Por: Manuel de Irujo
A fines del año 1877 se constituyó en Iruña la "Asociación Euskara". Eran sus fundadores los Sres. Campión, Iturralde, Aranzadi, Oloriz, Obanos, Landa Lagarde, Ansoleaga, Irazoki, Iñarra, Etxainde, Gaztelu, Azkona, Irurozki, Jaurrieta y Goikoetxea. Se presentó al país el 6 de Enero de 1878 con un manifiesto bilingüe, en euzkera y español. Creó la "Revista Euskara". Su lema fue el de "Zazpiyak-Bat". Su cuño ostenta, en el anverso, el Árbol de Gernika, con la Cruz, sobre el tronco las Cadenas de Nabarra y al fondo siete montañas. En el reverso, ramas de roble y eslabones entrelazados. La raza y la historia, la nación y el Estado, fundidos. "Allá campean (dice Campión en el Prólogo a las Obras de Iturralde), patria, historia, raza y religión, a la espera de que los vascos le suministren el bronce de su fortaleza y el oro de su entusiasmo". Nació la "Asociación Euskara" como consecuencia de unos artículos publicados por Campión e Iturralde en "La Paz" de Madrid los años 1876 y siguiente en defensa del euzkera. Murió porque era necesario "atajar los pasos al hipócrita separatismo euskarista" (en frase entrecomillada por Campión en la citada obra). No fueron aquella asociación y su revista los únicos precursores del nacionalismo vasco, pero sí los primeros y los destacados con perfil más definido. Por lo demás a la Revista Euskara siguieron "Lau-Buru", "Euskal-Erria", "Revista de las Provincias Euskaras", "Revista de Vizcaya", "Calendario Vasco-navarro", "La Baskonia", "Euskal-Esnalea", "Irurak-Bat", "Eskualtzaleen Biltzarra" y otras posteriores.
Nació el vasco que, en frases de Campión, había de suministrar a la Patria "el bronce de su fortaleza y el oro de su entusiasmo". Era el bizkaino Sabino de Arana-Goiri. Su vida pública puede distribuirse en tres periodos. De 1886 a 1892 actúa y produce como cerebro del movimiento renacentista vasco. De 1893 a 1897 el movimiento se hace nacionalista y a este periodo vamos a referirnos. De 1898 a 1903 el nacionalismo vasco traza la senda de su actuación política dentro de las leyes. Estos tres periodos están entrelazados, claro es, sin que el cerebro dejara de producir en ninguno de los dos últimos. En el primero, había visto la luz; en 1886, el trabajo sobre el proyecto de Academia Vasca, en 1887 las Etimologías euskericas, en 1888 los Pliegos euskeralógicos.
Damos a continuación, por orden cronológico, los hechos más granados que jalonan el segundo periodo hasta la fecha del nacionalismo del Partido Nacionalista Vasco. El 28 de Mayo de 1893 tuvo lugar la primera manifestación de la Gamazada. El 1 de Junio se sublevaba el sargento López de Zabalegi a los gritos de "Vivan los Fueros". El 3 del mismo mes leía Sabino su Juramento de Larrazabal. La suscripción abierta en aquel acto para auxiliar a López de Zabalegi en su exilio, cortó la agria disputa a la que las declaraciones de Sabino dieron lugar. El 4 se reproducía la manifestación de la Gamazada en Iruña y el día siguiente se reunía en la capital de Nabarra todos sus municipios para solidarizarse con la Diputación en su gran rebeldía. El 8 salía a la calle el primer número de "Bizkaitarra", que es un canto exaltado y fraterno a Nabarra con motivo de la Gamazada. El 28 era entregado a la Reina el álbum foral con 120.000 firmas. El 21 de Julio pronunciaba su discurso en el Parlamento don Javier de Losarcos y al día siguiente decía el suyo -que nuestros lectores conocen- Don Arturo Campión. El 16 de Agosto, con ocasión del homenaje rendido bajo el Árbol de Gernika a Nabarra representada por el Orfeón Pamplonés, tuvo lugar la Sanrocada. Al día siguiente salía el número dos de Bizkaitarra, eco del aquel homenaje. El 30 