El acuerdo firmado entre los gobiernos de la CAV y de la CFN para la creación de un Órgano Permanente de Encuentro ha vuelto a desatar los truenos y las iras antivascas (repito antivascas y no por lo que piensan o dejan de pensar sino por lo que han hecho y han dejado de hacer a lo largo de su dilatada vida pública) del sector sociopolítico navarro que todos conocemos.
De entre todos los temas de que se ha hablado estos días hay uno que me interesa especialmente en este momento: Las pretensiones de «Los vascos» (sería más exacto hablar de abertzales) con respecto a Navarra. Nuevamente han salido a relucir términos como integración, incorporación, absorción, anexión, invasión, etcétera, etc. hasta la náusea. Entre lo poco sensato que he podido oír o leer me encuentro con un llamamiento, entre otros, al PNV para que haga pública su postura sobre este tema. Yo pensaba que, a estas alturas, no hacía falta pero a lo peor estoy equivocado y aquí, como en otras cosas, la realidad es como es y no como nos" gustaría que fuera.
Por ello asumiendo ese ruego como un deber me voy a permitir exponer mis ideas que, aunque sean a título personal, estoy seguro que responden plenamente a lo que constituye el proyecto ideológico del PNV. No pretendo en absoluto hablar en nombre de nadie más.
Para empezar puedo asegurar que esas «pretensiones» que se nos atribuyen están precisamente en las antípodas de nuestro proyecto. Pienso que pertenece al campo de la psicología aclarar si esas atribuciones son debidas a ideas obsesivas, delirantes o paranoicas.
En las antípodas se mire como se mire. Desde la gestación del nacionalismo vasco, desde su praxis política o a la luz del vigente ordenamiento jurídico (que el PNV acata sin asumirlo como el mejor posible ni, mucho menos, como inmutable).
La gestación del abertzalismo
Es indiscutible que desde la incorporación de Navarra a Castilla en 1515 comienza un proceso de deterioro de nuestro régimen privativo que habría de agudizarse con la llegada de los Borbones (ironías de la historia).
Basta repasar los Cuadernos de las Cortes del Reino de Navarra para comprobar el trato, incluso vejatorio a veces, que recibió nuestro reino.
Paralelamente, aunque con todas las diferencias que se quiera, no corrían mejor suerte los regímenes propios de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y está claro que ninguna de las cuatro “provincias exentas” hubiesen conseguido sobrevivir como tales a los ataques de Godoy y si no llega a ser por la invasión napoleónica y las consiguientes prioridades de guerra.
A lo largo del siglo XIX los constituyentes españoles pudieron haber elegido un modelo constitucional respetuoso y compatible con la coexistencia de diversas culturas, de distintos pueblos y de distintos regímenes (a la Suiza por ejemplo) y, qué duda cabe, hoy la situación sería totalmente distinta; pero su talante les llevó a copiar el modelo jacobino francés creador de un estado incompatible con todo lo que no emanara del centro.
Tres guerras carlistas apenas consiguieron evitar la tabla rasa pura y dura pero los regímenes propios de las «provincias vascongadas y de Navarra»; expresión cultural, jurídica y filosófica de siglos de convivencia colectiva quedaron pulverizados, cortados por la raíz. Es decir; condenados a muerte.
En estas circunstancias era lógico, hasta inevitable, que surgieran voces que gritaran que la única solución a todos estos «males» era el LAURAK-BAT; o sea la unión de los que teniendo el mismo origen, tenían los mismos problemas. Así lo hicieron los Larramendi y compañía y, concretamente en Navarra los miembros de la Asociación Euskara.
Sabino Arana no hizo más que poner todo ello en clave de política y dotarlo de una herramienta: el PNV.
Y, con sus aciertos y sus errores; con sus fobias y con sus filias, lo hizo en clave de su tiempo: si se nos estrangulaba en nombre de un Estado nuevo los vascos no lo necesitábamos. Somos un pueblo propio y tenemos derecho a un Estado propio. Y no concibió otra forma de Estado que la confederación de los cuatro territorios de Hegoalde.
Así nació el nacionalismo vasco; un proyecto legítimo, democrático y en las antípodas de cualquier veleidad anexionista.
La práctica política del PNV
Parafraseando; Cien años de vida nos contemplan. Ahí están. Víctimas muchos de ellos; verdugos jamás.
