolongada que llevamos nosotros, como la llevan otros hombres y pueblos de Europa que están en condiciones similares.
No olvidemos que la tiranta es una y la libertad también una. Hay que acabar con todas las tiranías; no importa cuál sea su signo. Si la democracia cristiana quiere prestar un servicio al mundo, debe luchar por la libertad y contra cualquiera que pretenda conculcarla.
En suma, señores delegados, pido simplemente a los congresistas que cuando consideren los problemas de la opresión que están viviendo ciertos países del mundo, sobre todo en Europa, tengan también en cuenta no sólo a los sometidos bajo la tiranía soviética, sino además, a los sometidos a otras dictaduras, llámense estas de derecha o no importa la bandera y el signo que los cubra. Estamos con la libertad y para ella luchamos.
Los congresistas, puestos en pie, ovacionaron largamente al representante del equipo vasco.
El presidente de la mesa, senador Eduardo Frei dijo:
"El señor Pedro de Basaldua, habrá podido apreciar, por las manifestaciones de la sala, la acogida unánime que han tenido sus palabras".
En otra Asamblea Plenaria, el senador Frei hizo una exaltación de la figura del ex-presidente del Gobierno de Euzkadi, Dr. José Antonio de Aguirre y los delegados, juntamente con los centenares de asistentes a la sala del Parlamento, en pie, rindieron homenaje al líder vasco.
EUZKO DEYA Nº 542
Agosto 30 de 1961
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