de Enero de 1894, Gamazo invitó a la Diputación de Navarra a trasladarse a Madrid. El 3 de Febrero, la Diputación declinaba el honor. El 7 del mismo mes, insistía el Ministro, con empleo de fórmulas de mayor reconocimiento. El 12 acudía la Diputación a la capital del Estado de donde salió para Nabarra el 17 en plena rebeldía. El 18 tuvieron lugar las manifestaciones apoteósicas de Castejón y Pamplona, a las cuales concurrió Sabino, enarbolando una bandera confeccionada en Iruña el día anterior, en la cual, rendía, a Nabarra el saludo fraterno de Bizkaya, dando al viento su lema "Jaungoikua eta Lagi-Zarra". El número tres de Bizkaitarra es la mejor crónica de aquella gesta. En él denomina Sabino a los nabarros de entonces "sublimes enlocados de amor patrio" y de ella dice: "Ni ojo vio, ni oído oyó, ni lengua alguna contó jamás nada semejante a lo que anteayer sucedió en este pueblo en el que no es extraño falten historiadores que den imposible cuenta de tan grandes hechos". El 8 de Marzo dimitía Gamazo. El 14 Julio del mismo año se fundaba Euzkeldun Batzokija. Y es el año siguiente, 1895, el 31 de Julio, festividad de San Ignacio de Loyola, cuando nació el P.N.V. quedando constituido el primer Bizkai-Buru-Batzar de siete miembros, con Sabino, su hermano Luis, Aranburuzabala, Lekue, LLodio, Etxeita e Izpizua.
Los vascos habían vivido hasta el siglo XIX al amparo y al calor de sus libertades tradicionales. La última fórmula jurídica trascendental por la que estas libertades habían sido definidas, fue la acordada por las Cortes de Nabarra el 22 de Febrero de 1516 para el juramento de los Fueros por parte de los reyes, según la cual, el país retenía su "NATURALEZA ANTIGUA" en leves, territorio, jurisdicción y gobierno; es la misma fórmula -"LAGI-ZARRA"- que Sabino llevó al lema otorgado al Partido Nacionalista Vasco. Este nació en Bizkaya, pero encontró en Nabarra sus precursores más destacados en la Asociación Euskara, su lema en la expresión de legitimidad foral acordada por las Cortes, y el marco adecuado para su planteamiento y exteriorización en la Gamazada.
El nacionalismo es una doctrina política creada por los movimientos democráticos del siglo XIX. Se funda en la declaración de los derechos de la persona humana, ya sea individual o colectiva, hombre o pueblo. Más que derechos históricos o tradicionales, enuncia libertades abstractas. Es el movimiento democrático surgido en Europa en oposición a la Santa Alianza de los reyes y a su pretendida legitimidad monárquica. Está basado en el concepto de hombre universal del siglo XVIII, que supera el individualismo jacobino y aplica sus consecuencias al hombre italiano, alemas, español, irlandés, polaco, checo, belga, catalán o vasco. Une el pasado al presente, contemplando la patria en su integridad humana y específica. Es el plebiscito permanente de las almas, que dijo Renan. En la formación del sentimiento nacional intervienen motivos de orden racial, geográfico, histórico, religioso económico, cultural y lingüístico principalmente, pero como afirma MacDougall, su realidad y sobre todo su vitalidad están en proporción a la plenitud y claridad de conciencia que la nación tiene de sí misma. Esta conciencia de sí misma y la voluntad de vida común -dice Michel Collinet-constituyen pues los aspectos fundamentales del sentimiento nacional y del nacionalismo. El acierto de Sabino fue el de aplicar a Euzkadi la doctrina nacionalista producto de la filosofía del siglo XVIII y de la democracia del siglo XIX, sin romper amarras con el pasado histórico para expresar como aspiración nacional la de que, el pueblo vasco recobre los derechos soberanos de su "naturaleza antigua", "Lege-zarra".