Ahí están la «minoría vasco-navarra», el proceso de elaboración del Estatuto vasco-navarro de 1932 al que, por cierto. Navarra jamás dijo no, y tantos proyectos conjuntos. ¿Dónde está la huella anexionista? Ahí están actualmente, las Diputaciones Forales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Ahí está el tan cacareado «bizkaitarrismo» del PNV impulsando una representación paritaria en el Parlamento Vasco porque creemos que el respeto a la singularidad de cada territorio vale mucho más que la prepotencia y el poder (ojalá el Estado español aceptara ese criterio; a los navarros nos correspondería la cuarta parte del Congreso). ¿Dónde está el peligro de perder nuestra identidad?
Por contra ni una sola tentación antidemocrática; ni una sola tentación militarista. Por eso resulta cuando menos sarcástico que nos acusen de invasores o de anexionistas señores como Aizpún o Del Burgo que tienen que tener sus recuerdos familiares líenosle «hazañas bélicas» justo en dirección contraria.
El ordenamiento jurídico
Que, repito, el PNV acata pero no asume ni como correcto ni como inmutable.
El vigente ordenamiento jurídico en lo que al tema se refiere tiene su origen en el Real Decreto/Ley 1/78 de 4 de enero que establece:
«Art. 1.° -1. Se instituye el Consejo General del País Vasco como órgano común de gobierno de las provincias o territorios históricos que, pudiendo formar parte de él, decidieran su incorporación.
A este fin, las provincias o territorios de Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya decidirán libremente...».
Por lo tanto: De invasión o de anexión; NADA.
Reconocimiento de un derecho y respeto absoluto de cara a su posible ejercicio.
El segundo texto legal de interés sería el R.D.L. 2/78 del mismo 4 de enero a cuyo tenor:
«Art. 1°- El Gobierno, de acuerdo con la Diputación foral de Navarra, determinará...».
Una vez más, injerencia del Gobierno Central en temas exclusivos de Navarra como si fuésemos menores de edad, ¿Dónde la «invasión» vasca?
Después la Disposición Transitoria cuarta de la Constitución ratificando el proceso.
Después el Estatuto de Gernika a cuyo tenor (art. 47.2) el día que Navarra decida dar el paso se integrará no en la actual CAV sino en lo que resulte del proceso y del referéndum conjunto.
Por último, la LORAFNA cuya Disposición Adicional 2.a prevé hasta la posibilidad de que Navarra decida separarse de aquello a lo que hubiere decidido unirse.
En definitiva; este ha sido, es y seguirá siendo el proyecto del PNV. Un proyecto de unidad de todos los territorios de Euskalherria desde el reconocimiento y el respeto de las y a las peculiaridades de cada uno de ellos. Una unidad que en el siglo pasado nos hubiese ayudado a defender mejor nuestra identidad y que, de cara al futuro, nos parece la forma más eficaz de afrontar con personalidad propia el mundo que se nos viene encima. Y no olvidemos que lo que tiene nombre existe y quien no lo tiene no existe.
Un proyecto legítimo en las antípodas de lo que insinúan términos como invasión, anexión, absorción, etcétera, etc. y que cuando es atacado desde esos conceptos se siente legitimado para creer que se le ataca desde el intento de hacer perdurar el proyecto que arrancó con aquella incorporación de 1515. Un proyecto que nos ha encadenado a un Estado que no nos aporta mucho y que nos encadena al vagón de cola del futuro.
Y yo pienso que lo nuestro es romper cadenas; no aceptarlas.
Jose Antonio Urbiola (*)
(*) Presidente del Napar Buru Batzar de EAJ/PNV
Estoy totalmente de acuerdo a que a los "foralistas" de UPN, hay que jugársela por el foralismo..., al final el medio por el que lleguemos a un estado propio o a un nivel de autogobierno altísimo, da igual..., es lo mismo si se hace con un nuevo superestatuto o con la reintegración plena de los fueros (actualizados) a como estaban antes de 1.515....
A nosotros nos da igual..., por que ambos caminos llevan al mismo sitio.
No obstante a los "foralistas" de UPN, que dicen "NO QUEREMOS NADA NUEVO, NUESTRA VÍA ES EL FUERO, NUESTRAS TRADICIONES..." (además de que las nuestras también...), les puede empezar a dar "vértigo" lo que consiste en una auténtica reintegración plena de los fueros (actualizados) a como estaban antes de 1.515....