Hay un nacionalismo de los oprimidos y otro de los opresores, añade Collinet. El primero es germen del despertar democrático de los pueblos. El segundo ha contribuido al nacimiento del primero, y de tal modo, al renacimiento de la democracia. Los nacionalistas conquistadores de Francia, Inglaterra, Alemania, Rusia y España, provocaron, por reacción, el levantamiento de los pueblos oprimidos. El sentimiento nacional sojuzgado es tan obsesionante para un pueblo como el deseo de evadirse de la cárcel que siente un preso. Una nación conquistada es como un hombre que tiene un cáncer, afirmaba Bernard Shaw refiriéndose a Irlanda. En ella no es posible pensar en otra cosa que en liberarse de su enfermedad. El nacionalismo, añadía Shaw, se yergue entre Irlanda y la luz del mundo. Y lo propio puede ser aplicado a las situaciones creadas por los abusos del colonialismo, que han provocado las explosiones que contemplamos en Asia y África. Cuando se quebrante el sentimiento de nacionalidad en un pueblo son también palabras de Shaw -éste ya no pensará en otra cosa que en liberarse, ni escuchará a filósofos o predicadores durante el tiempo en que la reivindicación formulada por el nacionalismo no sea satisfecha-. Cuando el nacionalismo surge de la resistencia a la opresión en un movimiento democrático, no existe otra terapéutica racional que suprimir la opresión. Más es preciso que la nación una vez logrado su ideal y constituida en Estado soberano, respete los derechos de las demás naciones. Y para lograrlo, la democracia no tiene otra defensa que la unidad humana, la interdependencia de los pueblos, la unión de unidades estatales. El obstáculo mayor opuesto a esa unión de unidades radica en la existencia de regímenes totalitarios, ya sean de derecha o de izquierda y se denominen fascistas o comunistas. El totalitarismo impide la realización de las aspiraciones humanas que van a la unidad por la democracia y utiliza para sus fines imperialistas los mismos enunciados por los cuales, los pueblos oprimidos demandan que les sea otorgada su libertad. El mayor enemigo del nacionalismo demócrata y renacentista, es el nacionalismo totalitario e imperial. Eso explica el odio con el cual, el nacionalismo español (franquista) se cebó contra los nacionalismo catalán, gallego, y vasco (demócratas). Las ruinas humeantes de Gernika y el cadáver de Luis Companys arrojan a esos efectos mayor luz que un tratado de filosofía.
Los vascos constituimos una comunidad nacional. Aspiramos a constituirnos en sociedad política de orden estatal. Dimos nuestros primeros pasos en tal sentido por medio del Estatuto de autonomía, aplicando dentro del Estado republicano, el principio de coexistencia de soberanías, que podía conducirnos a la ansiada unión de unidades sin desandar camino. El propio conocimiento de nuestra realidad, con sus limitaciones, nos impulsó a esa solución a la que nos conducían además nuestras profundas convicciones democráticas y nuestros afanes cristianos de solidaridad peninsular continental y humana. El estudio de los pensadores posteriores a nuestra decisión que, aparte su autoridad, son compendio de lo que la inteligencia y el saber reputan acertado en los días que vivimos, nos reiteran, al menos en lo fundamental, en aquellas posiciones de partida. De manera singular, recomendamos a nuestros lectores el conocimiento de "L'Homme et L'etat' de Maritain (1953) y "la Nación" del P. Delos (1948) F.
Más, para estar en condiciones de guiar a nuestro pueblo por los caminos de la libertad, necesitamos de un instrumento adecuado. Euzkadi precisa, hoy, no menos que en los días en que escribía Campión el prólogo a las obras de Iturralde, "que los vascos le suministren el bronce de su fortaleza y el oro de su entusiasmo". Ese es el papel que la historia reserva en nuestros días, como en 1895, al Partido Nacionalista Vasco.
""El nacionalismo es una doctrina política creada por los movimientos democráticos del siglo XIX. Se funda en la declaración de los derechos de la persona humana, ya sea individual o colectiva, hombre o pueblo. Más que derechos históricos o tradicionales, enuncia libertades abstractas""
Bueno, luego están los nacionalismos invasivos, excluyentes,violentos, totalitarios, ungidos por Dios, mesiánicos y supremacistas como el nacionalismo español.
Publicado por: CAUSTICO | 10/30/2017 en 07:45 a.m.
"Se funda en la declaración de los derechos de la persona humana, ya sea individual o colectiva, hombre o pueblo".
Entonces se funda en una soplapollez: que los "pueblos" son personas.
Con razón se dice que el necionalismo se basa en la negación de la libertad de los individuos.
La "libertad abstracta" debe ser la del cacique nacionalista de repartir carnets de vascos de verdad y de mentira.
Por cierto, Caustico, tener ese odio no es normal. No debes estar muy bien de la cabeza.
Publicado por: Joaquín | 10/31/2017 en 07:24 p.m.