Por supuesto, si los de UPN aceptan esto..., bien, coincidimos todos, si no lo aceptan..., nosotros si..., y cuando menos entrarán en una contradicción pública e interna frente a sus votantes y a sus miembros, contradicción que solo puede dañarles, pero allá ellos....
Y respecto a la relación entre territorios, pues una confederación como Suiza es un buen modelo, es la forma en que todos estén, pero sin dejar de ser ellos y pudiendo irse.
De esta forma a Navarra se le estaría reintegrando su ordenamiento jurídico antes de 1.515, y respecto a su territorio, además de la propia Navarra sería, se le reintegraría la propia Navarra y sus antiguos territorios (la "Gran Navarra"... por decirlo de alguna forma..., frente a la simple "Navarra"...), todos los territorios (el de Navarra incluido) funcionarían como una confederación de los mismos, como antes comentamos así todos unidos pero cada uno conserva su propio carácter, pudiendo quedarse o irse.
Esto sería además un territorio basado en orígenes culturales (en este caso "vascones") comunes, como lo son muchos territorios en Europa.
No se si en el caso de Iparralde (al estar en este caso en el estado francés) se les podría incluir también en una confederación u otro tipo de fórmula duradera o temporal de cara a una futura confederación (que siempre tendrían derecho a esa confederación, claro...).
A pesar de todo, en una ocasión un navarro me dijo que uno de los territorios de esa antigua "Gran Navarra" era La Rioja..., pudiera ser..., no lo se..., pero si fuese así, La Rioja también podría entrar en este proyecto..., aunque este proyecto también se basa en una raíz cultural "vascona" común que La Rioja si la tuvo, parece que ahora no la tiene ya..., este tema se solucionaría si habría una comunidad autónoma llamada "Castilla" con capital en Madrid, y de esta comunidad llamada "Castilla" La Rioja sería uno de sus territorios, además de cualquier manera si parece que tanto en Iparralde como en Hegoalde como en Navarra hay gente dispuesta a formar parte de este proyecto (en unos sitios mas gente y en otros menos..., pero en todos hay gente dispuesta...), pero en La Rioja no creo que haya nadie (o casi nadie...), y claro es muy importante lo que opine la propia gente de La Rioja..., creo que la gente de La Rioja solo quiere tener su propia comunidad autónoma o como mucho sumarse a un proyecto castellano (y no a uno "vascón"...), por lo que creo que este tema se solucionaría así....
Finalmente creo que a esto se le podría sumar que este territorio podría pertenecer a una "Euroregión" que incluyese esta "Gran Navarra" y también la Gascuña y la Aquitania, con las que nos unen también vínculos culturales, esto no iría en contra de la devolución del foralismo anterior a 1.515 y a la devolución de la "Gran Navarra" histórica y confederada para evitar absorciones, esto se haría respondiendo a criterios históricos reales y a un respeto confederal entre territorios, la "Euroregión" es otra cosa COMPLEMENTARIA..., que está funcionando en Europa y que aquí coincidiría también con unos ciertos vínculos, pero que sería simplemente una Euroregión mas en Europa como tantas otras y ni añadiría, ni quitaría nada a la reintegración foral anterior de 1.515 de la "Gran Navarra" confederada, sino que complementaría.
Publicado por: Sony | 09/28/2017 en 12:00 p.m.
Y por cierto, si devuelven a foralidad anterior a 1.515, también deberían devolver, nuestro sistema o sistemas judiciales propios... (tal y como mantiene Escocia...), esto evitaría problemas con los tribunales españoles (Tribunales Superiores de Justicia, Supremo, Constitucional, Audiencia Nacional, etc.), problemas que están ocurriendo y cuya independencia además está puesta en tela de juicio.
Publicado por: Sony | 09/28/2017 en 12:08 p.m.
Y una última cosa, los vínculos culturales que existen entre todos estos territorios, pueden ser vínculos de cultura vasca..., pero si esto molesta o crea disputas..., lo que no cabe la menor duda y es indiscutible, es que esos vínculos culturales entre territorios, son sin discusión alguna vínculos culturales de cultura vascona..., entendiendo a los vascones culturalmente como el pueblo común a todos y anterior a todo lo que hay (independientemente de los aportes culturales y de otros tipos, de otros pueblos de la península, Europa y el mundo, claro..., también somos un pueblo cosmopolita abierto al mundo, como todos, que se lo digan a nuestros arrantzales y marinos que exploraron medio mundo, por no decir todo...).
Publicado por: Sony | 09/28/2017 en 12:33 p.m.